Hace 37 años, el embajador de Estados Unidos en México, Joseph John Jova, alertaba a Henry Kissinger, entonces secretario de Estado, sobre la posibilidad de un oscuro complot que uniría al presidente de México, Luis Echeverría, con un selecto grupo de militares con el objetivo de asesinar al presidente electo José López Portillo para prolongar el mandato de Echeverría.
Estos rumores, que circulaban particularmente entre empresarios cercanos a López Portillo, se volvieron cada vez más persistentes, llegando incluso a la academia y la intelectualidad. En un cable clasificado como secreto, Jova especulaba sobre un escenario impensable pero digno de consideración.
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La hipótesis sugería que después del informe presidencial de Echeverría el 1 de septiembre, el presidente saliente y un grupo de leales militares podrían conspirar, contando con el apoyo del liderazgo del PRI y el sindicalismo liderado por Fidel Velázquez.
Echeverría buscaba mantener el control
El embajador estadounidense basaba sus especulaciones en el clima político de desconfianza hacia Echeverría, citando también un artículo póstumo del historiador Daniel Cosío Villegas. Según este artículo, Echeverría buscaba mantener un control significativo incluso después de dejar la presidencia, rodeando a López Portillo con sus allegados y asegurando una mayoría en el Poder Legislativo.
Jova no afirmaba tener pruebas concretas, pero la persistencia de los rumores lo llevó a compartir su especulación con el Departamento de Estado encabezado por Henry Kissinger, el mítico político estadounidense, quien falleció el miércoles de esta semana.
Considerando el contexto internacional, Jova recordaba los fallidos atentados contra el presidente estadounidense Gerald Ford un año antes. Especulaba sobre el modus operandi del supuesto complot, incluso sugiriendo que la Liga 23 de Septiembre sería utilizada como chivo expiatorio, implicando a la CIA, de acuerdo con los cables revelados por Wikileaks en abril de 2013.
El sector privado permitiría a Echeverría mantener el poder
El embajador también planteaba a Kissinger posibles consecuencias de este escenario, incluyendo la modificación de la Constitución mexicana para prolongar el mandato de Echeverría. Ante una posible crisis política, Jova preveía que la lealtad de la "familia revolucionaria" y del sector privado permitiría a Echeverría mantener el poder, a pesar de las consecuencias económicas.
Este intrigante episodio, desclasificado en 2006, proporciona una visión única de la complejidad política y las tensiones en México durante esa época. Aunque la conspiración nunca se materializó, la existencia de estos oscuros rumores subraya la delicada transición del sexenio echeverrista al gobierno de López Portillo.
GPH