Este sábado 8 de julio se cumplen 47 años de la intervención del gobierno mexicano en el diario Excélsior, lo cual orilló a varios periodistas, columnistas y reporteros a salir de la editorial por sus críticas al gobierno de Luis Echeverría y al próximo presidente López Portillo, quienes dirigieron campañas de espionaje y amenazas contra esos comunicadores.
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Uno de esos periodistas perseguidos por el gobierno mexicano fue Julio Scherer, quien tras su salida de Excélsior, decidió empezar un nuevo periódico crítico del gobierno alejado de su injerencia. Por ello, fue objeto de espionaje y amenazas por parte de los políticos mexicanos disgustados por sus publicaciones.
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Ese nuevo periódico fundado por Scherer fue el diario Proceso, cuya primera edición apareció en 1986; y quien a 47 años de ese suceso que desencadenó su surgimiento en la historia nacional, publicó la forma en la que el gobierno estadounidense y la CIA veían a Scherer y al diario, según documentos desclasificados de la CIA y cables filtrados por Wikileaks.
“La CIA vio a Proceso como un medio atacado por el poder político de México y que realizó una cobertura activa sobre la guerrilla centroamericana y los gobiernos opresores en esos países”, escribe Proceso.
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Y resalta que el embajador estadounidense de ese entonces, Joseph John Jova, consideró que la intervención del gobierno de Luis Echeverría en el Excélsior, se debió a que el diario “quebró las reglas del juego al atacar al presidente, al PRI y al presidente electo José López Portillo”, lo que provocó que el mandatario interviniera en la editorial para desmantelar el ala crítica del Excélsior en la que se encontraba Julio Scherer.
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Proceso destaca que para el embajador estadounidense, Scherer y los otros periodistas expulsados del Excélsior, fueron hombres “determinado a resistir los ataques” del presidente y que no estuvieron dispuestos a doblegarse ante las amenazas de este y otros miembros de su gobierno.
Para el embajador, Scherer fue “uno de los más controversiales y conocidos periodistas” mexicanos de la época, quien en una conversación privada le habría comentado que “nunca trabajaría para esas personas, yo no soy una prostituta”, ello pese a admitir que tenía miedo por las amenazas que recibía, pues a su parecer, “Echeverría era capaz de cualquier cosa".
La persecución del gobierno contra Scherer se extendió hasta la intervención de teléfonos y la colocación de micrófonos en su domicilio privado y oficinas, información que, de acuerdo con Proceso, se encuentra documentada en documentos desclasificados de la CIA.
La CIA, habría documentado un caso en el que el exjefe de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla, intentó sobornar al recién formado periódico Proceso con la intención de evitar que publicaran una nota que lo exponía. El periódico terminó cediendo a no publicar la nota por las amenazas, sin embargo, Scherer, no cedió y la público en su libro “Los Presidentes”.
Scherer fue considerado en aquella época como una de las “personalidades destacadas” de México, siendo el único periodista en la lista, en la que también figuraba el expresidente Luis Echeverría, Carlos Fuentes, Octavio Paz y David Alfaro Siqueiros, entre otros.
La CIA también tendría documentado como la Dirección Federal de Seguridad tenía conocimiento de los itinerarios de Scherer, cuando salía de casa, cuando iba a caminar, cuando iba a la oficina, cuando salía de la oficina, que hacía en sus ratos libres, ello, porque el periodista era un crítico del gobierno del presidente, y por tanto se convirtió en objeto de su venganza.
VGB