El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que, como parte de su política "México Primero", su gobierno no luchará contra los cárteles de la droga mexicanos y mucho menos si se trata de una orden de Estados Unidos o de cualquier otro país.
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El viernes, el mandatario negó que exista un plan inmediato, a corto plazo o a futuro para combatir a células del crimen organizado, pues considera que el tráfico de drogas es un problema de Estados Unidos, no de México.
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No obstante, no descartó "cooperar" con acciones que limiten el flujo de estupefacientes hacia Estados Unidos, pero "por motivos humanitarios" y no como un eje prioritario interior.
"Por supuesto que vamos a cooperar en la lucha contra las drogas, sobre todo porque se ha convertido en un tema humanitario muy sensible y muy triste, porque muchos jóvenes están muriendo en Estados Unidos a causa del fentanilo", dijo el presidente.
La decisión ha causado controversia en marco a sus declaraciones de política en seguridad, como la afamada frase "abrazos, no balazos" o el "no se puede combatir la violencia con violencia".
Cárteles de la droga México-EU
Durante toda su gestión, el presidente López Obrador ha dejado claro que el problema radica mayormente en el consumo de drogas por parte de los estadounidenses y no tanto en México, lo que lo ha llevado a criticar la "demonización" de los carteles y negar la intención de actuar directamente en contra de ellos.
Aunque México ha logrado capturar a algunos criminales importantes, la política gubernamental ha quedado rezagada frente al poder y la influencia de los carteles, que no sólo se dedican al tráfico de drogas, sino que también obtienen ingresos de actividades como la extorsión y el cobro de protección; estos grupos criminales mantienen un control significativo sobre territorios en el norte y sur de México, lo que subraya la persistente presencia y poder de los carteles en la vida cotidiana del país.
Sin embargo, López Obrador ha defendido su enfoque bajo la premisa "primero México", argumentando que ha contribuido a una disminución de homicidios durante su mandato, destacando que la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes bajó de 28 en 2021 a 25 en 202.