Desde que la migración a Estados Unidos aumentó de manera dramática durante la presidencia de Donald Trump, México se encontró con la exigencia de recibir a los migrantes que ese país deportaba; ahora, con el regreso del empresario a la Casa Blanca, México buscará que se respete el acuerdo para devolver a su país de origen a las personas que EU expulse en lugar de enviarlas a nuestro país.
Pero México no está obligado a aceptar a los migrantes que Trump no quiera en su territorio porque ninguna ley internacional lo dispone así, de acuerdo con la internacionalista Patricia Escamilla-Hamm.
“De acuerdo con las leyes internacionales, México o algún otro país, no tienen la obligación de aceptar a extranjeros deportados de otros países, o sea que no hay ningún compromiso internacional de que México deba aceptar. México únicamente debe aceptar a los mexicanos”, señaló.
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La especialista en seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos resalta que el actual acuerdo, alcanzado con el presidente Joe Biden, mediante el cual los deportados son regresados desde Estados Unidos a sus países de origen, será un tema de negociación con Donald Trump.
“Dadas las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles, pues México le va recordar el gobierno de Trump que no puede simplemente aventar a los deportados hacía acá, van a tener que buscar la manera de que los retengan en Estados Unidos hasta que los puedan deportar”, estimó.
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Acuerdo informal con Biden
Las deportaciones que se hacen desde Estados Unidos a los países de origen de quienes ingresaron sin autorización se da sólo con las naciones que la Unión Americana tiene acuerdo de deportación, resalta Escamilla-Hamm.
Naciones como Cuba no tienen acuerdo de deportación con Estados Unidos, además de que la situación político-económica de otros países no les permite ingresar, como es el caso de Haití, señala Patricia Escamilla, lo cual obligaría al gobierno de los Estados Unidos a mantenerlos en su territorio.
En su conferencia de esta mañana, la presidenta dijo que planea renovar con el gobierno entrante el acuerdo que existe con Joe Biden para enviar a los migrantes a sus países de origen.
La internacionalista recuerda que el acuerdo al que se refirió Claudia Sheinbaum no es un acuerdo formal, sino en todo caso un arreglo de cooperación que se desarrolló entre la administración de López Obrador y Estados Unidos, a partir de 2019.
Compromiso es con los mexicanos: De la Fuente
El canciller Juan Ramón de la Fuente dijo este jueves que el compromiso de recibir a personas deportadas sólo es con los mexicanos.
“Ellos van a ser recibidos con dignidad, con los servicios que requieren, y esa es la responsabilidad y la prioridad del Estado mexicano, los nuestros y (quienes) son familiares directos de los mexicanos”, dijo.
El canciller mexicano detalló algunas de las acciones que se han realizado desde el gobierno para frenar el flujo migratorio hacia los Estados Unidos a través de México.
“El trabajo que ha hecho México para disminuir los flujos migratorios es muy importante, ahí están las cifras, ha habido una disminución del 75 por ciento de los encuentros en las fronteras, comparado con lo que había en diciembre de 2023, es un modelo perfectible pero que está funcionando, es un modelo humanitario porque atiende las causas estructurales.
Juan Ramón de la Fuente detalló que la responsabilidad del estado mexicano será con sus nacionales, con quienes tienen su origen en México o son familiares directos de mexicanos.
“Nos vamos a concentrar en las y los connacionales de México, esa es la estructura de nuestro programa y esas son las indicaciones”, apuntó.
Según De la Fuente, México ya tiene una estrategia jurídica, legal muy clara, para hacer la defensa de los mexicanos; y también hay una estrategia de mejorar los servicios en cuanto hace a los consulados mexicanos, en donde aún se fortalecer la digitalización de servicios.
Cuando México se dobló
En entrevista con La Silla Rota, el investigador Tonatiuh Guillén había advertido que la política migratoria de Donald Trump será más dura y agresiva que hace ocho años, cuando ocupó la presidencia por primera vez.
Ese escenario podría poner a México en una situación aún más complicada que la vivida en 2019, advirtió Tonatiuh Guillén, excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM)
El investigador destacó que, si bien la actual postura migratoria de Trump no presenta elementos novedosos, la retórica y las medidas contra México se volverán más agresivas, por lo que, según su análisis, lo que el republicano implementó entre 2018 y 2019 será repetido, pero con mayor intensidad.
Guillén recordó que en 2019 el gobierno mexicano aceptó militarizar el control migratorio, lo que incluyó el despliegue de la Guardia Nacional y el Ejército en tareas de contención de flujos migratorios.
Las amenazas del presidente de EU llevaron a un cambio significativo en la política migratoria de México lo que convirtió de hecho a México en un "tercer país seguro" mediante el programa "Quédate en México".
Cuando ya había perdido la presidencia, Trump se mofó del gobierno diciendo que se doblaron en cuanto los amenazó con aplicar impuestos especiales a los productos mexicanos.
Política contraproducente
Analistas económicos han estimado que la deportación masiva no traería consecuencias negativas para la economía norteamericana, no sólo a la de sus vecinos.
Se calcula que en ese país hay 11 millones de inmigrantes que viven irregularmente en Estados Unidos, la gran mayoría provenientes de México. De ellos, 8.3 millones trabajaron en 2022, de acuerdo con el Pew Research Center, el equivalente a poco menos del cinco por ciento de la fuerza laboral total.
De acuerdo con el Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC, por su sigla en inglés), las industrias de la construcción o la agricultura perderían a por lo menos uno de cada ocho trabajadores.
Las proyecciones indican que en la nueva administración de Trump habría 3.2 millones de personas que serían deportadas y la migración neta (entradas vs. salidas) caería de 3.3 millones en 2024 a -740.000 en 2025.
Un estudio reciente del Instituto Peterson para la Economía Internacional simuló el impacto de expulsar a los 8.3 millones de inmigrantes irregulares en Estados Unidos.
Estimaron que el crecimiento económico para 2028 podría ser un 7.4% inferior a las estimaciones de referencia, "lo que significa crecimiento económico nulo en Estados Unidos durante el segundo mandato de Trump sólo por esta política".