La cocina del Heróico Colegio Militar nunca cierra. Día y noche trabajan ahí 170 elementos a cargo de la Teniente Intendente María Cristina Hernández Velázquez y del jefe de cocina, el Sargento Primero Cocinero, Ofier Hernández Hernández, quienes supervisan la preparación diaria de una tonelada y media de comida para alimentar a más de 6 mil cadetes.
Frente a las marmitas donde se cocinan mil litros de crema para preparar espagueti verde, el sargento Hernández explica la organización de la cocina a su cargo.
“Hay un menú establecido, lo establece la Secretaría de la Defensa conforme a gramajes y a cantidad calorífica que deben de tener los cadetes (...) Sobre este menú nosotros trabajamos al día, todos los días. Son tres tercios que se manejan, estamos racionando aproximadamente 6 mil elementos. Es una tonelada y media de comida diario, tres veces al día”.
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En entrevista exclusiva con La Silla Rota, el sargento Ofier comenta que la cocina cuenta con hornos con tecnología de punta, cada uno con capacidad para almacenar hasta mil raciones.
“Aquí tenemos aproximadamente mil raciones. En un solo carro (horno) caben mil raciones aproximadamente (...) Con esos cuatro hornos tengo capacidad en esta cocina de darle alimentación a 8 mil gentes, que es la capacidad para la que estuvo diseñada la cocina”.
Los trabajadores de la cocina se encuentran distribuidos en distintas áreas.
“Aquí en esta compañía trabajamos alrededor de 170 elementos, a mí cargo tenemos aproximadamente 50 elementos distribuidos en cocina, panadería y tortillería, el resto se encarga de la repartición de la alimentación, que es el área de meseros”.
Elaboran más de 9,000 piezas de pan al día
El área de guisados es solo una sección de la cocina del Heroico Colegio Militar, pues en una habitación contigua trabajadores se apresuran a preparar la masa para la elaboración de pan dulce y salado.
“Aquí estamos confeccionando cerca de 4 mil 700 piezas de pan para desayuno y cena, entre pan dulce y pan blanco, más galleta o tostada, dependiendo de cada menú. Son 9 mil 400 piezas al día, todas se terminan”, señala la Teniente María.
Al igual que el área de guisados, la cocina trabaja bajo un estricto horario.
“La panadería empieza desde las 4 de la mañana y termina hasta el momento en que se termina de proporcionar el apoyo (...) El efectivo de la panadería es de diez panaderos. Ahorita tenemos apoyo de otras unidades por la presencia del desfile y diversas comisiones”.
Frente a decenas de charolas de pan dulce, donde resaltan cientos de polvorones de vainilla que son los favoritos de los cadetes, la Teniente María explica la dinámica bajo la que trabaja la panadería.
“Primero tienen que hacer el gramaje de la cantidad de pan que van a ser por tercio de acuerdo a menú. Después, sacan del almacén general todos los ingredientes. Lo que van a necesitar proceden a amasar primero con maquinaria y después a mano, cortan y empiezan a formar todas las piezas. Las 4000 piezas que toque hacer de variedad de pan dulce empiezan a meterlo a dos cámaras de fermentación que tenemos. Después de que salgan de la cámara de fermentación, ya los pasamos al horno y de ahí pasan al procedimiento de enfriamiento para tenerlos disponibles para la cena o desayuno”.
La Teniente María refiere sentirse orgullosa del trabajo que desempeñan los trabajadores a su cargo.
“Ellos son incansable, la verdad lo que todos ellos realizan es una labor muy pesada, pero pues les gusta mucho. Ahora si que la cocina es más que una ciencia, un arte, y cuando vean su resultado final, pues se llena de satisfacción. Además de que este pan siempre ha sido muy reconocido”.
Mantener bajo su mando al área de cocina conlleva una gran disciplina.
“Levantarse a las 4:30 para personal de oficiales, a las 5 ya estamos aquí en el comedor revisando una hora antes que la preparación esté correcta, tanto en cocina, como en comedor. A las 6 empiezan a ingresar los cadetes y durante una hora estamos revisando mesas, el servicio adecuado para que tengan cantidad y calidad en la alimentación”, explica María.
Asimismo, reconoce la responsabilidad que tiene en la formación de los cadetes del Heroico Colegio Militar.
“Todos los cadetes tienen que alimentarse, desayuno, comida y cena. Sí o sí, porque por lo mismo de que su desgaste físico les exige estar bien alimentados (...) El servicio de intendencia es un servicio permanente y vital para la superación, definitivamente recae sobre la moral de todo el personal, entonces por supuesto que es muy gratificante, ellos están todo el día bajo el rayo del sol, marchando, cargando su mosquetón con un desgaste muy fuerte y por supuesto que les podemos servir un plato de sopa caliente y que se repongan, que tomen un vaso de agua fría, pues desarrollamos un sentido de paternidad, de cariño hacia nuestros comensales”.