A partir de la reforma política-electoral de 2014, la reelección se volvió efectiva en 2021 para legisladores federales. Y desde entonces, la intención de reelegirse de los diputados federales es más alta. Luis Carlos Ugalde, ex consejero presidente del IFE y director de Integralia, reveló que la semana pasada 467 diputadas y diputados anunciaron intención de reelegirse, es decir, el 93.4%, del total de 500 que integran la Cámara baja.
En un análisis de la intención de reelegirse, Ugalde menciona que hace tres años fueron menos: 441, por lo que se cuestiona ¿Cuántos lograrán ser nuevamente legisladores?, para dar paso a una serie de requisitos que deberán cumplir los legisladores federales para poder ser reelectos en el proceso electoral de 2024.
Primero: Deben ser nominados por sus partidos: hace tres años solo lo fueron 198.
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Segundo: Luego deben ganar en las urnas: hace tres años 145 lo lograron, es decir, que más de 50 no lo lograron.
“De tal forma que la tasa efectiva de reelección fue 29%. ¿Qué significa? ¿Es buena o mala noticia? Cuando la reelección estuvo prohibida en México se criticaban sus efectos nocivos: uno de ellos la novatez porque al inicio de cada legislatura casi nadie sabía del negocio (salvo quienes habían sido diputados en alguna ocasión previa, pocos). El otro efecto nocivo que se alegaba era que la no-reelección rompía el vínculo entre legisladores y electores porque hicieras lo que hicieras te ibas al finalizar la legislatura (no había premio al buen desempeño)”.
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Sin embargo, de acuerdo con el análisis de Ugalde, la reelección no ha traído los beneficios prometidos y enumera 3 razones:
- La legislación tiene lagunas que bloquean los efectos benéficos que promoverían una mayor rendición de cuentas. Primero, los partidos definen con discrecionalidad quiénes son nominados. De tal forma que sigue siendo más importante la disciplina al partido que la lealtad con los electores. Por ejemplo, Selene Ávila, diputada de Morena que denunció la falta de apoyo para Acapulco en el Presupuesto de 2024, actuó con valentía en favor de la gente, pero esa "indisciplina" le puede costar la nominación para competir por su reelección.
- Lo que impide que la reelección sea un arma para fomentar la rendición de cuentas es la apatía de la gente: con frecuencia se acerca a sus diputadxs para pedir dinero o apoyos (gestoría) y casi nadie para exigir cuentas de su trabajo legislativo.
“La buena noticia es que a pesar de estas deficiencias, en la legislatura que concluye en 2024, hay casi una tercera parte que ya conocía el negocio del Congreso al iniciar en 2021 y eso ayuda para un trabajo más ordenado y profesional (aunque no se note). Ojalá esa cifra aumente para la siguiente legislatura”.
Una nota de historia: la reelección consecutiva se prohibió en 1933 y fue hasta 2014 que se reformó la Constitución para permitirla nuevamente. Entró en vigor en 2021 para diputados y lo será en 2024 para senadores.