El tráfico de armas de Estados Unidos a México es un asunto que a pesar de ser tratado por ambos gobiernos, no se ha podido frenar, situación que sin duda vivió el "boom" durante el fallido y secreto operativo "Rápido y Furioso", que puso en marcha en 2009, el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (AFT, por sus siglas en inglés), que permitió la compra de más de 2,500 armas en Estados Unidos, para seguir su rastro en México y que fueron a parar a manos de los cárteles de la droga.
México ha luchado para frenar el tráfico de armas provenientes principalmente de Estados Unidos, en uno de los recientes casos, la Corte de Apelaciones del Primer Circuito de EU emitió un fallo en favor del gobierno mexicano, quien demandó a empresas fabricantes de armas. Aunque el caso aún debe ser discutido y analizado dentro de la legislación americana.
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Polémico operativo "Rápido y Furioso"
El tráfico de armas permitido en el marco de "Rápido y Furioso", desató aún más la ola de violencia de cárteles, que no solo se enfrentaron entre ellos, sino que también lo hacían con las fuerzas del orden en México, durante los operativos antinarco. La violencia en territorio mexicano se incrementó.
De acuerdo a los planes de la AFT, la DEA y el FBI, que estuvieron involucrados en el operativo, el objetivo era seguir la pista del armamento comprado en Estados Unidos y seguir la ruta hasta México, donde las armas llegaban a la delincuencia organizada y así dar con los traficantes de armas, pero de acuerdo a las propias autoridades estadounidenses, el operativo tuvo fallas desde su concepción y su posterior ejecución.
Más de 2,500 armas ingresaron a México de forma ilegal
Y es que el armamento involucrado contaba con un chip para su rastreo, aunque el tráfico de armas hacia México fue de 2,500, no todas pudieron ser rastreadas y de acuerdo a informes oficiales a más de mil se les perdió el rastro.
Los primeros resultados, fue la detección de la compra de armas en una tienda donde un hombre adquirió varios rifles AK-4. Las investigaciones detectaron una compra total de 212 armas, por parte de la misma personas.
Sin embargo, el operativo comenzó a salirse de control, cuando un agente identificado como Brian Terry, murió al ser alcanzado por una bala de un rifle AK-47, arma que pertenecía a la operación de la AFT.
El operativo "Rápido y Furioso", estuvo funcionando entre 2009 y 2011, hasta que salió a la luz por revelaciones de WikiLeaks, que provocó escándalo político y de seguridad, tanto en Estados Unidos como en México.
El gobierno mexicano se dijo sorprendido por la existencia de "Rápido y Furioso", pero Estados Unidos aseguró que la entonces Procuraduría General de la República (PGR) estuvo en todo momento al tanto del operativo estadounidense.
En 2011, la fiscalía de Arizona detuvo a 11 personas que acusó de tráfico de armas, se le dio crédito al operativo "Rápido y Furioso".
Aunque en 2019 el gobierno de Estados Unidos cerró el caso de "Rápido y Furioso", el entonces canciller Marcelo Ebrard envió una nota diplomatica al gobierno estadounidense.
"Si en efecto, el gobierno de México conoció y autorizó el operativo entonces estaríamos hablando de graves violaciones a la Constitución Política y leyes que de ella emanan por parte de quienes ocupaban los más altos cargos en el país puesto que habrían mentido al Congreso de la Unión y la sociedad", menciono el canciller.
Ebrard presentó demandas ante cortes de Estados Unidos para endurecer las medidas para la compra de armas que finalmente tienen como destino los cárteles mexicanos de la droga.
Han sido varios los intentos del gobierno mexicano, en diferentes administraciones, por frenar el tráfico ilegal de armas hacia territorio nacional, pero no se ninguna estrategia ha podido resolver el problema.