La propuesta de reforma constitucional presentada por el Presidente, en materia de maltrato animal, es aceptada por expertos y defensores de los derechos de los animales; sin embargo, estiman que algunas de sus propuestas quedarían en “letra muerta”.
El pasado 5 de febrero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió un paquete de 20 reformas constitucionales, entre esas modificaciones se encuentra la de protección y cuidado animal que busca cambiar los artículos 3, 4 y 73 de la Carta Magna.
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En lo que refiere al artículo tres de la Constitución, referido a la educación pública en el país, la reforma busca que se agregue el tema de protección y el cuidado de los animales en las aulas del país.
Para Arturo Berlanga, director en México de Animanaturalis, organización internacional dedicada a los derechos de los animales, hay cosas positivas, como llevar a la educación pública el cuidado y respeto a los animales.
“La reforma al tercero es necesaria y por lo menos desde ahí ya da pie a que desde la Secretaría de Educación Pública ya incluyeran esto en los planes de estudio, porque más allá de un tema punitivo debe ser un tema de educación primero”, opina.
Pero por otro lado, Berlanga cree que el resto de las modificaciones, aunque son buenas, en la realidad serían difíciles de cumplir.
“Resultaría, como desgraciadamente el 90 por ciento de la Constitución: letra muerta. Llevamos décadas y no es un tema de este Presidente, desde el anterior y el que le antecedió… El problema de este país es que, lo que yo he dicho, la Constitución es un libro de romanticismos políticos”.
“Que los actos de maltrato animal son inconstitucionales”
La parte de la reforma constitucional que modificaría el artículo cuarto prohíbe el maltrato animal, además de que obligaría al Estado mexicano a proteger, preservar y cuidar de los animales.
“Queda prohibido el maltrato a los animales. El Estado mexicano debe garantizar la protección, el trato adecuado, la conservación y el cuidado de los animales, en los términos que señalen la leyes respectivas”, señala la iniciativa publicada el lunes.
Para Susana Ramírez, abogada especializada en la defensa de los derechos de los animales quien ha trabajado en la solicitud del traslado de la elefante Ely del Zoológico de Aragón a un santuario en Brasil, la propuesta de reforma es perfectible; sin embargo, llevar el maltrato animal a la Constitución es un avance.
“Cuando hablan del maltrato animal en el artículo 4º ya se queda por una simple lectura, se entiende que los animales ya están protegidos por la Constitución y que los actos de maltrato animal son inconstitucionales”, señala la abogada.
Obligaría a Chiapas y Oaxaca a legislar en el tema
Por último, las reformas al artículo 73 establece que el Congreso debe expedir la Ley General de Protección y Cuidado de los Animales.
Con la disposición anterior, estados como Chiapas, el único que no considera el maltrato a los animales como un delito, se vería obligado a legislar al respecto, y en Oaxaca se haría lo propio con una ley de protección animal, explica Arturo Berlanga, quien señala este punto como lo más relevante en dicha reforma.
“Creo que eso es el realmente el impacto directo y probablemente único que pueda tener ese artículo, porque al final el artículo refiere a lo que determinen las leyes (locales) respectivamente. Entonces el propio artículo remite a este basto marco normativo que ya existe y es muy imperfecto porque tiene sus excepciones como actos de crueldad animal: las peleas de gallos, corridas de toros, delfinarios”, explica.
El director de Animanaturalis señala que el hecho de que se prohíba el maltrato animal en la Constitución no hará que este acto desaparezca automáticamente.
De ser aprobada esta reforma a la Carta Magna, el Congreso cuenta con un periodo de 180 días naturales a partir de la entrada en vigor, para expedir la ley general en la materia.
Vigilar las prácticas de crianza
Entre los fundamentos que se presentan en la propia iniciativa de reforma, los especialistas resaltan el que se tome en cuenta la crianza de animales de consumo humano (pollo, pes, cerdo, res, ternera, etcétera) para evitar el maltrato en esta práctica.
“La presente iniciativa tiene por objeto establecer en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) la prohibición del maltrato a los animales (…) así como la prevención y prohibición del maltrato de la crianza y en el aprovechamiento de animales para consumo humano”, señala la iniciativa en su exposición de motivos.
La abogada Susana Ramírez y el activista Arturo Berlanga coinciden en que ya hay normas que vigilan la crianza de animales de consumo, pero el problema de fondo es el cumplimiento de estas normas.
“Que se lleven a cabo, existen normas sobre el traslado, Norma Oficial Federal, sobre la cómo deben ser tratados en estas granjas y no se llevan a cabo, vamos a esperar a que ya estén en la Constitución para ver si así se hace valer y las normas se aplican”, explica Ramírez.
Cabe señalar que dicha reforma, al igual que las otras presentadas por el titular del Ejecutivo, requiere de dos terceras partes de los votos de los legisladores en las dos cámaras, además del respaldo de 17 congresos locales o estatales para ser aprobada.
La abogada finaliza que con el sometimiento a votación en el Congreso de esta reforma a la Constitución mostrará la importancia del maltrato animal para los legisladores: “Vamos a ver qué prioridad tienen los animales y el medio ambiente sano para los del Congreso”.