La candidata a la presidencia de la República por la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, se reunió con integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano para la firma de la Agenda Nacional por la Paz, en el Centro Cultural Tlatelolco.
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La candidata Claudia Sheinbaum firmó el documento, de 110 páginas, pero aclaró que lo hace sin coincidir con la evaluación pesimista del momento actual que ahí se presenta y en la que se asegura que hay un proceso de degradación acelerada en el país.
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La candidata a la presidencia por los partidos Morena, PT y PVEM agregó que tampoco coincide con la visión de que prevalece el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre y que señala que, aunado a las grandes redes de criminalidad, ha aumentado en México la delincuencia común, alimentada por la marginación y la búsqueda de reconocimiento y justicia social.
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Además de la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, también acudieron los otros dos candidatos a la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez, por la alianza Fuerza y Corazón por México, y Jorge Álvarez Máynez, por Movimiento Ciudadano.
Cada candidato acudió a la reunión con la Conferencia del Episcopado Mexicano de manera separada, por lo que no se encontraron entre sí. A Sheinbaum le correspondió asistir a las 2 de la tarde.
El encuentro se realizó en el auditorio Alfonso García Robles del Centro Cultural Tlatelolco, estuvieron invitados estudiantes de las escuelas jesuitas, algunos empresarios y representantes de la Compañía de Jesús en México.
Parte de lo que dice el documento, en materia de descomposición social y política, es lo siguiente:
“México está de luto por la crueldad que se vive en su territorio: tenemos diariamente en promedio 92 asesinatos y 26 desapariciones; se han encontrado a la fecha más de 3000 fosas clandestinas y se han conformado 240 organizaciones que buscan a sus familiares y amistades desaparecidas. El principal signo de inseguridad es el control territorial que tienen las alianzas criminales para hacer negocios lícitos e ilícitos, situación que amenaza la vida democrática del país. Estas alianzas controlan desde tianguis y mercados, hasta bosques y empresas mineras, pero también a policías, alcaldías y fiscalías. Estamos delante de un Estado rebasado y que requiere de la participación social para hacer frente a esta realidad.
“México no ha logrado consolidar las instituciones de seguridad y justicia que permitan contener el avance de la violencia en los territorios y crear la cultura de la legalidad necesaria para prevenir las violencias. Los grupos delictivos rebasan en armamento a las policías. Los ministerios públicos no tienen la capacidad de investigar y resolver los delitos. “Están tratando de poner a barrer un estadio con tres personas y hay miles de normas que no se respetan” según se dijo en el Foro “Magistrados”. Esta incapacidad de las instituciones está siendo aprovechada por las economías criminales para instalar mecanismos de control social y político”.