México alcanzó su tasa de desempleo más baja en la última década, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Sin embargo, el empleo informal ha aumentado, en particular en el trabajo doméstico no protegido, y las mujeres son quienes más lo han sufrido.
Al cierre del 2022, 32 millones 157,340 de mexicanos se ocuparon en la informalidad, su mayor nivel desde que se tienen registros, de acuerdo con el Inegi.
La tasa de desempleo en México descendió en el cuarto trimestre de 2022 a un 3% de la población económicamente activa (PEA), un dato inferior al 3.7% del mismo periodo de 2021, informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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"Un total de 58.3 millones de personas se encontraban ocupadas, 1.7 millones de personas más con relación al mismo trimestre de 2021", indicó el organismo autónomo en su reporte, que indicó 1.8 millones de desempleados.
De acuerdo con el Inegi, la participación de las personas en el mercado laboral regresó por primera vez a sus niveles previos a la pandemia de covid-19 tras varios periodos de recuperación. En el último trimestre de 2022 este indicador se ubicó en 60.4%, en línea con lo observado a finales del 2019, antes del impacto del coronavirus, comportamiento impulsado por el empleo femenino.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) registra que antes de que la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus afectara al empleo, la tasa de participación laboral se encontraba en 60.5% pero se redujo hasta 49.2% en abril del 2020, su nivel más bajo desde que se mide el dato del empleo, de acuerdo con El Economista.
Por género, la PEA femenina de octubre a diciembre fue de casi 24.4 millones y la masculina de 35.74 millones, con una tasa de participación económica de 46.2 % en las mujeres en edad de trabajar y de 76.5 % en los hombres.
INFORMALIDAD, AL ALZA
Aunque la tasa de desempleo ha disminuido, muchas personas continúan trabajando en la informalidad, lo que significa que no tienen acceso a los beneficios laborales y de seguridad social. Según los datos del Inegi, la tasa de ocupación informal aumentó al 57.9%, su nivel más alto en la historia, lo que sugiere que la pandemia ha empeorado la calidad del empleo en México.
Este aumento de la informalidad se ha dado en particular en el trabajo doméstico, uno de los sectores más vulnerables de la economía mexicana. A menudo, estas trabajadoras son mujeres que carecen de seguridad social y se enfrentan a situaciones de explotación y abuso. El trabajo doméstico no es considerado formal en México, lo que significa que estas trabajadoras no tienen acceso a beneficios laborales y de seguridad social como la atención médica, la jubilación y las vacaciones pagadas, pese a distintas reformas laborales para protegerlas y otorgarles derechos sociales.
A pesar de que el empleo informal sigue siendo un problema en México, es alentador ver una tasa de desempleo mínima histórica. Sin embargo, es importante que los gobiernos y empleadores trabajen juntos para mejorar la calidad del empleo y reducir la informalidad, especialmente en el trabajo doméstico, para proteger los derechos laborales de las mujeres trabajadoras. Solo así se podrá lograr una economía más justa e igualitaria para todos.