El Índice de Desempeño Ambiental (EPI) 2024, publicado recientemente, ofrece un exhaustivo análisis del estado de la sostenibilidad en 180 países a nivel global. Este índice, desarrollado por el Centro de Derecho y Política Ambiental de Yale con el apoyo de la Fundación McCall MacBain, evalúa a las naciones utilizando 58 indicadores de desempeño en 11 categorías temáticas, cubriendo aspectos cruciales como el cambio climático, la salud ambiental y la vitalidad de los ecosistemas.
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El EPI es una herramienta clave que permite a los países medir su progreso hacia los objetivos de política ambiental establecidos, proporcionando una visión detallada de sus fortalezas y debilidades en este ámbito. A través de un cuadro de mando, el índice identifica a los líderes en desempeño ambiental, como Alemania, Finlandia y el Reino Unido, que encabezan la lista con puntuaciones de 74.6, 73.7 y 72.7, respectivamente. Estos países se destacan por sus políticas efectivas y su compromiso con la sostenibilidad.
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Por otro lado, México ocupa la posición 94 en el ranking global, con un puntaje general de 44.7. Este resultado refleja un desempeño moderado en varias áreas críticas evaluadas por el EPI. Específicamente, México obtiene una puntuación de 36.9 en Salud Ambiental, 47.7 en Vitalidad del Ecosistema, y 46.4 en Cambio Climático. Estos números ponen de manifiesto los desafíos que el país enfrenta en su camino hacia un desarrollo más sostenible y la necesidad de fortalecer sus políticas ambientales.
La relación entre la riqueza de los países y su desempeño ambiental también es un aspecto relevante destacado por el EPI. Aunque existe una correlación significativa entre el PIB per cápita y las puntuaciones del índice, algunos países logran superar a sus pares económicos, mientras que otros se rezagan. Este análisis comparativo subraya la importancia de las políticas ambientales efectivas y bien implementadas para lograr un progreso real, independientemente del nivel de riqueza.
El informe del EPI 2024 no solo proporciona un panorama del estado ambiental global, sino que también ofrece una guía valiosa para los formuladores de políticas. Al profundizar en los datos y analizar el desempeño por categorías temáticas y comparaciones entre países, se pueden identificar mejores prácticas y áreas prioritarias para la mejora. Este enfoque granular permite comprender los factores que impulsan el progreso ambiental y afinar las estrategias para avanzar hacia un futuro más sostenible.
La 4T no cuida biodiversidad de México
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), encargada de “generar la inteligencia que necesita el país para fundamentar políticas públicas y decisiones de la sociedad sobre biodiversidad”, ha sido desmantelada durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Conabio, compuesta por varias secretarías, fue creada en 1992, como un órgano desconcentrado con autonomía de gestión y presupuesto, pero esa situación ha comenzado a cambiar, ya que en este sexenio comenzó a recibir menos dinero del gobierno federal.
En agosto de 2022 también se produjo la salida de la Conabio de quien fue su fundador y había sido su secretario ejecutivo por casi 30 años, José Sarukhán, luego de tener diferencias con la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores.
Fue sustituido por Daniel Quezada Daniel, con quien comenzaron a ser despedidas personas con un perfil especializado que habían trabajado durante años en la comisión y llegaron otras sin experiencia o sin conocimientos en biodiversidad, afirmó a La Silla Rota, Ivette Mota, ex subdirectora de Promoción del Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
En junio pasado, World Animal Protection presentó un estudio donde señala que México es el país con menor regulación para proteger su gran biodiversidad, mientras que Estados Unidos es el territorio con más leyes y disposiciones para preservar sus animales silvestres.
La investigación analizó las leyes que regulan el comercio de fauna silvestre de los diez países más biodiversos del mundo: Brasil, Indonesia, Colombia, China, Perú, México, Australia, Ecuador, India, Estados Unidos, y Sudáfrica, enfocándose específicamente en la extracción comercial, transporte, cría en cautiverio y venta de especies de fauna terrestre.