Entre 1965 y 1990, cientos de periodistas, personas con actividades periodísticas y trabajadores de medios de prensa, radio y televisión en México fueron víctimas de violaciones graves a derechos humanos, simplemente por cumplir con la función social del periodismo: informar.
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De acuerdo con el Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH), el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y de prensa durante este período desafió el modelo posrevolucionario hegemónico y el sistema económico capitalista del país, poniendo en riesgo la seguridad política y la supervivencia del Estado mexicano.
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Por lo anterior, distintas agencias del gobierno, en todos sus niveles, reprimieron y persiguieron a estos periodistas que denunciaron la corrupción, los vínculos entre el Estado y el crimen organizado, y las violaciones graves a derechos humanos perpetradas por agentes estatales bajo la protección del Estado.
364 víctimas de violaciones graves a derechos humanos
Tal solo durante este periodo, el MEH documentó 364 víctimas de violaciones graves a derechos humanos. Estas víctimas eran periodistas o personas con actividades periodísticas que, en muchos casos, enfrentaron amenazas previas a la violencia relacionada con su labor periodística.
En particular, se trató de personas reporteras, editoras, caricaturistas, columnistas fijas, editorialistas, fotoperiodistas, formadoras o diseñadoras, trabajadoras, jefas de información, directoras o propietarias de medios, tanto en prensa como en radio y televisión.
Agentes estatales y no estatales, los principales responsables de estas violaciones
Asimismo, destaca que las violaciones graves fueron cometidas tanto por agentes estatales como por agentes no estatales con el apoyo o aquiescencia del Estado. Los responsables identificados incluyen secretarios de estado, titulares de agencias de seguridad, gobernadores, presidentes municipales, policías y altos mandos militares, entre otros.
Por otro lado, Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico documentó que, entre las violaciones graves a derechos humanos contra periodistas, se incluyeron detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura, desplazamiento forzado y violencia política sexual. Estas violaciones también afectaron a las familias de los periodistas, incluyendo a niños y adolescentes.
"Todo lo anterior da cuenta de patrones en la comisión de violaciones graves a los derechos humanos en contra de personas periodistas, es decir, no se trató de una repetición accidental, aleatoria o fortuita de conductas delictivas que, coincidentemente, marcaron como objetivo a esta población, cuyo rol social, durante el periodo de violencia política, fue fundamental para agrietar las estructuras represivas del Estado mexicano", concluyó Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico.