Pancho Villa: un siglo de legado y controversia puede ser el título que adorna el centenario del fallecimiento de la emblemática figura de la Revolución mexicana. A través de los años, su imagen ha sido tanto venerada como lo máximo, elevada a la categoría de héroe y reducida al estigma del bandolero. Esta dualidad persiste y sigue dando lugar a un examen cuidadoso de la vida y obra de Villa. Hoy, a 100 años de su fallecimiento, se le sigue recordando de cientos de maneras en Durango y Chihuahua, en otras partes del país y por supuesto, por parte del Gobierno Federal.
Guadalupe Villa, nieta del revolucionario e historiadora, explica que este contraste, esta lucha entre la percepción del bien y el mal en Villa, es algo inherente a su figura y probablemente será eterno. Admite la existencia de estas dos facetas en su abuelo: la del joven bandido y hombre violento, y la del líder revolucionario que luchaba por los más necesitados.
"En la historiografía siempre vamos a encontrar esa dualidad: el bandolero o el de la bonhomía, que se preocupa por los pobres, por la educación de los niños y jóvenes. Eso nunca va a cambiar", comentó en entrevista con EFE con motivo de su centenario luctuoso, que se cumple este jueves.
Sin duda, Villa tuvo que enfrentarse a la adversidad desde muy joven. Con solo 16 años, tuvo que unirse a un grupo de bandidos para poder sobrevivir. Este episodio refleja claramente las dificultades y desafíos de la época, y cómo estos moldearon su vida y carácter.
"Sí, fue un bandolero. Él cuenta que a los 16 años se tuvo que juntar a un grupo de bandoleros porque tenía que unirse a alguien para sobrevivir. Si uno no se pone en esa época mentalmente, esto no se entiende", subrayó.
Si bien la visión retrospectiva de Villa, en el contexto de los derechos humanos contemporáneos, puede parecer condenatoria, la historiadora pide que se tenga en cuenta el entorno social de la época. Villa vivió en una era de violencia, control y machismo, donde los derechos humanos no se concebían de la misma forma que hoy.
"Hay campañas de mujeres diciendo que era un macho, y sí, lo fue: en esa época los hombres eran machos, violentos, controladores. Se le juzga con los ojos de ahora, pero entonces no había derechos humanos, ni se conocían ni ejercían con el concepto que ahora tenemos", replicó.
A lo largo del tiempo, la imagen de Villa ha experimentado una evolución, pasando de ser vilipendiada a recibir un reconocimiento más positivo. Esto se debe, en gran parte, a la labor de Guadalupe y otros estudiosos que han explorado su vida de una forma más matizada y equilibrada.
"Va cambiando su figura, se le va viendo con una luz más favorable, pero nunca faltan aquellos que le siguen denostando. Mi cruzada en esta vida es hablar de las cosas que hizo bien, porque las hizo", insistió Guadalupe.
Villa, nacido en 1878 en el estado de Durango, siempre estuvo ligado a la lucha armada y logró un lugar destacado en la historia de la Revolución mexicana (1910-1917) como comandante de la División del Norte. Además, su intento de invadir territorio estadounidense en 1916 cimentó la fama y leyenda de su figura.
Para muchos mexicanos, Villa sigue vivo gracias a su lucha social. Proveniente de la pobreza, él logró superar numerosas adversidades y contribuyó significativamente al desarrollo del país a través de su incansable trabajo y dedicación. Su figura se ha convertido en un símbolo de resistencia para aquellos que enfrentan la injusticia y la pobreza.
"Sigue vivo en la mente de los mexicanos porque mucha gente que sufre pobreza, injusticias y persecución, que siente que no es tomada en cuenta, se identifica con él", agregó.
El presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó el 2023 como el año de Francisco Villa. Su imagen aún adorna camisetas y su nombre resuena en las calles cuando los mexicanos se manifiestan por sus derechos. Con motivo del centenario de su muerte, se estrenarán una serie de televisión y una radionovela sobre su vida. Además, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México organizará un conversatorio y una exposición de arte para profundizar en aspectos menos conocidos de su vida. Sin duda, el legado de Pancho Villa sigue vivo y sigue invitando al análisis y reflexión.
Contexto: "Pancho" Villa, entre las dos caras de la moneda
Doroteo Arango, más conocido como Pancho Villa, es una figura compleja y emblemática de la historia mexicana que ha generado tanto admiración como repulsión a lo largo del tiempo. Así lo expone el historiador Agustín Sánchez Andrés en su libro "Pancho Villa: El personaje y su mito", que revela una dualidad entre el revolucionario analfabeto y el violento protagonista de una leyenda negra.
El autor, miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México y profesor en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se propuso con esta obra acercar al público general la historia de Villa, un personaje cuya empatía resulta difícil debido a la brutalidad de sus actos, incluyendo masacres y asesinatos a sangre fría.
Pero Pancho Villa también es un ícono de resistencia, capaz de superar derrotas significativas en su camino. En la doble cara de su leyenda, se le venera como un revolucionario ejemplar y se le repudia como un brutal y despiadado individuo. Así, la figura de Villa oscila entre el héroe popular mexicano, similar a un "Robin Hood", y el personaje sanguinario de la leyenda negra.
Sánchez Andrés apunta a la importancia de Pancho Villa como símbolo de la Revolución Mexicana y de México en la actualidad. Se le reconoce en la literatura, en las películas y en la música popular, aunque lamenta la ignorancia generalizada en España acerca de esta figura histórica y la Revolución mexicana en general.
Con información de EFE
DJC