LORENZO CÓRDOVA

"En un México sin el INE ganarían el dinero y los poderes fácticos"

En entrevista con La Silla Rota, el consejero presidente del INE reconoce los retos y los logros que aún tiene el instituto

Sale del INE este lunes 3 de abril, en entrevista con La Silla Rota reconoce que México no sería el mismo sin el instituto
Lorenzo Córdova.Sale del INE este lunes 3 de abril, en entrevista con La Silla Rota reconoce que México no sería el mismo sin el instituto Créditos: Cuartoscuro
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Lorenzo Córdova se va del Instituto Nacional Electoral (INE) este 3 de abril. El pasado 27 de marzo se despidió del Consejo General que preside desde el 4 de abril de 2014: "como presidente, todo mi respeto y mi más sincero afecto; y como ciudadano les digo solo gracias, muchas gracias". En entrevista con La Silla Rota, Córdova reconoce que, si el INE que conocemos no existiera, "es muy probable que quienes ganaran las elecciones fueran el dinero y los poderes fácticos".

Córdova regresará a la UNAM, a la academia en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ). Con 50 años de edad se convierte en el primer presidente del INE cuyo reto fue, en conjunto con el resto de las y los integrantes del Consejo, sentar las bases de la reforma electoral de 2014 que cambió al instituto del término federal a nacional. Su encargo concluye el lunes 3 de abril; pero se despide como responsable de encaminar la política electoral en México tras un periodo de inestabilidad con sus dos antecesores.

Por un lado, Luis Carlos Ugalde debió renunciar en diciembre de 2007 luego de que la Cámara de Diputados le destituyó tras los resultados de la elección presidencial de 2006. El entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador lo acusó de avalar el triunfo electoral del PAN con el entonces candidato Felipe Calderón quien fue acusado de fraude electoral. Y Leonardo Valdés, su sucesor, presidió el IFE durante 5 años sin mayores contratiempos.

Ya como INE, bajo la dirección de Córdova Vianello, atravesó por diferentes momentos. Las elecciones intermedias de 2015 en las que hubo desvíos de recursos públicos del PRI hacía campañas electorales, según documentó diversas investigaciones periodísticas.

Los comicios presidenciales de 2018 que dieron el triunfo a Andrés Manuel López Obrador con más de 50% de la votación; y, finalmente, un listado de desencuentros con Morena que llevaron a la 4T a un intento de reforma electoral (primero constitucional, y luego en leyes secundarias).

Se trata del llamado Plan B que recién fue suspendido por el ministro Javier Laynez Potisek en la Suprema Corte de Justicia, en tanto se revisa el fondo del asunto. No es un tema menor, pues de eso depende la ruta a seguir en la elección presidencial de 2024.

El balance de Córdova

En entrevista con La Silla Rota, Lorenzo Cordova realizó un balance de los trabajos que realizó el INE durante su gestión.

“El balance general es que el INE cumplió con el mandato constitucional y legal para el que fue creado. La reforma del 2014 convirtió al entonces IFE en un órgano nacional, el INE, que desde entonces se hizo cargo de organizar no solo las elecciones federales sino también los comicios locales (estatales y municipales), en coordinación con los Organismos Públicos Locales Electorales. El fin era y ha sido desde entonces, garantizar la calidad técnica y operativa alcanzada a nivel federal en la organización de elecciones en los comicios locales”.

“Así se constituyó un sistema nacional de elecciones, del cual el INE es rector y que ha organizado en los últimos 9 años 331 comicios federales y locales, ordinarios y extraordinarios, dos ejercicios de participación ciudadana, dos procesos para renovar la dirigencia de partidos políticos (PRD y Morena), y la elección para la integración de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. Y todo con cero conflictos post-electorales y en el caso de las elecciones para la renovación de poderes públicos, con una inédita alternancia en los cargos públicos, de poco más de 62%. Estamos hablando, por lo tanto, del periodo más largo de estabilidad política y de gobernabilidad democrática en la historia del país”.

Precisó que durante esos nueve años el INE se fortaleció y profesionalizó con el Servicio Profesional Electoral. “Ellos, junto a la estructura desconcentrada del INE, garantizan las condiciones de operación en campo y el vínculo con la ciudadanía que le dan certeza completa a los procesos electorales y de participación ciudadana que el Instituto ha organizado”. Y destacó que por eso el INE goza de un alto nivel de confianza.

“Como otro elemento de balance general destacaría el importante papel que ha tenido para el INE, el cumplimiento de su mandato y el logro de sus metas, el hecho de que se ha ejercido con toda plenitud la autonomía que le otorga la Constitución. Y por supuesto, también se ha apegado de forma irrestricta al principio de imparcialidad que se señala en nuestra Carta Magna”.

“Finalmente, destacaría la defensa jurídica del orden constitucional y democrático que desde el INE se ha desplegado en contra de la reforma electoral conocida como “Plan B”, que coloca en una situación de riesgo las capacidades operativas del Instituto así como la realización de elecciones libres y auténticas”.

Los avances del INE de 2014 a 2023

Córdova subrayó la instrumentación de la reforma del 2014 “que implicó un complejo proceso de interpretación y aterrizaje de los cambios constitucionales y legales, en todo el cuerpo normativo y reglamentario que rige la actuación del Instituto”.

Incluyó avances en la paridad de género que se implementó mediante acuerdos, reglamentos y procedimientos. “El resultado es que México tiene una integración paritaria en el Congreso de la Unión, tanto en la Cámara de Diputaciones, desde el 2021, como en el Senado, desde el 2018”.

Agregó los avances electorales para incluir sectores de población que tradicionalmente tenían una limitada participación en la representación política.

“En primer lugar, los pueblos y comunidades indígenas, pero también las personas con discapacidad, de la diversidad sexual, los afromexicanos y migrantes. Gracias a las acciones afirmativas impulsadas por el INE, y luego ratificadas por el TEPJF, estos sectores de la población tienen hoy los más altos niveles de representación política que se hayan visto antes en la historia del país. La LXV Legislatura de la Cámara de Diputados cuenta con 65 diputaciones de personas indígenas, afromexicanas, de la diversidad sexual, con discapacidad y migrantes”.

También ponderó la transparencia en cuanto a la toma de decisiones. “Es una de las más celosas en la protección y salvaguarda de los datos personales que las personas nos otorgan para la obtención de su credencial para votar. Prácticamente la totalidad de los espacios de deliberación colegiada del INE son públicos, esto incluye la construcción y aprobación del presupuesto anual aprobado por la Cámara de Diputados”.

“Otro avance innegable es que el Padrón Electoral, esencial para garantizar elecciones confiables, tiene una cobertura del 99%, la mayor en todo el mundo; gracias al constante proceso de depuración y revisión que tiene, siempre bajo la vigilancia de los partidos políticos, como la ley lo señala. El padrón es la base de datos de la ciudadanía mexicana más confiable, robusta, y completa del país, que soporta la credencial para votar, llave para el ejercicio del sufragio y garantía de la máxima democrática de una persona un voto, así como principal instrumento de identificación en México”.

Los desafíos

“El primero fue la instrumentación de la reforma electoral de 2014. Instrumentar esta reforma requirió de un examen profundo y de un ajuste complejo de todo el marco normativo que regulaba la actuación del IFE y que ahora debía normar las actividades del INE. Esto implicó un arduo proceso de análisis, depuración, adaptación y creación de reglas y procedimientos, sobre todo en materia electoral, pero también administrativa, para hacer tangible y aplicable la reforma aprobada en el Congreso”.

“El segundo gran desafío fue el de las elecciones de 2015. En estas elecciones enfrentamos el intento de boicot de grupos sociales (destacadamente la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), de manera particular en el ámbito local (sobre todo en Oaxaca y Chiapas), que intentaron impedir las elecciones de ese año, con la bandera de un conjunto de agravios y reclamos sociales que dichos grupos argumentaban frente a los gobiernos locales y nacional. Por primera vez en la historia reciente nos enfrentamos a la posibilidad de no poder realizar adecuadamente las elecciones en muchas regiones de México. Pero las elecciones sí se llevaron a cabo”.

“El tercero fueron las elecciones presidenciales de 2018. Estos comicios fueron los más grandes en la historia del país, debido a la cantidad de cargos en disputa (18,299, locales y federales) —incluyendo todo el Congreso y la presidencia de la República—, el número de electores (89.1 millones de personas en la lista nominal), el número de casillas a instalar (156,807) y el total de candidaturas en contienda. Además, las elecciones del 2018 estuvieron marcadas por un contexto de polarización como nunca antes lo habíamos vivido. Sin embargo, de nuevo, el INE salió avante y la ciudadanía pudo votar, se contaron sus votos y contaron para la integración de la representación política que las y los ciudadanos eligieron”.

“Cuarto, las elecciones locales de 2020 en Coahuila e Hidalgo, en medio de la pandemia de Covid-19, que obligó a todo el país al aislamiento social obligado por varios meses. Aunque fue necesario cambiar la fecha de estas elecciones, del 7 de junio al 18 de octubre del 2020, el INE desarrolló e instrumentó más de una docena de protocolos y conformó un Grupo para la toma oportuna de decisiones estratégicas (con funcionarios de nivel ejecutivo de la institución), y un Grupo Consultivo con algunos de los mejores especialistas del país en materia de epidemiología y medicina. Todo con el objetivo de garantizar que el ejercicio del derecho al voto no implicara una vulneración en el derecho a la salud”.

“Quinto, la Consulta Popular del 1º de agosto de 2021 (unas semanas después de las elecciones federales y locales del 6 de junio), y la Revocación de Mandato de la Presidencia de la República, el 10 de abril del 2022. Estos procesos participativos, los primeros en su tipo en el país, los llevamos a cabo, además, en condiciones de acoso y amenaza desde el poder político. Y el sexto y último es la más reciente reforma electoral, el llamado “Plan B”, y el empeño de defender desde el INE (explicando al público y con recursos a nuestro alcance ante los tribunales), y con el acompañamiento de la ciudadanía, a nuestra democracia”.

Los retos a futuro

Córdova consideró que el INE debe seguir caminando de la mano de la Constitución para seguir adaptándose a las necesidades de la ciudadana. Y resaltó que para eso el instituto debe mantener su autonomía e imparcialidad.

“El principal pendiente y desafío, sobre todo si la reforma electoral de este año no es declarada inconstitucional en la Corte, como esperamos que ocurra, será la instrumentación de la propia reforma y la preparación del INE, bajo estas condiciones inéditas, para la elección del 2024, que será nuevamente la más grande en la historia del país. Tomando en cuenta además que, por primera vez en más de un cuarto de siglo, se pondrían a prueba las nuevas reglas no en una elección intermedia, sino en una elección presidencial”.

“En materia de paridad de género, avanzamos mucho en el ámbito de la representación del Legislativo y de los ejecutivos estatales, pero hay mucho que hacer aún en el ámbito municipal. Eso supondrá atender la violencia política contra las mujeres en razón de género”.

“En materia de fiscalización es indudable que debemos mejorar los vínculos de coordinación institucional con otras instancias del Estado y del gobierno mexicano, y del sector privado. Si bien se ha establecido en sede jurisdiccional que el secreto bancario y el sigilo procesal en materia judicial no se puede aplicar al INE cuando se trata de sus labores de fiscalización, este es un rubro en el que aún hay un espacio significativo de mejora, para que el trabajo de revisión de los ingresos y gastos de los partidos y candidaturas se haga aún con mayor pulcritud”.

¿Es el plan B un riesgo para la democracia?

“Sin duda”, afirmó.

“La reforma electoral aprobada entre diciembre del 2022 (el primer paquete de reformas) y febrero de este año (el segundo paquete) vulnera profundamente las reglas, procesos y la institucionalidad electoral que nos garantiza hoy tener elecciones libres y auténticas. Afecta los 5 pilares del sistema nacional de elecciones, dinamitando el funcionamiento de nuestra democracia electoral, tal como la conocemos hoy día. Explico por qué se ponen en riesgo la democracia con la reforma, a partir de una breve explicación de cómo afecta a cada uno de esos pilares de nuestro sistema nacional de elecciones”.

“Autonomía e independencia de órganos electorales. La reforma trastoca diversos ámbitos de competencia y atribuciones que son exclusivos del INE. El caso más paradigmático, que por fortuna fue revertido por los tribunales, fue la destitución del Secretario Ejecutivo, cuya designación es facultad exclusiva del Consejo General del INE. Pero la reforma también invade el ámbito de gestión del Instituto, al establecer, por ejemplo, que las economías en el ejercicio presupuestal no podrán destinarse a nuevos proyectos, o dándole atribuciones sustantivas de decisión al Órgano Interno de Control, aunque la Constitución le reserva solo funciones fiscalizadoras”.

“Sistema Profesional Electoral. La reforma supone la eliminación de 84.6% de los integrantes del SPEN (40% en juntas locales y 80% en juntas distritales). Es decir, de 2,571 integrantes actuales del SPEN, la reforma obliga, con el argumento de la austeridad, a la eliminación de 2,175 plazas del Servicio. Esto no solo coloca al INE en condición de incapacidad operativa para organizar elecciones, también supone deshacerse de una inversión pública e institucional que se ha venido haciendo desde hace años para dotar al Instituto de un cuerpo profesional y especializado de personas servidoras públicas”.

“Estructura desconcentrada del INE. La reforma elimina las 300 juntas distritales y las sustituye por una sola “vocalía operativa”. Es decir, las funciones que hasta antes de la reforma hacían 5 vocales, (ejecutivo, secretario, de organización electoral, de capacitación y educación cívica, y del Registro Federal Electoral), ahora lo tendría que hacer un solo vocal operativo. Más aún, según la reforma, en municipios con 2 o más distritos electorales o zonas metropolitanas con más de un distrito, solo habrá una oficina auxiliar, que deberá desahogar todas las funciones del INE en territorios amplios y para atender a millones o miles de personas”.

Padrón electoral. La reforma mandata que la Secretaría de Relaciones Exteriores (es decir, el gobierno federal) deberá validar la lista nominal para el voto de las y los mexicanos residentes en el exterior, que es el registro donde se asiente quiénes podrán votar desde el exterior. Esto claramente invade las facultades exclusivas del INE en la administración del Padrón y puede vulnerar su integridad. Además, se acotan las posibilidades de supervisión de los Módulos de Atención Ciudadana, debido a que, según la reforma, y de nuevo, con fines de austeridad, los Módulos deberán localizarse en oficinas de gobierno e instalaciones públicas, como escuelas u hospitales. Entre otras afectaciones, se debilita el resguardo y protección de datos personales sensibles de la ciudadanía”.

“Condiciones de equidad en la competencia. Finalmente, la reforma modifica el concepto de propaganda gubernamental para permitirle a las y los funcionarios públicos que puedan intervenir directamente en las elecciones, sin que sus declaraciones o expresiones públicas sean consideradas propaganda, dado que lo estarían haciendo en el “ejercicio de su libertad de expresión” y solo si la publicidad tiene fondos presupuestales (en cuyo caso sí se considerará propaganda). Estos cambios que introduce la reforma, sin duda, desbalancean las condiciones de equidad en la competencia electoral”.

¿Qué sería de la democracia mexicana sin el INE que conocemos?

Córdova respondió “no habría elecciones libres y auténticas como las conocemos hoy todas y todos los mexicanos. Habría elecciones, seguramente, pero no tendríamos las garantías plenas de que los votos sería adecuadamente recibidos y contados en las casillas, por ciudadanos debidamente capacitados, y que luego en efecto contaran para integrar la representación política. Es probable que no hubiera garantías de suficientes casillas donde votar, con la cantidad suficiente de boletas electorales”.

“Estoy seguro de que no tendríamos una credencial para votar con todas las garantías de seguridad, que la hacen infalsificable, y que no solo es el instrumento clave para el ejercicio del voto, sino también un mecanismo que garantiza el derecho a la identidad y que ayuda a la identificación de personas desaparecidas y de cadáveres”.

"En un México sin INE, es muy probable que quienes ganaran las elecciones fueran los partidos y candidaturas que lograran obtener los mayores recursos, en condiciones de opacidad, y comprometiendo así, seriamente, el ejercicio de la función pública una vez que quien fue electo llegara al ejercicio del cargo. Ganaría el dinero y los poderes fácticos".

"En suma, quizá tendríamos una democracia, pero solo nominalmente, de nombre, porque muchas de las condiciones y atributos que le dan contenido y concreción al juego democrático (elecciones libres y competidas, una persona un voto, equidad en la contienda, credibilidad en los resultados) no existirían. Porque esas condiciones y atributos, hoy las garantiza el INE”.

Una reforma electoral debe perfilar…

“Una reforma electoral siempre será pertinente si reúne los siguientes requisitos. Primero, que sea para mejorar una parte o el conjunto del sistema nacional de elecciones, es decir, que los cambios que se introduzcan realmente ayuden a ampliar el ejercicio de derechos, a hacer más eficiente y eficaz el funcionamiento de las elecciones, que den más confianza a la ciudadanía, que amplíen la participación política”.

“Que se construya con el consenso más amplio posible de las fuerzas políticas, lo que significa que debe ser producto de la discusión incluyente, debe considerar las diferentes voces y visiones que participan en el juego democrático, pero también de la ciudadanía, de expertos y especialistas, de la ciudadanía toda, e idealmente que sea aprobada por el mayor número de partidos y fuerzas políticas representadas en el Congreso, pero eso garantiza que una vez que se pongan en marcha las nuevas reglas, se reduzcan las posibilidades de que no sean reconocidas como reglas legitimas al no haber considerado a todas las voces y posiciones”.

“Que esté fundamentada en diagnósticos y evidencia objetiva, soportada en el conocimiento de diferentes fuentes, pero sobre todo de quienes hacen, organizan y conducen los procesos electorales. Pero, sobre todo, que ninguna reforma sea aprobada o incluso discutida sobre la base de filias y fobias, de prejuicios, de creencias sin fundamento”.

¿Es caro el INE?

"Lo primero que hay que decir es que el INE goza del nivel más alto de confianza y credibilidad de todas las instituciones civiles del Estado mexicano. En años, incluso meses recientes, el nivel de confianza pública en el Instituto ha oscilado entre el 60 y 70 por ciento, lo que supone un muy significativo reconocimiento positivo a la labor que hace el Instituto. Incluso, estos altos niveles de confianza atraviesan preferencias políticas y electorales".

“También es importante seguir explicando que el INE no es la institución cara, onerosa o incluso ostentosa que se ha hecho creer. El presupuesto del INE representa apenas 20 centavos de cada 100 pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación, y con esta inversión, la ciudadanía tiene la certeza de contar con elecciones organizadas de manera profesional, en condiciones de legalidad y certeza, con una credencial para votar que no solo le asegura poder ejercer su derecho al sufragio, sino que puede identificarse con tranquilidad en casi cualquier lugar y para cualquier trámite en el país”.

“En relación con las remuneraciones de las y los consejeros del INE, hemos dicho con insistencia pero hay que seguir explicando y hacerlo aún con más claridad, que éstas se encuentran en el marco Constitucional y legal, y que la diferencia respecto de la remuneración con el presidente de la  República no considera que mientras el presidente recibe un salario menor al de las y los consejeros, su remuneración es mucho más alta, dado que debe incluir los recursos que el gobierno asigna para hospedaje, menaje y el resto de rubros que su remuneración integra. Por el contrario, en el caso de las y los consejeros, ninguna tiene esa remuneración y solo percibe el salario que es público y conocido (a la vista de toda la ciudadanía en el portal de Internet del INE). Además, las y los consejeros tienen restricciones de recibir cualquier otro ingreso por otra actividad que no sea la que obtienen por su desempeño en la función en el INE, mientras que la mayoría de otros altos funcionarios públicos pueden obtener ingresos diferentes a los de su encargo”.

¿Se equivocó el INE?

"El Consejo Genera del INE, en sus diferentes integraciones a lo largo de estos 9 años, ha sido muy responsable en el desahogo de los asuntos que ha atendido. El Consejo General ha sido un espacio de apertura a la discusión, a veces directa y dura, y recientemente incluso ríspida, pero en la gran mayoría de los casos, respetuosa, reconociendo el derecho de todas y todos a manifestar y argumentar sus posiciones".

“Me parece que en el Consejo General, todos sus integrantes, siempre deben hacer el mayor esfuerzo para dar un debate de altura, con el menor número de adjetivaciones y la menor estridencia posible, con argumentos que aporten y nutran la discusión—incluso si son expresados con firmeza o vehemencia—, que ofrezcan explicación de los temas y posiciones. Siempre será complejo enfrentar el debate en estos términos cuando solo se argumenta con mentiras, desinformación o incluso ataques, calumnias o hasta insultos a alguno/a de los integrantes del Consejo General, pero creo que todas y todos debemos hacer el mayor esfuerzo posible por mantener un debate con la mayor altura posible, por bien de la ciudadanía y del propio INE”.