La tarde comenzó hace tres años, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se declinó por Claudia Sheinbaum para sucederlo. El uno le permitió a la otra, por tiempo indefinido, hacerse promoción, recorrer el país, buscar acuerdos... comenzar la campaña. En una tarde se dieron varias rupturas, fue una tarde larga, una tarde sin triunfo para Morena.
La primera ruptura se dio cuando la tarde marcó el 2021. Claudia Sheinbaum eligió a los candidatos a las alcaldías de la Ciudad de México, dejó fuera a quienes integraban los equipos de otros liderazgos de Morena, que trabajaron hombro a hombro su candidatura a Jefa de Gobierno en 2018. Rompió lazos con ellos y perdió la mitad de las alcaldías. Entonces, hubo un traidor.
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La tarde marcó el 5 de septiembre y llegó el momento. Simpatizantes y equipos de todos los aspirantes se reunieron en el World Trade Center en punto de las 4 de la tarde y comenzó la revisión. Les mostraban paquetes sellados, con medidas de seguridad que no terminaban de mencionarse. "Es que todas las boletas deben contener esto", "No todos los paquetes tienen eso", pero llegaban las explicaciones, no justificaciones, de los organizadores.
Citlalli Hernández, secretaria general de Morena, y Mario Delgado, presidente nacional del partido, daban vueltas y vueltas por entre las mesas. "Explicaban" por qué no eran irregularidades cada cosa que los equipos reclamaban como incidencia. Representantes de todos los equipos dieron cuenta de que había boletas sin etiquetas de seguridad, que había algunas que "no coincidían", se descartaban... otras no.
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Para algunos la indicación fue solo observar, para otros que debían denunciar lo evidente, pero no insistir. Solo el equipo de Marcelo Ebrard tenía la indicación opuesta: denunciar cualquier cosa que no cuadrara, anotarlo con detalle y reportar.
Fue toda la tarde, toda la noche, toda la madrugada. La tarde marcó el 6 de septiembre y 90% de los paquetes se habían inspeccionado. Los equipos se fueron, menos el de Marcelo Ebrard, que se concentró en un hotel cercano para recopilar las incidencias que con lupa reportaron. Comenzaría el cómputo de los resultados y el equipo del excanciller no terminaba sus anotaciones. Entonces algo se rompió.
"No acompañaremos el proceso, esto ya no tiene remedio", dijo Ebrard desde su búnker. Lo aplaudieron los asistentes, Martha Delgado, Malú Micher, Ximena Escobedo. El excanciller se desmarcaba de Morena y su proceso de selección de candidato a la Presidencia de la República. Por fuera alguien dijo: "era el único que no tenía nada que negociar".
El cómputo de los resultados comenzó. Los equipos de todos los suspirantes se dieron cita de nuevo. El equipo de Ebrard intentó entrar luego del mensaje, en el que duraron más de lo previsto y no es que no hubiera nadie adentro, es que no quienes debían revisarlo, según su estrategia.
La senadora Malú Micher quiso entrar y no se lo permitieron. Los equipos de los demás suspirantes se quedaron viendo el proceso, con la clara indicación de no mencionar nada más. Por fuera del World Trade Center comenzaban a reunirse simpatizantes de Claudia Sheinbaum, les repartieron cartulinas y paraguas nuevos. La tarde pintaba lluviosa.
Con más de dos horas de retraso, luego de la separación definitiva de Marcelo Ebrard y de las caras largas de los demás suspirantes, Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional de Morena, mencionó el secreto a voces, el acuerdo que se tomó desde meses atrás, lo que decidió el presidente López Obrador casi tres años atrás.
La segunda ruptura se dio cuando la tarde marcó el 2023. Claudia Sheinbaum comenzó una campaña adelantada, tejió redes con gobernadores, medios de comunicación y se pusieron muchos anuncios con su nombre y silueta, por todo el país. No quería renunciar a su puesto y se vio orillada, finalmente aventajaba en las encuestas. Entonces, hubo otro traidor.