REGISTRO NACIONAL DE OBLIGACIONES ALIMENTARIAS

Historia de la Ley Sabina: "No es justo cargar con la responsabilidad, mientras ellos gozan de la impunidad"

La Ley Sabina es el logro de la lucha de mujeres que maternan de manera autonoma y exigen que los hombres cumplan con sus obligaciones alimentarias hacia sus hijos e hijas

"Estamos hartas de maternar en solitario", Historia de la Ley Sabina.Créditos: Especial
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"Nos acostumbraron a que se lo dejáramos a Dios, al karma, a que tenemos mucha dignidad y estamos fuertes para trabajar" relata Diana Luz Vázquez, una de las principales protagonistas en la ley que en abril aprobó el Congreso federal para generar el primer Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias.

Se trata de la Ley Sabina, que lleva el nombre de su hija, e implica que en una sola base de datos se concentre la información de deudores y acreedores quienes han rehusado responsabilizarse de sus obligaciones alimentarias hacia sus hijos e hijas. El objetivo es proteger los derechos de niñas, niños y adolescentes; y entró en vigor el 9 de mayo tras su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Si eso ocurrió fue justamente porque Diana Luz y un promedio de 30 millones de mujeres que maternan de manera autónoma, decidieron no dejar el tema ni a Dios, ni al karma, ni a la dignidad. Y advierten que el día del padre, el 18 de junio, instalarán tendederos masivos en todo el país.

"Podemos sacar a nuestros hijos e hijas adelante porque no es opcional, tenemos que hacerlo", afirma en entrevista con La Silla Rota. "Y no es justo que carguemos con toda la responsabilidad mientras estos hombres gozan de la impunidad, siguen haciendo hijos y no tienen ningún costo en su vida, salud y profesional", enlista.

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Diana Luz desarrolló en junio de 2021 la idea de poner, literalmente, un tendedero con las fotografías de aquellos deudores alimentarios que se rehúsan a pagar pensión alimenticia en favor de sus hijos. La intención fue exponerlos públicamente para presionarlos a asumir su responsabilidad. La idea cobró forma después de ser trabajada en colectivo con un grupo de tres activistas. 

Luego vino la convocatoria en la red social Facebook. "Amigas que tengan un deudor alimentario: manden su foto porque los vamos a exhibir en un tendedero", posteo Diana Luz. En una semana recibió un promedio de 70 fotografías y se conformó el primer tendedero en una plaza pública en Oaxaca. Dos años después, el movimiento cobró fuerza e instaló ya 22 tendederos en 32 estados del país.

Sabina está lejos de mantenerse al margen del tema; regularmente acompaña a su mamá a instalar los tendederos para exhibir a quienes evaden su responsabilidad para con sus hijos. Incluso, ahora que cumplirá 6 años, suele tomar el megáfono durante los actos de protesta. En los juzgados la menor ha enfrentado a su padre; cara a cara, le ha preguntado "oye papá ¿Por qué no pagas mi pensión?". 

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Un camino empedrado

"Llego a esta lucha con base en mi propia historia que fue buscar el reconocimiento de paternidad de mi hija Sabina que ya va a cumplir 6 años. La primera lucha fue que su padre la reconociera y aunque de eso vendría la pensión alimenticia, la realidad es que ha sido un peregrinar jurídico como el de muchas madres que nos atrevemos a denunciar a estos señores que no quieren reconocer a nuestros hijos o se niegan al pago de pensión".

Aunque a primera vista la aprobación del Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias es una buena noticia para las madres de estos menores, Diana Luz explica con detalle por qué la reforma que aprobó el Congreso federal es apenas el principio de una serie de otras 40 reformas que deben ser sumadas para, ahora sí, en toda la extensión de la palabra, garantizar que los padres sí se responsabilicen de su manutención de sus hijos.

"Colocar el primer tendedero de deudores alimentarios fue un ejercicio de catarsis; pero en los últimos tres años se convirtió en un movimiento social de lucha de las madres en México y América Latina para que estos trámites y procesos dejen de ser cansados y revictimizantes para nosotras", relata.

Cada foto expuesta significa que una madre de familia busca justicia para sus hijos. No hay cifras oficiales, pero se estima que en México existe un promedio de 30 millones de mujeres en esta situación. Solas, deben enfrentar día a día cómo resolver la manutención de sus hijos, con o sin empleo, sin el apoyo del padre de estos y sin un sistema legal que reconozca su situación y las proteja. Y si no hay cifras oficiales, explica la protagonista de esta historia, es porque el INEGI da pie a un sesgo al realizar sus encuestas relacionadas con la maternidad. “A las madres se les pregunta cuántos hijos tienen y responden; los padres no lo precisan”.

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La revictimización en juzgados

Diana Luz narra la experiencia que ella y millones de madres enfrentan todos los días en los juzgados de las 32 entidades del país. Se trata básicamente de la protección legal que "el patriarcado jurídico" da a quienes evitan la responsabilidad de hacerse cargo de la manutención de sus hijos. Habitualmente los juzgadores suelen recibirlas con una frase: "señora ¡usted está joven! Póngase a trabajar y dejé al señor ser feliz con su nueva pareja".  

"Si no se trata de hablar de los progenitores y sus relaciones personales o afectivas que tengan” precisa, “se trata de poner los derechos de las infancias al centro y que en México están en el olvido, están descuidadas y son revictimizadas", contextualiza.

En este escenario millones de mujeres mexicanas se ven en la necesidad de relegar el cuidado de sus hijos e hijas con familiares o terceras personas ante el riesgo de que puedan ser violentados, maltratados e incluso abusados sexualmente.

"México ocupa el primer lugar en pornografía infantil y abuso sexual infantil, muchos de estos hombres son deudores alimentarios y se desaparecen por años. Y cuándo se les demanda y la justicia está cerca, se aparecen. Pero muchos de ellos son violadores y eso hay que decirlo y nombrarlo. Y nosotras carecemos de una red de cuidados garantizada por el Estado".

Luego, enlista un conjunto de acciones que las revictimiza. "Este sistema jurídico está encausado para que los hombres no paguen la pensión, para que la puedan evadir, para que renuncien a sus trabajos, para que se declaren insolventes y una serie de artilugios jurídicos más que utilizan, amparados por abogados que son sus cómplices. Y también por jueces que después de años de lucha de las madres, otorgan sentencias provisionales que son en verdad ridículas en relación a la calidad de vida que tienen las infancias. Se defienden más los derechos de los deudores alimentarios que los de sus hijos".

Los deudores alimentarios no son hombres comunes y corrientes, describe. También hay entre ellos funcionarios públicos. En México, expone, la ley obliga a los deudores alimentarios a asumir su responsabilidad partiendo del 15% de su salario; en Chile o Argentina parten desde el 30% mientras que en Estados Unidos el monto se calcula entre el 30 y 60% en caso de que sean, al menos, dos hijos.

"En México pareciera que hay que darle a una infancia lo menos posible; y tampoco hay una cantidad fija base de la que partamos para una pensión alimenticia. Regularmente se parte de las posibilidades del deudor; estamos hablando de leyes, trajes a la medida para que estos señores den lo que pueden si quieren. Es un privilegio patriarcal de los hombres, así lo afirmamos nosotras".

Diana Luz lamenta que la medida se haya implementado en México tarde porque en otros países tiene al menos 20 años de antigüedad. "Vamos tarde, pero sin duda es un logro de las luchas feministas, las mujeres que luchan se encuentran y encontramos que estamos hartas de maternar en solitario", sentencia. 

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El día a día… solas

Las madres que han participado en la instalación de los 22 tendederos de deudores alimentarios se ven inmersas en dos preguntas que tienen que resolver a diario: qué van a comer sus hijos e hijas y cómo obtener el dinero para satisfacer esas necesidades a diario, con o sin empleo.

"Para nosotras es resolver cómo alimentamos y pagamos la escuela de nuestros niños, si vamos al Monte de Piedad para ver qué empeñamos o qué vendemos. La realidad es que estos señores han estado impunes en México y siguen haciendo hijos; y lo hacen porque saben que no pasa nada, que la justicia no llega y que pueden evadir su responsabilidad alimentaria y declararse insolventes y tampoco pasa nada". Otro factor que les da desventaja, agrega, es la falta de asesoría legal.

"Nos cuesta mucho trabajo pagar abogados para meterlos a la cárcel y en México el trabajo de cuidados y crianza no es remunerado. En Chile se acaba de reformar que dentro de la pensión alimenticia se cuantifique el trabajo de cuidados; mientras que aquí, en nombre del amor, que porque somos las madres y nos corresponde por el amor a nuestros hijos, estamos obligadas a hacerlo. Nosotras pensamos que los padres también, por amor a sus hijos, deben cargar y cuidar con las infancias y eso no pasa porque quienes cuidamos en este país somos las mujeres".

Subraya que en México no existe un sistema de cuidados en el cual se puedan apoyar y afirma que para este sector de mujeres la eliminación de las escuelas de tiempo completo, así como las estancias infantiles jugó como un factor en contra, dentro de las circunstancias por las que atraviesan.

Las Escuelas de Tiempo Completo funcionaron hasta 2018, antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso su eliminación desde el Congreso federal. Cumplió con las funciones de brindar educación y alimentación a un promedio de 3.6 millones de niños y adolescentes.

Desaparecieron según el acuerdo 05/02/22 que emitió la Secretaría de Educación Pública y fueron sustituidas por el programa "La Escuela es Nuestra" que en resumen propone que los padres de familia reciban dinero directamente para dar mantenimiento a las escuelas de sus hijos sin presencia de intermediarios.

Lo mismo ocurrió con los programas de estancias infantiles de tiempo completo creadas en 2007 para las madres de familia que no contaban con un servicio de guardería por parte del seguro social o ISSSTE. El presidente Andrés Manuel López Obrador planteó en 2019 su eliminación y sin este servicio las madres tuvieron que buscar dónde encargar a sus hijos mientras ellas trabajaban o salían a resolver sus necesidades económicas.

"Es inaceptable porque no puedes destruir una política pública sin ofrecer una solución a la problemática”, refiere Diana Luz. “No tenemos un sistema de cuidados y las condiciones en las que maternamos las madres autónomas es que más del 80% están en condiciones de pobreza y el otro 20% está a punto de llegar a esta condición".

Los pendientes

La ley Sabina abrió un parteaguas histórico en el tema. "Hoy es un momento importante de la agenda de las madres en México, no habíamos hablado ni organizado porque no tenemos tiempo. Porque trabajamos o nos salimos a las audiencias en el juzgado y terminamos asistiendo los procesos. O trabajamos y mantenemos a nuestras criaturas u organizamos nuestra manifestación".

Diana Luz reconoce el esfuerzo de los 30 millones de mujeres que organizadas en diversos colectivos a nivel nacional participan en los tendederos masivos de deudores alimentarios.

"Si este movimiento está creciendo es porque lo estamos haciendo producto de esta rabia, de este coraje y hartazgo que sentimos de la impunidad y falta de justicia en los procesos de pensión alimenticia. Que los jueces no tengan un plazo para otorgar una pensión provisional, por ejemplo. O que no tengan perspectiva de género al otorgarlas y que sigan estando de lado de estos delincuentes".

"Quisiéramos que el Registro Nacional de Deudores Alimentarios se implementara ya; no lo vemos cerca porque de entrada no hay registros estatales en todo el país. Hay 22 y si no son públicos es por la resistencia patriarcal en los Congresos estatales; en funcionarios jurídicos de gobernadores y gobernadoras que están impidiendo las reformas a los deudores alimentarios. No vamos a quitar el dedo del renglón ni a desistir de esta lucha que iniciamos".

Y aunque celebran la creación del Registro, enfatiza, aún no es suficientes. "Lo que aprobó el Congreso federal es solo un aliciente, una pomada al problema. Nosotras queremos 40 reformas más que denominamos Ley Sabina. Por ejemplo, en este momento las mujeres estamos pagando los exámenes de ADN para que los delincuentes reconozcan a sus hijos, esto no puede ser; debía ser un derecho que garantice el Estado”.

Finalmente adelantó que continuarán su trabajo con los congresos locales para empujar otras reformas "y que la ley Sabina sea una realidad para beneficiar al mayor número de infancias y millones de madres en este país con esta problemática que ha sido normalizada y también silenciada. Falta todavía un camino largo en el Congreso federal porque faltan 40 reformas legislativas que todavía no están aprobadas".

VGB