El gobierno federal prohibió por decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador la compra de maíz transgénico para consumo humano en el país; además, también se prohibió la importación, producción, distribución y uso de glifosato y de agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo.
Sin embargo, decretó que se puede seguir utilizando en alimentación de animales y procesos industriales para alimentación humana.
La Secretaría de Economía, en un comunicado, informó que para evitar confusiones, “se establece una categorización del maíz según su uso: alimentación humana (masa y tortilla), forraje e industrializado para alimentación humana”.
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“El Decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla. Lo anterior, no representa afectación alguna al comercio ni a las importaciones, entre otras razones, porque México es de sobra autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos. De lo que se trata es de consolidar tal soberanía y seguridad alimentaria en un insumo central en la cultura de las y los mexicanos”, resaltó la dependencia que comanda Raquel Buenrostro.
En cuanto al uso de maíz genéticamente modificado para el forraje y la industria, se elimina la fecha límite para prohibir su uso, quedando sujeto a que exista suficiencia en el abasto. Se instalarán mesas de trabajo con el sector privado nacional e internacional para lograr una transición ordenada.
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Con el tema del maíz, sin embargo, el gobierno de Estados Unidos puede amagar con llevar a un panel de controversia al gobierno mexicano por su enfoque sugerido y la amenaza que supone la interrupción de miles de millones de dólares en comercio agrícola bilateral. México es su principal comprador de maíz transgénico, con más de 16 millones de toneladas anuales por un valor de 4,700 millones de dólares.
La Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) ha advertido de los graves daños a la economía de productores de Estados Unidos y de México. El comercio de maíz transgénico, principalmente amarillo utilizado primordialmente para alimento de animales, ha crecido 86% en la última década, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
El pasado 23 de enero, el gobierno estadounidense amagó con iniciar un panel de solución de controversias bajo el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (-T-MEC), si México no cambia su postura sobre el uso y la importación de maíz transgénico.
"Dejamos en claro hoy que si este problema no se resuelve, consideraremos todas las opciones, incluida la adopción de medidas formales para hacer cumplir nuestros derechos en virtud del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá", señaló el Representante Comercial de Estados Unidos en un comunicado.
QUÉ DICE EL DECRETO DE AMLO
“El presente decreto tiene por objeto establecer las acciones que deberán realizar las dependencias y entidades que integran la Administración Pública Federal, en relación con el uso, enajenación, distribución, promoción e importación de la sustancia química denominada glifosato y de agroquímicos que lo contienen como ingrediente activo y de maíz genéticamente modificado, para salvaguardar la salud, un medio ambiente sano y la seguridad y autosuficiencia alimentaria”, se lee en el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación en su edición vespertina de este lunes 13 de febrero.
Como maíz genéticamente modificado se entiende el maíz que ha adquirido una combinación genética novedosa, generada a través del uso específico de técnicas de la biotecnología que se define en la normativa nacional e internacional aplicable.
Con ello, se instruyó a las dependencias y entidades de la administración pública federal para que, en el ámbito de sus competencias se abstengan de adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar maíz genéticamente modificado, así como glifosato o agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo, para cualquier uso, en el marco de programas públicos o de cualquier otra actividad del gobierno.
En el caso del glifosato, de conformidad con la normativa aplicable, revocarán y se abstendrán de otorgar autorizaciones y permisos para la importación, producción, distribución y uso y se “realizarán las acciones conducentes para el establecimiento y generación de alternativas y prácticas sostenibles y culturalmente adecuadas, que permitan mantener la producción agrícola y resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el medio ambiente, libres de sustancias tóxicas que representen peligros agudos, crónicos o subcrónicos”.
A las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural y de Medio Ambiente y Recursos Naturales garantizarán, el Ejecutivo federal les ordena promover e implementar alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas al uso del glifosato, las cuales podrán incluir el uso de otros agroquímicos seguros para la salud, de productos biológicos u orgánicos.
A su vez, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en el ámbito de su competencia, le ordenó coordinar, articular, promover y apoyar las investigaciones científicas, desarrollos tecnológicos e innovaciones que le permitan sustentar y proponer, a las secretarías que se mencionan en el párrafo anterior, alternativas y prácticas agroecológicas y saludables que permitan prescindir del glifosato.
Sin embargo, se estableció como periodo de transición para el desarrollo y escalamiento de las acciones previstas, el cual comprende de la fecha de entrada en vigor del decreto y hasta el 31 de marzo de 2024.
VGB