Fernando tiene 13 años, desde hace dos sabe que vive con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y se describe a sí mismo como un niño distraído. Así como él, 1 de cada 7 niñas, niños y adolescentes tiene algún trestorno mental o cognitivo, los más comunes son ansiedad, depresión y TDAH, de acuerdo con los datos oficiales.
Durante toda su vida Fernando había tenido dificultad para concentrarse y constantemente perdía sus cosas. Recuerda que cuando recibió su diagnóstico se sintió confundido, pero gracias a la explicación del doctor que lo atendió, logró comprender los síntomas que presentaba. Recientemente, comenzó a tomar una pastilla y media al día para controlar el TDAH y no olvidar las cosas que hizo o los objetos que usa en su día a día, como la lapicera que lleva a la escuela.
Para el menor, un gran problema es que los adultos no comprenden la enfermedad y por lo tanto no saben cómo explicarlo a los niños. “No entienden los trastornos de la salud mental, sí deberían de hablarnos de ello los adultos pero no lo hacen de manera simple, debido a que no sienten y no conocen la enfermedad”, señala Fernando.
La psicóloga Karla Sofía Villaseñor refiere en entrevista con La Silla Rota que de la población de niños y adolescentes que atiende en consulta, la mayoría es por casos de depresión, ansiedad y comorbilidades de dos o más trastornos mentales como depresión con Trastorno de Déficit de atención (TDA) o ansiedad con TDAH. La especialista explica que también ha encontrado un incremento de pacientes que requieren atención a su salud mental debido al consumo de sustancias psicoactivas.
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De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, los padecimientos mentales más comunes en niñas, niños y adolescentes son ansiedad, depresión y TDAH. En un comunicado, la dependencia señaló que el Hospital Psiquiátrico Infantil “Juan N. Navarro” recibe mensualmente entre 600 y 700 niñas, niños y adolescentes que acuden a consulta psiquiátrica por primera vez, principalmente por depresión y ansiedad, y alertó que en muchos casos estos padecimientos están acompañados de conducta suicida; es decir, con pensamientos de muerte, autolesiones; ideación, plan e intento suicida.
En el Censo de Población y Vivienda 2020, que es el más reciente que ha hecho el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se señala que en México hay 504 mil niñas, niños y adolescentes con algún trastorno mental; esto representa el 1.3% de la población nacional de entre 0 y 17 años.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportan que 1 de cada 7 niñas, niños y adolescentes de 10 a 19 años padece alguna alteración de la cognición, de la regulación de las emociones o del comportamiento.
Asimismo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia estima que más del 13% de los adolescentes de 10 a 19 años en el mundo padecen un trastorno mental diagnosticado, es decir, 86 millones de adolescentes de 15 a 19 años y 80 millones de adolescentes de 10 a 14 años.
Vivir con TDAH
Fernando es un asiduo jugador de videojuegos y ajedrez, esta última actividad es parte de su tratamiento contra el TDAH, que en “pocas palabras”, la frase favorita del menor, describe el padecimiento que le provoca “ser siempre activo, ser distraído y olvidadizo”, pero su recomendación para los padres de familia de pacientes cómo él es que acepten a sus hijos y no busquen cambiar su realidad.
"Que los acepten como son, porque aunque traten no los van a poder cambiar ellos”, destaca.
El adolescente cursa primero de secundaria y califica con un 8 de 10 el medicamento que le administrar para controlar el TDAH, pues sabe que no es la cura, pero ayuda a controlar los síntomas y no es de su agrado que el fármaco le reseque los labios y lo orille a mantenerse hidratado.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, que tiene una fuerte carga genética y afecta el desarrollo emocional, cognitivo, conductual y social de quien lo padece. Se le conoce como un trastorno del neurodesarrollo “porque hay una alteración a nivel de la neurotransmisión, en la forma como nuestro cerebro se comunica principalmente en áreas catecolaminérgicas que tienen que ver con la dopamina, que se encargan de ciertos circuitos que están relacionados con la atención y con el control inhibitorio, cuando este está deficiente se genera la hiperactividad”, se explica en la Guía Clínica del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, publicada en el 2019 por la SSA.
En la guía se estipula que "se debe desarrollar y diseñar adecuadamente un plan de tratamiento comprehensivo, multimodal e individualizado de acuerdo a las necesidades de cada paciente” y se agrega que la farmacoterapia es la piedra angular del tratamiento en la mayoría de los casos de TDAH.
La guía establece que algunas características que definen al TDAH son:
- Hiperactividad: nivel superior de actividad.
- Impulsividad: dificultad para controlar la conducta, emociones y pensamientos.
- Inatención: dificultad o incapacidad para concentrarse y prestar atención.
En el documento se establece que los tipos de TDAH se clasifican de la siguiente manera:
Hiperactivo-Impulsivo: predomina el ser cambiar de actividades y en ocasiones no terminarlas.
Inatento:predomina ser distraído, olvidadizo y tener dificultades en seguir instrucciones.
Mixto: aquí se combina el ser inquieto y distraído.
Sofía Villaseñor comparte que algunos trastornos mentales se desarrollan incluso desde la gestación como el TDAH, otros se adquieren en la infancia, aunque en gran parte de las ocasiones el diagnóstico llega hasta la adultez.
Fernando se atiende de manera gratuita en el Centro Comunitario de Salud Mental (CECOSAM) de la Cuauhtémoc, que, depende de Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, asegura que el trato en este sitio es de calidad aunque es tardado.
Depresión, ansiedad y suicidio afectan a niños y adolescentes
En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2019 sobre covid-19 mostró que 6.6% de los adolescentes de 10 a 19 años presentan síntomas de depresión; mientras que el 13.7% de la población adolescente indicó sentirse triste un número considerable de veces y el 71.6% expresó sentirse triste por todo el tiempo.
Karla Sofía Villaseñor, asegura que la pandemia de covid marcó un antes y un después en los trastornos mentales de las infancias y adolescencias. “En el proceso de desconocimiento de los niños, del no saber que estaba sucediendo, el aislamiento derivó en casos severos de depresión”, explica la psicóloga.
El National Institute of Mental Health publicó una serie de comportamientos que podrían indicar que una niña, niño o adolescente necesita ayuda psicológica, mismos que coinciden con la lista de la psicóloga Karla Sofía Villaseñor.
En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020 se señala que 6.9% de adolescentes tuvo pensamientos suicidas; de estos, 6% intentó quitarse la vida. Asimismo, 8.8% de mujeres adolescentes reportó mayor prevalencia de este tipo de pensamientos en comparación con los hombres, que fue de 5.1%.
Las conductas de niños y adolescentes que encienden las alertas
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, la mitad de los trastornos mentales que sufren los adultos actualmente iniciaron durante su infancia, por eso es importante detectar en niñas, niños y adolescentes si es necesario hacer una evaluación psicológica y llevar un tratamiento. Algunos de los signos son:
- Tienen rabietas frecuentes o están sumamente irritables la mayor parte del tiempo.
- A menudo hablan acerca de sus temores o preocupaciones.
- Se quejan de dolores frecuentes de estómago o de cabeza, sin ninguna causa médica conocida.
- Están movi??ndose constantemente y no pueden sentarse tranquilamente (excepto cuando están viendo videos o jugando videojuegos).
- Duermen demasiado o muy poco, tienen pesadillas frecuentes o parecen que tienen sueño durante el día.
- No están interesados en jugar con otros niños o tienen dificultad para hacer amigos.
- Tienen problemas académicos o sus calificaciones han bajado recientemente.
- Repiten acciones o revisan las cosas muchas veces por temor a que algo malo pueda suceder.
En el caso de los adolescentes, los signos de alerta son:
- Pérdida de interés en las cosas que solían disfrutar.
- Tienen poca energía.
- Duermen demasiado o muy poco, o parecen tener sueño durante el día.
- Pasan cada vez más tiempo a solas y evitan las actividades sociales con amigos o familiares.
- Hacen dieta o ejercicio de manera excesiva, o tienen miedo de aumentar de peso.
- Se autolesionan (como cortarse o quemarse la piel).
- Fuman, beben o consumen drogas.
- Participan en conductas arriesgadas o destructivas, ya sea a solas o con amigos.
- Tienen pensamientos suicidas.
- Tienen períodos de mucha energía y actividad, y necesitan dormir mucho menos de lo habitual.
- Dicen que creen que alguien está tratando de controlar su mente o que escuchan cosas que otras personas no pueden escuchar.