La revista The Lancet publica un extenso trabajo sobre los contratiempos en la búsqueda de la cobertura sanitaria universal en México, por lo que encontró tres principales: política polarizada, agitación política y la interrupción de la pandemia de covid-19.
Hizo principal énfasis en que México tuvo buenos resultados con la creación y consolidación del Seguro Popular, sin embargo, expuso que le eliminación de éste para convertirlo en el Insabi llevó al país a una vulnerabilidad en materia de salud, una decisión tomada, indicó, ante la polarización política y el populismo.
Para la presentación de esta publicación, se pudo ver a personajes relevantes como el doctor Guillermo Torre, el doctor Francisco Moreno Sánchez y el doctor Julio Frenk, esto en el panel "El Futuro de la Salud en México a 20 años del Seguro Popular".
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En el artículo se destaca que el 2023 marca el 20 aniversario de la creación del Sistema de Protección Social para la Salud y el Seguro Popular de México, un modelo para la búsqueda global para lograr la cobertura universal de salud a través de la reforma del sistema de salud.
Por lo que, se dieron a la tarea de analizar el éxito y los desafíos después de 2012, las consecuencias del envejecimiento de la reforma y la coincidencia única de la reorganización sistémica durante la pandemia de covid-19 para identificar estrategias para la preparación ante desastres del sistema de salud.
Se documentó que la salud de la población y la protección financiera mejoraron a medida que envejecía el Seguro Popular, a pesar de la erosión del presupuesto y la ausencia de las reformas necesarias. Sin embargo, el Seguro Popular cerró en enero de 2020 y México se embarcó en una reorganización compleja y extensa del sistema de salud.
The Lancet remarcó que el desmantelamiento del Seguro Popular mientras se intentaba establecer un nuevo programa en 2020-21 hizo que el sistema de salud mexicano fuera más vulnerable en el peor periodo de la pandemia y muestra la precariedad de la formulación de políticas basadas en evidencia frente a la polarización política y el populismo.
Las reformas deben diseñarse para que sean flexibles pero aisladas de la volatilidad política, así como construidas y administradas para ser estructuralmente permeables y adaptables a la nueva evidencia para enfrentar las cambiantes necesidades de salud.
Al mismo tiempo, los sistemas de salud deben estar preparados para resistir los choques sistémicos de la política y los desastres naturales.
Algunas de las conclusiones del artículo de The Lancet
- El Seguro Popular colocó al sistema de salud mexicano en una trayectoria positiva para la salud de la población y la protección financiera, a pesar de la escasez de fondos y las grietas en el sistema que requerían ajustes y reformas adicionales.
- La cuadriplicación del presupuesto de la Secretaría de Salud entre 2000 y 2015 se tradujo en una gran inversión en infraestructura y ampliación de un paquete de servicios garantizados que cerró brechas entre la población con y sin seguridad social, redujo los gastos de bolsillo catastróficos gastos de salud, especialmente para los hogares de bajos ingresos, y mayor acceso al tratamiento de enfermedades crónicas.
- Las lecciones aprendidas de las últimas 2 décadas de la reforma mexicana de 2003, incluso en torno a su desaparición, son relevantes, especialmente para países con sistemas segmentados y financiamiento público, privado y de seguro social. De hecho, varios países recurrieron al Seguro Popular para diseñar y reformar sus propios sistemas de salud, incluidos India, China y Turquía, que utilizaron el modelo de reforma mexicano como punto de referencia para diseñar su Programa de Transformación de la Salud.
- La eliminación del Seguro Popular también ofrece lecciones para la reforma de salud, ya que unir la reversión de la reforma con una pandemia es una experiencia de salud global única.
- La experiencia mexicana ilustra el riesgo de un liderazgo dispuesto a eliminar un sistema antes de diseñar su reemplazo. También muestra la precariedad de la formulación de políticas basadas en evidencia frente a la polarización política y el populismo.
- La polarización política pone en riesgo las reformas del sistema de salud, creando incentivos para derogar y reemplazar las políticas de las administraciones anteriores después de una transición política, incluso cuando la evidencia respalda su uso.
- Aislar las reformas de las presiones políticas y, al mismo tiempo, buscar la innovación y la renovación regulares es importante para futuras investigaciones comparativas sobre reformas de salud.
- Las reformas deben estar diseñadas para ser flexibles pero protegidas contra la volatilidad política. Los sistemas de salud deben construirse y administrarse de manera que sean estructuralmente permeables, flexibles y adaptables para incorporar la innovación que se requiere para adaptarse a las cambiantes necesidades de salud guiadas por nueva evidencia.
- Al mismo tiempo, deben estar anclados en cimientos diseñados para resistir los fuertes vientos de cambio, ya sean causados ??directamente por los seres humanos o por daños al entorno natural en el que vivimos. Sin embargo, a partir de las conmociones sistémicas, podría surgir un espacio para reconstruir que de otro modo no habría existido.