Los gobiernos de México y Ecuador cometieron muchos errores en las últimas semanas, lo que llevó a un “injustificable” asalto a la Embajada de México en Quito, afirman jóvenes ecuatorianos que viven, estudian y trabajan en la Ciudad de México. Sin embargo, también afirman que apoyan la decisión de su gobierno de combatir la corrupción de la que el ex vicepresidente Jorge Glas fue parte en ese país: una señalada de tener nexos con el crimen. Al político lo consideran una figura parecida a ex secretario de Seguridad Genaro García Luna, pero en Ecuador.
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En entrevista con La Silla Rota, tres profesionistas ecuatorianos parecen estar entre la espada y la pared, pues no defienden la incursión policial -ordenada por el presidente Daniel Noboa- a la Embajada Mexicana en Ecuador, pero reprochan que la política de asilo de México haya sido utilizada por funcionarios “corruptos” para escapar de la justicia.
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En este contexto, piden que sean los organismos internacionales los que juzguen el actuar de ambas naciones, aunque sienten que en realidad son pocos los países que apoyan a Ecuador. “Estamos vetados internacionalmente porque violamos todos los derechos internacionales”, reconocen.
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“Creo que deberíamos sentarnos y analizar los dos lados. Creo que México incurrió en el error de dar asilo a un delincuente (en referencia al ex vicepresidente Jorge Glas) y no fue el primero, ya son varios políticos que han salido bajo la cobija de México y también Ecuador incurre en cruzar una barrera que no debía, faltando el respeto y rompiendo los convenios que tenemos con México”, dice en entrevista la doctora Carolina Muzo, quien come unos plátanos fritos, añorando la comida ecuatoriana.
“¿De qué lado me pongo? De lado de la razón. Creo que se cometieron errores de los dos lados. Las alianzas políticas de izquierda han hecho que haya muchos refugiados políticos en México, sin tomar en cuenta de qué los acusan o por qué los acusan e, independientemente de eso, México les ha dado asilo. Frente a esa realidad, el gobierno actual de Ecuador tomó esa decisión, porque si no lo hubieran hecho, en este momento, seríamos una vez más la burla del mundo porque se nos fugan políticos corruptos, que roban y abusan de su país y luego se van a vivir a otro lado”, añade.
En esto coincide Carolina Múñoz, quien desde hace nueve meses vive, estudia y trabaja en la CDMX, una ciudad de la que se enamoró en un Vive Latino. Caro, como la llaman sus amigos, conoce las entrañas de la crisis ecuatoriana, pues en su país trabajó dentro de la política.
“Para mí fue sumamente sorpresivo. Sabía que había presencia de la policía nacional y de militares (de Ecuador) alrededor de la Embajada de México porque ya le había negado un salvoconducto a Jorge Glas. Lo que yo me imaginé es que (Glas) podía salir y lo apresarían fuera de la Embajada, pero lo de asalto me tomó como sorpresa. Siento que fue una jugada extremadamente riesgosa y que no se midieron las consecuencias de lo que va a pasar”, menciona, un día antes de que la OEA condenara “enérgicamente” el asalto de Ecuador a la Embajada mexicana.
“Es muy difícil de analizar y de juzgar porque hay que entender lo que está pasando en Ecuador. Tienes detonaciones de bombas, secuestros, narcotráfico y eso te lleva posiblemente a poner un freno a un Gobierno (de México) que le está facilitando la salida a personajes que están involucrados en corrupción. No podías darle asilo político a una persona que ya estaba juzgada y sentenciada, eso dice el Derecho Internacional”, añade, mientras degusta un pozole en un restaurante de la colonia Juárez.
Sobre este tema, Fernando Mancero, fotógrafo y artista visual recién llegado a la Ciudad de México, opina que la decisión de Daniel Noboa fue apoyada parcialmente en su país, pues ya eran varios los políticos ecuatorianos que escapaban de la justicia a través de la Embajada de México.
“Fueron muchos los factores que nos llevaron a esto. Hay varios ecuatorianos con asilo en México, cuando los comenzaban a investigar, volaban a la Embajada de México y llegaban acá. Esta vez, yo creo que el presidente (Daniel Noboa) tomó una decisión muy fuerte al decir ‘a mí no me van a hacer eso, Ecuador no va a ser burlado’. Fue una decisión vista internacionalmente como muy mala, pero Glas era una persona pedida por la ley de Ecuador, tiene que afrontar la justicia”, afirma.