“La primera vez que fui a la mañanera, vi a Andrés Manuel López Obrador de una manera distinta. No era aquel que conocí en 1995, en Villahermosa, platicando sobre el futuro del movimiento social que ya encabezaba. Tampoco era el hombre que tomaba pozos petroleros ni el candidato en permanente campaña. El centro del Salón de Tesorería, un magno espacio construido para la realeza española del siglo XVI, me di cuenta de que no hablaba como presidente, político o siquiera líder social, sino como un pastor espiritual que se dirige a su grey”.
Así describe el periodista con 3 décadas de experiencia como reportero político a López Obrador en su libro El pastor de masas. AMLO: una religión populista, en la que de antemano precisa que no se trata de un texto contra el presidente López Obrador, sino que describe a un personaje público. Pepe Gil, como se le conoce en el gremio, tiene ya varios títulos de políticos y su proclividad a lo esotérico, a la brujería.
“El presidente López Obrador es un tipo en términos estrictos y con mucho respeto un animal político en el sentido de que sabe qué hace con el poder. Lo utiliza muy bien. Es uno de los personajes claves en la historia moderna de México. No solo porque llega a la Presidencia de la República en el 2018, sino porque se lee en 20 distintas maneras, distintas facetas y una de esas facetas a la que doy un seguimiento, a partir de una de esas visitas que me tocó ir a Palacio Nacional, a la famosa mañanera, pues se lo empecé a ver”.
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Para José Gil Olmos “lo tenemos ahí a la vista: cómo ha usado la religión, como candidato cita constantemente la Biblia, hace referencias directas a Jesucristo. Su partido se llama Morena. Y no es casual que se llame Morena. Él mismo ha dicho que es un seguidor de Jesús cada vez que lo necesita, y creo que cada vez que sobre todo necesita reafirmar su mensaje. Primero como un líder político, como líder social y después como gobernante, pues hace esas referencias bíblicas como ningún otro presidente lo ha hecho. Ese día que fui a la mañanera el ambiente previo a la conferencia era muy similar al de una misa”.
Y describe: “Antes de que entrara López Obrador escuché susurros varias veces. Y de pronto sentía ese ambiente muy propicio de una especie de homilía. Y cuando llegó el presidente todo mundo se calla y empieza a hablar y al hacerlo guía incluso a muchos de nosotros que somos críticos, lo hace guiándonos hacia donde él quiere que sea el mensaje”.
El periodista recuerda que en los 90 encabezó una marcha en Tabasco en protesta por un fraude electoral. “Y le puso el nombre de El Éxodo por la democracia. El éxodo en referencia precisamente a lo que hizo Moisés y que es uno de los pasajes de la Biblia más importantes de cómo es que Moisés, siendo un líder social, líder político y militar, pues llevó al pueblo judío de Egipto, donde estaba él totalmente oprimido, pobre, marginado, esclavizado y los lleva caminando, los lleva caminando durante más de 30 años hacia una nueva situación, que es la tierra prometida”.
- Hay una anécdota que relatas en el libro que te contó Jesús Ortega Martínez, conocido como uno de los Chuchos en el PRD, el otro es Jesús Zambrano, ambos peleados con López Obrador, ¿qué te contó?
- Es un trabajo periodístico documentado con corroboración de fuentes y de versiones. Acudí a uno de sus primeros coordinadores de campaña y presidencial, que fue en el 2006 y cuando Andrés Manuel estaba con el PRD y es Jesús Ortega. Le pregunté. Le dije Oye Jesús, fíjate que estoy investigando esto de esta importancia religiosa en López Obrador y quisiera tener algo para que tú supieras. Me dijo “Sí, fíjate que él me contó que cuando estábamos en la campaña de 2006, juntos veníamos cruzando por Tabasco y vio un río. Cuando vio el río volteó y me dijo: ‘mira Jesús, yo aprendí a nadar en un río como este de muy pequeño. Nadaba muy bien y nado muy bien en un río. Pero en una ocasión me metí a nadar en un río y de pronto me empecé a hundir y sentía que ya desfallecía porque me empecé a hundir y no podía salir, no podía salir por más que intentaba, no podía salir y de pronto sentí una fuerza, un impulso que me sacó hacia la superficie y saliendo pues fui a mi casa y le conté a mi madre y mi madre me dijo una cosa que fue fundamental. Me dijo mira hijo, que Dios te ha dado otra oportunidad de vivir porque tú tienes una misión muy importante en la vida, vas a ser muy importante’.
Para José Gil Olmos el famoso ensayo de Enrique Krauze El mesías tropical es una “concepción muy fallida, porque Andrés Manuel no es un mesías ni un profeta”. Y en ese ensayo se hace referencia a esta anécdota.
“Esta historia, que podía ser solamente una anécdota, cobra una importancia fundamental en la vida de Andrés López Obrador porque se siente destinado. O sea, imagínense nada más: Es un hombre que se siente destinado para realizar una 4 transformación en la historia del país. Solamente detrás de Miguel Hidalgo, con la independencia, Benito Juárez con la Reforma y con Francisco Madero en la Revolución. Él es encabezando la cuatro transformación histórica del país. Y es así como desde niño ya se sentía predestinado para revisar esto.
- ¿Hay un abuso de Andrés Manuel López Obrador de esta religiosidad?
- La pregunta que me haces, si es un abuso: me parece que hay un abuso. Mira, ha habido otros presidentes así nada más a la memoria, muy rápido. Vicente Fox cuando gana y asume la Presidencia de la República luego de salirse del Palacio de San Lázaro, donde le ponen la banda, va a una a un evento donde su hijo le entregan una cruz y le entrega un estandarte de la Virgen de Guadalupe. Felipe Calderón también tuvo varias experiencias y estuvo con representantes de la Iglesia Católica, sobre todo, y estaba ahí presente la religiosidad. El mismo Enrique Peña Nieto incluso fue a la Basílica, acudió a misa, pero ninguno de ellos hizo tantas referencias y tanto uso de la religión, siendo candidato y luego siendo presidente de la República.
José Gil Olmos documenta con hechos, documentos y voces de expertos la tesis de su libro. “López Obrador hace una constante referencia a pasajes de la Biblia cuando viene Semana Santa y dice a Dios lo que es del César, lo que es del César. Hay un sinnúmero, un sinnúmero de referencias de símbolos religiosos. Incluso lo hemos visto. Cómo es que siendo candidato desde el 2012, aproximadamente en el 2018, cómo los grupos de evangélicos rezaban con él públicamente, rezaban con él y le ponía la mano en la cabeza y les decía que iban a rezar a su favor y que iban a hacer todo, todo para que les ganara. En el 2018 tiene muchos encuentros con grupos de Confraternice, que es una asociación de iglesias evangélicas de todo el país. Incluso los invita a participar en su gobierno. Ellos son uno de los que trabajan en la Cartilla Moral y también están en la Secretaría de Bienestar, en el programa de Jóvenes construyendo el Futuro. Son ellos los que están ahí participando”.
Por ello, “me parece que ningún presidente había hecho esto. Entonces, si tomamos en cuenta lo que dice la Constitución, que el Estado mexicano debe de ser laico, pues Andrés Manuel parece ser que no le importa esto, o sea, como hace con muchas veces con las instituciones y las leyes cuando no se acomodan a su proyecto. Este proyecto de la 4.ª transformación, pues lo salta y le da la vuelta y él hace lo que lo que quiere”.