Para la realización del tajo que la Comisión Federal de Electricidad está haciendo en El Pinabete, para rescatar los cuerpos de 10 mineros quienes quedaron atrapados desde el 3 de agosto, se evaluó la posibilidad de explotar el carbón que se encontrara “para un balance de recuperación del costo”.
Así lo informó la Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, como parte de la respuesta a una solicitud de información hecha por La Silla Rota, sobre las actividades de rescate realizadas entre el 3 y el 30 de agosto, en el pozo y alrededores de El Pinabete, ubicado en Sabina, Coahuila.
De acuerdo con una fuente que conoce la zona pero pidió el anonimato, difícilmente se recuperaría el costo del rescate con un plan que busque explotar el carbón, ya que precisamente si los pequeños productores recurren a la arriesgada minería de pocitos -como ocurrió con quienes explotaban en El Pinabete- es porque las grandes cantidades de carbón ya fueron extraídas por las mayores empresas mineras.
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Y si se busca carbón con otro método, el riesgo es enorme, añadió la fuente.
Otro de los detalles que permite conocer el informe, llamado Acciones de Respuesta, es que a partir del 20 de agosto, en cuanto se reunió la Gerencia de Estudios de Ingeniería Civil de la Comisión Federal de Electricidad con la CNPC para el intercambio de información y trabajo de propuestas conjuntas, comenzó a perfilarse la decisión de que la recuperación fuera mediante el método de tajo abierto. Actualmente es la CFE la que está a cargo de la recuperación de los cuerpos.
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La irrupción de la Gerencia de Estudios de Ingeniería Civil de la CFE se dio pese a que la CNPC previamente ya había consultado a empresas y expertos extranjeros sobre el mejor método de rescate y habían avalado el plan de usar pantallas, barrenos y tapones para una búsqueda subterránea, como se lee en el mismo informe.
El informe también detalla que fueron varios buzos y drones los que se metieron al pozo y lo que encontraban. Hubo un punto donde vieron que el fondo estaba libre, pero los cuatro túneles hechos para la extracción del carbón estaban taponeados.
En una de las inmersiones el 8 de agosto de un dron en el pozo 3, se observó que no existían condiciones para el ingreso de cuerpos de búsqueda y rescate, debido a que se observó gran cantidad de elementos sólidos y turbulencia.
En el documento no se hace mención a temas jurídicos sobre las irregularidades del predio, cuyo presunto propietario, Cristian S fue apresado el 26 de septiembre pasado por la Fiscalía General de la República y aún hay dos prófugos más, ya que aparentemente no tenían permiso para explotar el carbón.
Además, tenían a los mineros sin Seguro Social y con escaso equipo de protección ante accidentes.
El pasado 23 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que la recuperación de los 10 cuerpos de los mineros será concluido a fines de año, aunque inicialmente la CFE había previsto que terminarían 11 meses después de la explosión, o sea para julio de este año.
Este 3 de marzo se cumplieron siete meses de la tragedia ocurrida en la Región Carbonífera de Coahuila.
EXPLOTAR CARBÓN
La Silla Rota pidió a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana informar cuáles fueron las actividades que realizó la CNPC para el rescate y cómo se coordinó con otras dependencias, pues también participaron las Secretarías de la Defensa Nacional, de Marina, del Trabajo, de Economía, la Guardia Nacional, la Comisión Federal de Electricidad, además de los gobiernos estatal de Coahuila y municipal de Sabinas.
Respecto al tema de explotar el carbón que se encontrara como parte de los trabajos de rescate, se discutió el 25 de agosto, luego de que se decidió que entre las opciones para hacerlo estaba el tajo a cielo abierto, las pantallas y tapones para una búsqueda subterránea y otro era la extracción total de agua.
Luego de que desde el 3 de ese mes se habían realizado hasta 26 barrenos en el predio, se habían descubierto oquedades y que había una conexión subterránea con la mina abandonada e inundada de Conchas Norte, la CNPC anunció que el método para el rescate sería por tajo, por ser el más seguro, representar menos tiempo e incertidumbre para el proceso de recuperación de los mineros.
Para el rescate se consideraron los siguientes puntos:
- Inicio de la actividad dependerá de la liberación de permisos (tenencia de tierra, afectación de infraestructura, explosivos)
- Evaluar un proyecto integral de remediación y valor social, ejemplo un lago y el terreno como un área de esparcimiento y memorial
- No se consideró la variable de un eventual proceso de licitación para la ejecución del proyecto
- Se consideró importante considerar la explosión (sic), reubicación y/o donación de las áreas de afectación desde las primeras etapas
- Se evaluó la posibilidad de explotación del carbón que se encontrará en el proceso para un balance de recuperación del costo.
LA LLEGADA DE LOS INGENIEROS CIVILES DE LA CFE
El 17 de agosto, según el informe, la CNPC llevó a cabo una reunión con la participación de la Embajada de México en Alemania, la Sedena y especialistas alemanes donde se abordaron las siguientes acciones:
- Continuar con los trabajos de Geofísica al interior de la mina y explorar las opciones de sellado de las áreas de ingreso de agua a la mina.
El 18 continuaban en el predio las acciones de tomografía eléctrica, procesamiento de datos en gabinete, identificación de las zonas por donde entraba el agua, incluyendo la de la mina de Conchas de Norte, el sellado de las entradas de agua como se tenía planeado, y seguir con su extracción y el monitoreo de los niveles de gases.
“Empresas de Estados Unidos y de Alemania validan trabajos realizados en la mina Pinabete. Realización de trabajos de geofísica al interior de la mina, lo que permite generar perfiles de resistividad, conocer la existencia de fallamientos, porosidad o existencia de oquedades”, se lee.
Además, se menciona también una reunión con la empresa estadounidense Phoenix First, especialista en rescate en minas, en la cual se ratificó que la opción de sellar la apertura entre las dos minas era el procedimiento más adecuado para resolver la inundación.
Dos días después, el 20 de agosto fue la citada reunión de la gerencia de la CFE y la CNPC.
El 21 el inicio de monitoreo de pozos en las minas aledañas a El Pinabete, “con esta acción se establecerá el balance hidráulico para estimar las zonas de aportación (Mina 6 al norte y Mina Conchas al sur)”, explica el documento.
El 22, a petición de los familiares, aún se consultó a entes de alto nivel técnico internacionales validar las acciones implementadas.
“Los informes emitidos por Estados Unidos y Alemania establecen estar de acuerdo con las acciones llevadas a cabo, de igual manera, respaldaron las medidas adoptadas sobre el bombeo y los barrenos para abatir los niveles de agua. Se perforaron 3 en los límites entre las dos minas (Pinabete–Conchas Norte) se busca evidencia de los puntos donde se llevará a cabo el sellado”.
Incluso, ese mismo día los geofísicos de la CFE y del Centro Nacional de Prevención de Desastres reforzaron a los especialistas para validar y ampliar el análisis que se elaboró para la toma de decisiones.
Todavía el 24 de agosto se tenía previsto que la CFE y la empresa MIMOSA propusieran soluciones técnicas para el ingreso a la mina para después evaluar y determinar la mejor en función del tiempo, riesgo de ingreso y costo.
Pero el 25 de agosto fue presentada la opción de rescate considerada de mayor seguridad, la del tajo a cielo abierto.
EL AGUA QUE SE FUE AL RÍO
Otro tema que aparece en el documento Acciones de respuesta, es que el 26 de agosto, luego de observar que el agua extraída del subsuelo como parte de las actividades de rescate tenía un color marrón, acompañada de espuma, la Coordinación Nacional de Protección Ciudadana pidió a la Comisión Nacional del Agua monitorear la calidad del agua.
Una de las conclusiones fue que el agua extraída de la actividad minera se había descargado en el río Sabinas, a unos kilómetros, que el color marrón del río se debía a la presencia de hierro, aunque no había presencia de sulfuros en el agua descargada y la concentración de metales tóxicos era muy baja conforme a la respectiva norma.
Días antes, el 19 de agosto, la Conagua llevó también a cabo la medición de cantidad de volumen que lleva el río Sabinas, descartando usar una fuente de aportación directa a la mina de El Pinabete.
LOS BUZOS
Del informe de Acciones de respuesta de la CNPC también se devela que varias veces se metieron buzos y drones al pozo, y encontraron material al fondo.
El 8 de agosto, la Marina empleó personal especializado y un dron submarino que está equipado con cámara de alta resolución y luz para grabar hasta 250 metros de profundidad, a fin de incursionar con los niveles actuales en las galerías de la mina sin poner en riesgo a los rescatistas.
En el proceso de preparación para ingresar el equipo al pozo 4, se encontraron pilotes de madera, por lo cual no se llevó a cabo la inmersión de equipo.
También ingreso un dron al pozo 3 y se llevó a cabo una videograbación y se observó lo siguiente:
- Hizo contacto con lámina de agua.
- No existían condiciones para el ingreso de cuerpos de búsqueda y rescate.
- Se observó gran cantidad de elementos sólidos y turbulencia.
Un día después, cuando aún se tenían ligeras esperanzas de encontrar vivos a los mineros, en el proceso de preparación para ingresar un equipo al pozo 4, se encontraron pilotes de madera, por lo cual no se llevó a cabo la inmersión. Se determinó intentarlo en el pozo 3.
La Marina en coordinación con la CNPC, llevaron a cabo la prueba de un equipo inmersivo no tripulado, o sea un dron, para el ingreso en el área de trabajo para el rescate de los mineros.
El 10 de agosto se retiraron los pilotes que obstruían el paso en el pozo 4, para que un buzo de la Sedena hiciera una exploración inicial de las condiciones existentes.
Derivado de procesos de inmersión de los buzos en el pozo número 4 y por seguridad del personal, se retiraron las bombas en dicho pozo y se suspendió la energía en el todo el circuito eléctrico.
El 11 de agosto se informó de los resultados. Conforme a la información que brindó el equipo de buceo un día antes, la situación que existía en el pozo 4, era la siguiente:
El fondo del pozo se encontró despejado y las entradas hacia las 4 galerías estaban bloqueadas por pilotes de madera.
Por su parte la Sedena realiza la extracción de escombros para permitir el ingreso de rescatistas para localizar a los mineros.
El 12 de agosto se realizaron tres descensos por parte del Equipo de Respuesta Inmediata ante Emergencias y Desastres (ERIED) y un voluntario de las brigadas de mineros, retirando elementos que obstruían el ingreso de los rescatistas.
El 13 de agosto, día 10 desde que comenzó el intento de rescate, se llevaron a cabo tres descensos del personal especializado de la Sedena para el retiro de material que obstruía el paso y se retiraron 5 polines, malla electrosoldada y 60 metros de manguera. Del análisis de los niveles registrados, se concluyó que se ha estabilizado el crecimiento de los tirantes al interior de los pozos.
Pero el material abajo seguía siendo detectado. El 14 de agosto a través de la Unidad Estatal de Protección Civil de Nuevo León, se inició la incursión en el pozo 2 de un dron submarino, en donde se notó que existían materiales tales como madera, tubería PVC y malla metálica, que obstruían el acceso a la galera.
VGB