MESA DE OPINIÓN LA SILLA ROTA - EL HERALDO DE MÉXICO

Injerencia del gobierno o partidos en sucesión de la UNAM sería inaceptable: analistas

Se puede opinar del proceso, pero no debe haber injerencia ni de partidos ni del poder político ni económico

Rectoría UNAM
Rectoría UNAM Créditos: DGCSUNAM
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La posible injerencia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador o de los partidos políticos en el proceso de designación del próximo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México sería inaceptable. Así coincidieron Angélica Buendía, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco y Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México, entrevistados al respecto en La mesa de opinión de El Heraldo y La Silla Rota, programa conducido por los periodistas González y Jorge Ramos.

“Esta en nuestro propio sentido ético impedir por todos los medios que haya una injerencia del gobierno en esta designación y en cualquier otra”, expresó Gil Antón.

El académico reconoció que se puede opinar del proceso, pero no debe haber injerencia ni de partidos ni del poder político ni económico. Pese a ello, recordó que en las memorias de ex rectores como Guillermo Soberón o José Sarukhán, se describe que ha habido secretarios de Estado que se han acercado.

“La tentación siempre existe”, remarcó.

Buendía coincidió con lo dicho por Gil Antón.

“No es posible (la injerencia) y nos toca a los universitarios (evitarla). Es inaceptable y tenemos que cuidar estos procesos. Existe la tentación del gobierno, pero también desde las propias universidades no hay que curarnos en salud en ese sentido y es una responsabilidad ética y académica”, planteó.

Candidatos a la rectoría de la UNAM

CON ESCLEROSIS

Los académicos también fueron consultados sobre el estado actual de la UNAM y su proceso de sucesión, en el que la Junta de Gobierno, un grupo de 15 notables universitarios, será el órgano encargado de designar al rector o rectora para los próximos cuatro años. Entre los nombres que se han manejado hay nombres como el de la secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, Patricia Dávila; el secretario Administrativo de la Universidad, Luis Álvarez Icaza y el coordinador de Investigación Científica, William Lee.

Al respecto, Gil Antón describió que el proceso de sucesión se basa en la Ley Orgánica de 1945, cuando la UNAM era más pequeña, y planteó que la legislación debería adecuarse a la actualidad.

“La UNAM es una institución cansada, exhausta, obesa, con sobrepeso, que tiene esclerosis para poder procesar los conflictos y decisiones que más le importan, debido a que su ley orgánica data de 1945. Entonces era más pequeña y ahora con tantos estudiantes y profesores, así como facultades, escuelas, institutos, programas y seminarios sigue teniendo una ley como si fuera una casa, con los mismos cimientos como en 1945”.

Dijo que incluso los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sesionan de manera pública, algo que no ocurre con la Junta de Gobierno.

“El quid de la sucesión en la UNAM necesita que en el proceso de designación que 15 notables harán, esté de por medio un horizonte de cambio y puesta al día de una institución importantísima que tiene una estructura ósea que no corresponde con los tiempos, su tamaño ni espíritu del país”, diagnosticó.

Por su parte Buendía describió el contexto en que se llevará a cabo el proceso de sucesión en la UNAM.

La Académica de la UAM dijo que la UNAM va a ser un referente en el cambio del gobierno, por lo que planteó considerar elementos como los efectos de la pandemia de la covid19, pues aunque se regresó a la presencialidad a las instituciones de educación superior, la emergencia sanitaria las marcó y se sigue lidiando con los impactos que dejó.

También propuso tomar en cuenta los cambios como la ley general de educación superior, y la participación de algunos universitarios en su redacción, así como de la ley de ciencia y tecnología.

Además, otro elemento que debe tomarse en cuenta es la perspectiva que se tiene de las universidades públicas y la del gobierno, y la cercanía de la UNAM con los candidatos a la presidencia, así como los desencuentros entre sectores universitarios con otros actores políticos, el cambio de gobierno y la diversidad de la UNAM.

A ello debe sumarse el tema de la perspectiva de género para ver si las universidades están listas para tener rectoras, añadió Buendía.

VGB