La ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Rosario Robles Berlanga, cuenta diversos pasajes de su historia política en su nuevo libro titulado “Rosario de México, Testimonio de una infamia”, como los momentos que causaron una ruptura con Andrés Manuel López Obrador hasta las circunstancias que la llevaron a conocer a Enrique Peña Nieto.
En las páginas de libro narra su historia tras su salida del penal de Santa Martha Acatitla, donde estuvo recluida por mil 101 días. Esta publicación recoge revelaciones simbólicas de quienes son privadas de su libertad, además destaca que el prólogo "Rosario de México" fue escrito por el periodista Ciro Gómez Leyva, donde a lo largo de 4 páginas describe cómo Robles fue una presa política.
Rosario Robles contó que los problemas iniciaron cuando ella era mandataria capitalina interina y López Obrador ganó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ya que ella se negó a entregarle miles de despensas para su campaña.
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Además, le dijo no a su propuesta de aumentar el precio del Metro y otras medidas poco populares, para que el peso de esas decisiones cayeran sobre ella y no sobre el entrante gobierno lopezobradorista.
Agregó que a AMLO nadie puede decirle que no y menos, en aquel momento, a quien consideraba su pupila, su brazo derecho y una persona incondicional del tabasqueño. Destacó que además era peor la afrenta porque se la hacía una mujer.
Fue así que terminó fuera del PRD y con una “ruptura insalvable” con Andrés Manuel López Obrador.
Etapa de transición
De ahí vino una temporada complicada en materia económica, pero algunos medios de comunicación le abrieron la puerta como el periódico Milenio, por intervención del periodista Carlos Marín, por lo que pudo ir cubriendo los gastos de la educación de su hija Mariana y sostener su casa.
El fallecimiento del periodista Agustín Granados, quien fue jefe de Comunicación en su gobierno del entonces Distrito Federal, le abrió un espacio en el noticiario de Pepe Cárdenas en Radio Fórmula, lo que le permitió fortalecer el pago de sus gastos.
Sostén y cómo conoció a Peña Nieto
Sin embargo, el real reinició de su carrera se dio de la mano de la encuestadora María de las Heras, con quien impulsó un proyecto de consultoría política con la que buscaban impulsar a mujeres para que se convirtieran en candidatas ganadoras en elecciones a cargos populares. Esta llevó un nombre particular para entrar en 2007 como una empresa diferente: Sostén.
Este fue el primer acercamiento al PRI, ya que De las Heras era influyente en ese círculo, así como la politóloga Margarita Jiménez, por lo que en la presentación de la consultoría estuvo presente Manlio Fabio Beltrones.
Posteriormente, Jiménez la invitó a una comida que organizaba cada año Mario Vázquez Raña con gobernadores del tricolor, donde se le acercó el hidalguense Ismael Hernández Deras para buscar trabajar con Sostén y con ella en particular.
El siguiente contacto con la cúpula priista fue Carolina Monroy del Mazo, quien el 8 de marzo de 2007 la pasó a la primera fila frente al presídium que encabezaba el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Fue la primera vez que se saludaron ambos personajes.
Ahí mismo Ernesto Nemer, esposo de Carolina Monroy y político mexiquense, la invitó junto a Sostén a trabajar con él, quien también era líder en el Congreso local.
De ahí, el gobernador Peña Nieto le pidió conocerla directamente en un desayuno y de ahí entablar una relación más estrecha.
Cuando ya se perfilaba como candidato presidencial le envió un mensaje a Rosario Robles y le pidió no comprometerse con nadie, ya que estaba por emprender el camino hacia la silla presidencial. De ahí se instaló en la campaña de Peña Nieto y alcanzó puestos en el gabinete de su gobierno, como secretaria de Desarrollo Social, desde donde impulsó programas como las Cruzadas contra el Hambre.
Esta parte la cerró la política Rosario Robles con el mensaje de que “sí, las segundas oportunidades existen”.