En su búsqueda de tranquilidad financiera, Luis Miguel Fernández terminó frustrado, angustiado y con más problemas económicos.
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Todo comenzó hace unas semanas, cuando Luis decidió reestructurar a un mayor plazo una deuda de aproximadamente 30 mil pesos que tenía que pagar en seis meses. Para ello, buscó un crédito de 50 mil en una SOFOM (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple). Después de investigar varias opciones, optó por “Financiera MASPF”, una SOFOM que supuestamente cumplía con los requisitos necesarios para operar legalmente.
“Seguí todas las recomendaciones de CONDUSEF, verifiqué su registro en SIPRES y me aseguré de que todo pareciera en orden”, explica Luis Miguel, quien en el pasado ya había solicitado créditos de este tipo. “Hasta ese momento, todo parecía legítimo”.
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Luis se registró en https://www.financieramaspf.com/, un sitio web que a simple vista parece la página de una institución financiera, pero que, si se revisa con detalle, tiene evidentes faltas de ortografía, información dudosa e imágenes tomadas de internet.
Tras ingresar sus datos, Luis Miguel fue contactado por un supuesto ejecutivo que le solicitó documentación estándar: su INE, comprobantes de ingresos y domicilio. Tras revisar las “condiciones del crédito” y las cifras, todo parecía normal. La empresa le ofreció un CAT “competitivo” y el proceso avanzó con la firma de un contrato. Sin embargo, le solicitaron un pago de 4 mil pesos por una “póliza de seguro de protección de pagos”.
Para efectuar el pago, la institución le envió un documento con un número de cuenta bancario. La Silla Rota pudo constatar que ese número de cuenta no está a nombre de “Financiera MASPF” ni de alguna empresa de seguros, sino de “Silvia Lucero J” en BBVA.
“Lo vi como un paso necesario”, admite. “Era una forma de proteger mi crédito. El costo parecía razonable, apenas un 8% del total del préstamo”.
Tras el pago del supuesto seguro, Luis Miguel recibió un contrato que firmó con confianza, creyendo que la institución cumpliría su parte del acuerdo. No obstante, pronto fue contactado por otro supuesto representante, quien le informó sobre la existencia de una “cláusula de honorarios” que implicaba un pago adicional de otros 4 mil pesos. A pesar de sus reservas, decidió continuar con el proceso.
“Me parecía raro, pero la cifra total seguía dentro de lo que había investigado y acepté pagar”, relata en entrevista con La Silla Rota.
Después de realizar el segundo pago, fue contactado por el “área contable” vía Whatsapp para confirmar sus datos bancarios y proceder con la transferencia del monto solicitado. Sin embargo, le informaron que debía abonar, ahora, un “impuesto” para completar la operación.
“Ahí fue donde empecé a sospechar”, relata. “Si ya había pagado honorarios, no debería haber un costo adicional. Les expliqué que eso era ilegal y me hicieron caso omiso”, acusa.
La persona que lo contactó dijo llamarse “Mariana Sánchez” desde el número 440 132 7533. Los mensajes que envió la supuesta contadora también contenían faltas de ortografía.
Luis Miguel se sintió atrapado. Había pagado un total de 8 mil pesos y no había recibido el crédito prometido. “Me sentí impotente. Estaba tratando de resolver una deuda y ahora solo había creado un problema más grande”, dice con frustración.
Los intentos de comunicarse con la SOFOM resultaron infructuosos. Su abogado contactó a la institución, pero las respuestas fueron evasivas. “Me dijeron que un abogado de su parte se comunicaría, pero eso nunca sucedió. Simplemente me dejaron en el aire”.
A pesar de irregularidades, Financiera MASPF sí está registrada ante CONDUSEF
Luis Miguel, quien ahora lidia no solo con la carga financiera de sus deudas, sino también con el estrés emocional que conlleva sentirse estafado. “El impacto psicológico ha sido significativo. Pensé que estaba tomando decisiones informadas y responsables, pero terminé en una situación aún más complicada”.
Y es que antes de solicitar el préstamo, Luis hizo lo que recomienda la CONDUSEF, que es revisar que la SOFOM esté debidamente registrada ante el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES).
La Silla Rota realizó dicho ejercicio y se verificó que en el SIPRES se encuentra “en operación” la Compañía Financiera Maspf, S.A. de C.V., SOFOM, E.N.R, con la clave de registro 692556.
“Lo que más me indigna es que esta empresa está registrada y, sin embargo, opera de manera irregular”, comenta. “Es frustrante pensar que hay un control que no protege al consumidor”.
Además de todo lo sucedido, ahora, supuestos abogados de la SOFOM lo han amenazado con cobrarle intereses y cargos moratorios, por un préstamo que jamás recibió y por el cual desembolsó casi 8 mil pesos.
Luis Miguel ha decidido no quedarse de brazos cruzados. Actualmente está preparando una denuncia formal ante CONDUSEF y ha comenzado un proceso legal contra la SOFOM para exigir el cumplimiento del contrato.
VGB