Se cumplen 30 años del discurso pronunciado por Luis Donaldo Colosio Murrieta, entonces candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre el México que quería construir y donde destacó la frase "Yo veo un México con hambre y con sed de justicia", que para muchos fue el discurso más importante de su vida y que marcó su destino, ya que dejó claro que tenía una visión propia, pero sin alejarse del priismo y no porque semanas después fue asesinado.
Jorge Fernández Menéndez, en su columna Razones, en Excélsior, destaca que Luis Donaldo Colosio se encontraba en medio de una campaña maltratada, hostigada tanto interna como externamente, ya que se le veía como una extensión del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
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Para el columnista, el discurso de Colosio pronunciado el 6 de marzo, marcó su destino porque demostró cuál era el México que quería construir de llegar a la Presidencia de México, en medio de situaciones que estaban pasando en el país, como fue el levantamiento del movimiento Zapatista en Chiapas, los secuestros de los empresarios de Alfredo Harp y Ángel Losada. Plasmó en su discurso su personalidad.
Luis Donaldo Colosio Murrieta pronunció su discurso el 6 de marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución, en el LXV Aniversario del PRI, donde dejó en claro su visión sobre México y sus planes de gobierno.
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"Yo veo un México con hambre...", dijo Colosio Murrieta
"Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales", fue parte del discurso que más impacto causó.
Destacó el ambiente que percibía en el país, pero también destacó que quería cambiar el rumbo de México para el beneficio de la ciudadanía.
"Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso. Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar", destaca parte del discurso del Colosio Murrieta.
"Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar", destacó en su discurso el entonces candidato presidencial por el PRI.
También hizo referencia al movimiento zapatista.
"Manifiesto mi más profundo compromiso con Chiapas. Por eso debemos escuchar todas las voces, no debemos admitir que nadie monopolice el sentimiento de los chiapanecos. Expreso mi solidaridad a todos aquellos chiapanecos que aun no han dicho su verdad, a todos aquellos que tienen una voz que transmitir y a todos aquellos que tienen una palabra que expresar.
Debemos de asumir y debemos de decidir. Debemos de decidir si nos asumimos plenamente como una sociedad plural o si concesionamos sólo a algunos la interlocución de nuestros intereses."
Jorge Fernández Menéndez recordó que Luis Donaldo Colosio fue redactado por Samuel Palma, Javier Treviño y Cesáreo Morales, quienes regularmente escribían los discursos del entonces candidato presidencial.
Luego de tener el discurso completo, Colosio Murrieta decidió no enviarlo a Los Pinos, como se hacía comúnmente, decidió enviarlo el mismo 6 de marzo, cuando lo pronunció en el Monumento a la Revolución.
Tras ese discurso, el candidato priista siguió con sus actos de campaña por varios estados de la República.
El 23 de marzo de ese año, Colosio Murrieta fue asesinado tras un mitin en Lomas Taurinas, en la Ciudad de Tijuana, Baja California. En el acto fue detenido un hombre que fue identificado como Mario Aburto.
Colosio recibió un disparo en la cabeza, fue trasladado de inmediato a un hospital local, pero horas después murió.
Mario Aburto, declaró que actuó en solitario.
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