El movimiento de universitarios contra la reforma judicial nació de un intercambio de mensajes por Whatsapp, se fortaleció y creció a través de reuniones por Zoom y ha hecho eco mediante plataformas como Instagram y TikTok.
Utilizan las redes sociales porque nacieron con ellas. Tienen entre 18 y 27 años, se declaran apartidistas y, en menos de 10 días, pasaron de comentar sus inquietudes en las aulas a congregar a miles de personas en el Ángel de la Independencia.
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Todo comenzó, cuenta Luis Antonio Figueroa, estudiante de la Facultad de Derecho de la UNAM, un fin de semana, en una plática por Whatsapp con su compañero y amigo Aldair Rodríguez.
“Nos preguntamos por qué la Universidad, como la número uno de Iberoamérica, no alzaba la voz, por qué no había un posicionamiento y qué estábamos haciendo nosotros como estudiantes si posiblemente seríamos los más afectados por esta reforma al Poder Judicial”, relata Luis en entrevista con La Silla Rota.
De inmediato, también mediante Whatsapp, invitaron a sus amigos de la Facultad a organizarse. Algunos de los que participaron en estas conversaciones fueron Pablo Brito y Vanesa Gracia, quienes, a la postre, se convirtieron en coordinadores de la “Marcha en defensa del Estado de Derecho”.
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Tres días después, cientos de estudiantes irrumpían en la agenda pública con una manifestación en Ciudad Universitaria en apoyo a los trabajadores, jueces y magistrados que ya tenían un par de semanas en paro de labores.
Los organizadores de esa protesta no tienen mucho en común además de ser estudiantes de la misma facultad. Por ejemplo, Pablo nació y creció en el estado de Guerrero, rodeado de una violencia descontrolada, por lo que a los 16 años emigró a la Ciudad de México a estudiar la preparatoria. En tanto, Luis creció en una zona céntrica la capital y, durante el bachillerato, se desempeñó como consejero de las preparatorias de la UNAM.
A pesar de estas diferencias, los estudiantes encontraron en la protesta social y en su rechazo a la reforma judicial coincidencias que los hicieron unirse y salir a las calles.
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Tras la manifestación en Ciudad Universitaria, el movimiento creció exponencialmente, de nuevo, con ayuda de las redes sociales. Estudiantes de otras facultades, públicas y privadas, se unieron a los alumnos de la UNAM y sostuvieron reuniones vía Zoom para organizar una nueva protesta, ahora, en la avenida más emblemática del país: Paseo de la Reforma.
“En la Facultad, todo surgió a través de Whatsapp; ya en el movimiento, junto con las demás universidades, todo surge también a través de redes sociales: Twitter, Instagram, TikTok. Todo es a través de redes sociales porque muchos de nosotros ni siquiera nos conocíamos”, explica Luis Antonio, de tan solo 19 años.
Es ahí cuando José Mario de la Garza Martins, uno de los rostros más visibles de este movimiento en los últimos días, apareció en escena. José Mario, egresado de la Libre de Derecho, explica que tuvo la inquietud de sumarse al movimiento tras el comunicado que emitieron las sociedades estudiantiles de las Facultades de Derecho de nueve importantes universidades del país.
“Empezamos a buscar los números de teléfono de todos los representantes de las universidades y creamos un chat y fuimos organizando los pasos a seguir. Concertamos que era adecuado tener una llamada de Zoom en vista la marcha del primero de septiembre, generamos unos documentos, lineamientos para la comunicación y empezamos a dividir tareas”, explica José Mario.
“Empezamos el martes por la noche con una reunión de Zoom de 12 personas y se fueron sumando más universidades, más jóvenes, más estudiantes y organizamos una marcha pacífica, ejemplar, un ejercicio cívico tremendo. El domingo primero de septiembre marchamos más de 35 mil personas del Ángel de la Independencia al Senado de la República”, dice orgulloso.
La protesta del primero de septiembre, día en el que el presidente López Obrador también ofreció su sexto y último Informe de Gobierno, fue la más grande hasta el momento en contra de la reforma al Poder Judicial, la cual busca que jueces, magistrados y ministros sean elegidos a través del voto popular.
De esto, están conscientes los estudiantes, quienes saben que su voz es escuchada y su presencia en las calles nunca pasa desapercibida.
“Nos dimos cuenta que al principio todo estaba casi perdido porque las marchas a las que convocaba el Poder Judicial no llenaban ni tres calles y había muy poca atención mediática. A los estudiantes se nos escucha y tenemos peso intelectual”, dice a La Silla Rota, Erika Grajeda, encargada de las relaciones interuniversitarias de la Universidad La Salle.
Los alumnos han sabido llevar su inconformidad a las calles. Se organizan vía Whatsapp a través de grupos de difusión, con alcance a miles de personas.
Generación del 24, ¿un futuro brillante?
Si bien, aún son estudiantes, ellos ven en este movimiento a los próximos líderes de opinión y funcionarios públicos del futuro.
“Seguramente dentro del movimiento habrá algún próximo diputado o senador, incluso alguien que sea presidente, realmente estamos haciendo una red de conexión muy especial porque somos gente de diferentes edades y contextos, pero que nos unió a una misma causa y eso nos ha hecho amigos”, dice Luis Antonio.
“No sabes la capacidad y la inteligencia de todas y todos los miembros de este movimiento. Desde chicos que tienen 19 años que están entrando a la carrera, hasta mi persona, que acabo de egresar de la carrera en febrero pasado. Entonces, creo que sí hay perfiles sumamente valiosos que van a ser líderes de opinión en este país. Necesitamos sus voces justamente en el discurso público, porque ya los mexicanos están muy cansados de escuchar el mismo discurso, de escuchar a los viejos políticos de siempre, a los que han brincado de partido en partido para seguir teniendo un cargo público”, añade José Mario.
¿Quiénes forman la generación del 24?
Pablo Brito
Tiene 19 años y cursa el tercer semestre de la carrera de Derecho en la UNAM. Nació en el estado de Guerrero, pero desde los 16 vive en la CDMX. Su plan es seguir informando y luchando en causas sociales.
Su libro favorito es “Los recuerdos del porvenir de Elena Garro” y disfruta de la trova.
¿Cómo te ves en 20 años?
“Hace seis meses, te podría haber dado una respuesta firme, ahorita con esta reforma no sé. Porque yo me quiero dedicar a litigar, pero con la reforma quién sabe cómo se desarrolle el Poder Judicial. Pero me veo como abogado postulante, como un promotor de la cultura”.
José Mario de la Garza Martins
Tiene 26 años y recién egresó de la carrera de Derecho por la escuela Libre de Derecho. Es de San Luis Potosí, pero llegó a los 18 años a la CDMX. Su libro favorito es “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry y le gusta la música Indie.
Dice ser consciente de los privilegios que tuvo desde pequeño y que esa conciencia le ha permitido identificar los problemas del país y tener la valentía de levantar la voz.
“Me da mucho orgullo y me da mucha satisfacción saber que formo parte de este grupo de jóvenes, de miles de jóvenes y estudiantes preocupados por la realidad y el futuro de este país”.
“No me imagino cómo habría sido organizar este tipo de movilizaciones sin las facilidades de la tecnología. O sea, me imagino a los jóvenes del 68 haciendo asambleas gigantescas en los parques, en los estadios, y de verdad pues mi honor y respeto para esos luchadores sociales porque evidentemente las redes sociales y la tecnología facilitó muchísimo esto”.
Erika Grajeda
Tiene 19 años y cursa el tercer semestre de la carrera de Derecho en la Universidad La Salle. Es deportista y presume un promedio de 9.7.
“Sí se necesitan cambios en el Poder Judicial. Pero no derribarlo y no destrozarlo. La justicia no se vota. Hay aspectos muy importantes que no se le pueden dejar a la vox populi”.
¿Cómo te ves en cinco años?
“La verdad no he tenido mucho tiempo para pensar eso porque el presente apremia. Pero ser una persona informada, una abogada informada, acercarme a la realidad social y no cegarme”.
Luis Antonio Figueroa
Luis tiene 19 años, estudió en la Preparatoria número 9 de la UNAM y actualmente cursa el tercer semestre de la carrera de Derecho. Dice que al terminar su carrera le gustaría trabajar en un despacho de abogados, viajar y en el futuro tener un despacho propio.
Le gusta la música pop y su libro favorito es “El Quijote de La Mancha”. Practica natación y le va al América.
“Soy un joven que le gusta realmente participar en el activismo social, en temas tanto de medio ambiente y educación. Me gusta cultivarme y aprender nuevas cosas. Soy una persona que realmente le gusta apoyar a los demás, soy alguien que siempre se ha interesado por un bienestar común y que tiene una vocación de servicio”.