Solo un tercio de la población de 65 años o más recibe una pensión contributiva, lo que evidencia la baja cobertura del sistema de seguridad social en el país, de acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El estudio también muestra que más de la mitad de las personas ocupadas de 65 años o más que se encuentran en situación de pobreza nunca han cotizado en alguna institución de seguridad social, lo que representa un reto estructural importante en el país, expone el Coneval.
“Dentro de las prestaciones de seguridad social derivadas del trabajo, se encuentran las pensiones de vejez, que tienen como objetivo contribuir a moderar la pérdida o disminución del ingreso al final de la vida productiva de las personas”, se lee.
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En el año 2020, señala el informe, la proporción de la población de 65 años o más que recibía una pensión contributiva era de 33.1%, “lo que muestra la baja cobertura del sistema para garantizar una vejez digna y sin carencias”.
Las desigualdades dentro del país también son evidentes, pues en entidades como Chiapas, Oaxaca y Guerrero se reportó una cobertura por debajo de 20% (11.2%, 14.8% y 15.6%, respectivamente); mientras que las entidades con mayor cobertura fueron Coahuila y Nuevo León con 51.0% y Sonora con 49.0%.
“Si los esquemas de pensiones no contributivas se incorporan al análisis, habría que apuntar que estas no se encuentran ligadas a las condiciones de trabajo, que son financiadas con gasto público y transferidas por medio de programas sociales”, expone el Coneval, por lo que al tomar en cuenta este tipo de pensiones, se puede observar un incremento de la proporción de la población que contó con alguna pensión o jubilación.
En 2018, 76.0% de la población de 65 años o más que no se encontraba económicamente activa contó con alguno de los dos esquemas; para 2020, 79.7% de dicha población se encontraba en esta situación.
Aunque se identificó una mejora en 2020, respecto al 26% registrado en 2018, (dos años después se registró un 35.9%), en ambos años menos de la mitad de la población que recibe jubilación o pensión contó con un beneficio mayor o igual al promedio de la línea de pobreza por ingresos.
Conviene recordar que en 2020, se aprobó una reforma a la Ley de Seguridad Social y a la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, con el objeto de reducir el número de semanas cotizadas necesarias para obtener una pensión, pasando de 1,250 a 1,000; incrementar la aportación patronal de acuerdo con el salario base de cotización; aumentar y redistribuir la cuota social otorgada por el gobierno a las y los trabajadores con menos ingresos; y eliminar el monto único de pensión mínima garantizada (PMG), para pasar a un rango de 2,622 pesos a 8,241 pesos mensuales, en función del salario base de cotización y la edad de retiro.
“Es necesario profundizar en el análisis de lo mostrado de este programa; por ejemplo, es importante notar que, de acuerdo con los resultados de la medición multidimensional de la pobreza 2020 de CONEVAL, la carencia por acceso a la seguridad social para la población de 65 años o más disminuyó 12.6 puntos porcentuales en el periodo 2018-2020; asimismo, disminuyó la proporción de población de ese grupo poblacional con ingreso por debajo de las líneas de pobreza”, detalla, no obstante, la dependencia.