POLICÍAS EN POLÍTICA

De policías a políticos: Ellos dejaron el uniforme por un cargo público

Alberto Capella Ibarra y Omar García Harfuch son dos expolicías que dejaron el uniforme para cambiar de campo profesional y pasarse a la política, aunque en la historia de México ha habido otros uniformados entre policías y militares que han hecho lo mismo

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De policías a políticos: Ellos dejaron el uniforme por un cargo públicoCréditos: Especial
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Las contiendas electorales del próximo año empiezan a tomar forma y los aspirantes a alguna de las 128 senadurías y 500 diputaciones federales, además de la presidencia de la República que se renovarán en 2024, así como las 9 gubernaturas y diputaciones locales de 31 estados entre otros cargos municipales; ya han comenzado a levantar la mano para ser considerados en cuenta, entre ellos, algunos perfiles destacan por distanciarse del clásico perfil político al que estamos acostumbrados.

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Uno de ellos es el extitular de la secretaria de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, quien recientemente abandonó el cargo bajo la excusa de sumarse al equipo de la eventual candidata de Morena a la presidencia de la República en 2024, Claudia Sheinbaum, cuyo apoyo fue esencial para que se hiciera con el mando de la corporación policial durante su gobierno.

Este miércoles, el exsecretario de Seguridad Ciudadana (SS), Omar García Harfuch, oficializó sus intenciones para ser aspirante a la candidatura de la Ciudad de México por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

"Comunicar a todas y todos ustedes y a la sociedad en general, la decisión que he tomado de participar en el proceso interno de Morena para la selección de Coordinador de Defensa de la Transformación en la Ciudad de México", dijo García Harfuch.

El exjefe de la policía capitalina no es el único uniformado de las fuerzas de seguridad en México que aspira o ha aspirado a darle un giro a su carrera y dejar el uniforme para sumarse a las filas de políticos que ocupan cargos públicos de elección popular o representacional al mando de una alcaldía, un estado u ocupando un puesto en alguno de los congresos.

Otro uniformado que aspira a gobernar una entidad federativa tras las elecciones del próximo año es el exsecretario de Seguridad de Tijuana, Alberto Capella Ibarra, quien además fuese secretario de Seguridad de Morelos y Quintana Roo, y cuenta con una amplia experiencia dentro de las fuerzas del orden desmarcado del rubro político.

Su candidatura para la alcaldía de Tijuana estaría impulsada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) quien reconoció su experiencia en materia de seguridad pública como carta de presentación, principalmente en un contexto en el que la sociedad demanda tranquilidad y paz en las calles de la ciudad fronteriza.

"Es tiempo de defender Tijuana, ante los embates de la delincuencia y otros flagelos sociales, y qué mejor perfil que el abogado tijuanense y ciudadano, Jesús Alberto Capella Ibarra", declaró el líder nacional del PRD.

Francisco Galindo

Como antecedente a la aspiración política de Harfuch y Capella, encontramos al actual presidente municipal de San Luis Potosí, Enrique Francisco Galindo Ceballos, quien antes de ocupar el cargo fuese comisionado general de la Policía Federal de México y presidente y secretario ejecutivo de la Comunidad de Policías de América.

Francisco Galindo llegó al cargo en 2021 impulsado por la alianza “Sí por San Luis” conformada por el PAN, PRI, PRD y Conciencia Popular. Elecciones en las que su palmarés como policía le valió el 41.4339% de los votos.

De la seguridad, a la política

Estos casos de uniformados que han dejado de lado sus carreras en las corporaciones de seguridad de México para pasarse al campo político no son excepciones, y si miramos más atrás en la historia de nuestro país, encontramos los casos de Alfonso Jesús Corona del Rosal y de Jorge Carrillo Olea ambos exmilitares que tras dejar el servicio castrense se convirtieron en políticos alcanzando diferentes logros y puestos durante sus carreras.

Alfonso Corona del Rosal, formado en el Heroico Colegio Militar, ingresó a la política en 1938 cuando fue nombrado representante de la Primera Zona Militar y de las escuelas militares, a la Asamblea Constituyente del Partido de la Revolución Mexicana, y posteriormente designado subjefe de la Secretaría de Acción Militar.

Durante la campaña presidencial del Gral. Ávila Camacho, Alfonso Corona del Rosal fue miembro del Comité Nacional de Propaganda, y tras la victoria de Camacho, ocupó varios puestos en el Departamento del Distrito Federal, entre ellos el de secretario de Trabajo y Previsión Social y secretario particular del Lic. Javier Rojo Gómez, Regente de la Ciudad de México.

También fue diputado, senador y gobernador de Hidalgo, así como presidente del Partido Revolucionario Institucional, además de que en 1969 se le consideró en la prensa como posible candidato a la presidencia, aunque el puesto lo terminó ocupando el Lic. Luis Echeverría Álvarez.

Jorge Carrillo Olea es un general retirado de infantería y licenciado en Administración Militar por la Escuela Superior de Guerra, a quien se le considera como precursor en temas de Seguridad Nacional y Servicios de Inteligencia en México.

Como parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue electo gobernador del Estado de Morelos en 1994, sin embargo, en 1998 dejo el cargo tras ser acusado de secuestro y homicidio por omisión, cargos de los que en 2003 fue exonerado por un juez penal.

Algunos de los cargos públicos que ocupo como político fueron el de subsecretario de Investigación y Ejecución Fiscal de la secretaria de Hacienda y Crédito Público, subsecretario de Gobernación, secretario de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), y asesor del presidente de la República para Asuntos Internacionales Relacionados con el Control de Drogas ante la ONU en 1993.

Estos últimos personajes, Jorge Carrillo Olea y Alfonso Corona del Rosal, fueron herederos de un tiempo en la historia nacional donde las fuerzas castrenses estaban más correlacionadas al gobierno de lo que actualmente se toma como aceptable, periodo que terminó tras el gobierno del general Manuel Ávila Camacho, el ultimo presidente con formación militar de México.

VGB