Los fenómenos meteorológicos de conocidos como tormentas de arena y polvo, en especial, los provenientes desde el desierto del Sahara, son comunes en las regiones áridas y semiáridas, desde donde se propagan al resto del mundo como consecuencia de los fuertes vientos que soplan y levantan el polvo, desplazándose por todo el continente continente africano y europeo, y atravesando el océano Atlántico hasta el continente americano.
La presencia de esta “niebla de arena” en el ambiente puede provocar en las personas algunos problemas respiratorios y alergias, además de que se le relaciona con enfermedades endémicas como la fiebre del Nilo Occidental. Por lo general, las personas más susceptibles de ser afectadas por este fenómeno meteorológico son las que padecen de enfermedades respiratorias y alergias.
Entre las enfermedades que son agravadas por respirar polvo del Sahara están: la bronquitis, el asma y la EPOC, pues el polvo irrita los pulmones y provoca inflamación. Además puede incrementar el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares como enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
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Otro de los riesgos para la salud que trae consigo este tipo de fenómenos meteorológicos, es el aumento de la probabilidad de desarrollar alergias debido a la alta presencia de alérgenos en el polvo, por lo que ante la presencia de síntomas como: irritación en los ojos, nariz y garganta; así como estornudos, tos y enrojecimiento en la piel, se recomienda acudir al médico.
Sin embargo, las tormentas de arena y polvo del Sahara también traen consigo una serie de beneficios más allá de las implicaciones dañinas para salud, las cuales, para el caso de México no representan un peligro para la población, “su efecto es más directo en la cantidad de nubosidad y lluvias”, según informó la Cenapred.
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Beneficios del polvo del Sahara
Según informó el investigador Luis Antonio Ladino Moreno, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), en una edición de la Gaceta de la UNAM, el polvo del Sahara tiene un impacto positivo considerable en la calidad del aire y la visibilidad en los cielos, pues el polvo absorbe la luz solar y regula la temperatura.
Sus beneficios no solo se quedan en el aire, sino que también se reporta un beneficio para los suelos y los mares, aunque al llegar al continente americano, está ya ha perdido gran parte de su contenido mineral, el cual se va quedando en el camino que recorre desde África pasando por el océano Atlántico.
“Este polvo contiene minerales que fertilizan el océano y la tierra; en ese sentido, los suelos de Yucatán, Quintana Roo y Campeche podrían verse beneficiados. Además, al tratarse de un compuesto altamente árido y seco, inhibe la formación de huracanes y nubes”, explicó.
De acuerdo con el investigador español, Xavier Querol, el polvo del Sahara “es un fertilizante de primer nivel", pues “contiene hierro y fósforo, que fertiliza nuestros bosques, campos e incluso el mar", ya que "absorbe el dióxido de carbono y da mucho alimento a los peces".
¿Qué estados de México son afectados por el polvo del Sahara?
Los estados de México que podrían ser afectados por la llegada del polvo del Sahara son principalmente las regiones costeras del Golfo de México y la península de Yucatán, como: Yucatán, Veracruz, Tabasco, Tamaulipas y Quintana Roo, aunque también se ha registrado la llegada de este tipo de polvos a la zona norte del país.
En cuanto a la zona centro, es muy poco probable que se vea afectada por los polvos, pues la sierra Madre oriental es una barrera natural para que no atraviese al centro del territorio, por lo que sólo pequeñas concentraciones logran llegar.
La llegada de este tipo de polvos al territorio nacional puede verse a través de indicios meteorológicos como: que el día se torna grisáceo, los atardeceres rojizos y hay escasa nubosidad.
VGB