Acapulco, Gro.- A más de 92 horas de la devastación causada por el huracán Otis en Acapulco, el gobierno solo se ha centrado en la reconstrucción de la zona turística, dejando a su suerte a las colonias populares. El abandono es evidente y peligroso al estar apunto de originar un caos entre la población.
En la zona costera elementos de la Guardia Nacional limpian las calles y retiran postes de luz, árboles, basura, así como pedazos de cemento o espectaculares desprendidos. El personal de la Guardia Nacional, así como soldados también mantienen vigilancia en algunos establecimientos para evitar la rapiña.
En toda la costera, así como en la zona Diamante el despliegue de distintas autoridades de gobierno es evidente. Las autoridades coordinan y tratan de reparar los daños causados por el huracán. El contraste de la imagen del Acapulco turístico que buscan restaurar las autoridades, son las colonias populares donde ocasionalmente se ve pasar a unidades de seguridad pública, así como a personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En los barrios o el Acapulco pobre, la falta de autoridades ha llevado a los habitantes al borde de la desesperación.
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Los pocos comercios sin saquear ya fueron robados. En las gasolineras los habitantes han comenzando a realizar huachicol. El lodo, basura, animales muertos y la acumulación de sedimento es un evidente tema de salud que no tarda en afectar a los habitantes.
En algunas colonias la inseguridad ha llevado a los pobladores a instalar barricadas y hacer guardias durante el día y noche para protegerse de personas a las que identifican como crimen organizado. “Los malos”, como ellos los identifican portan armas de fuego.
A esas carencias se une la falta de agua y comida en barrios donde trabajadores de la zona turística y hotelera tienen sus hogares. Ellos aseguran que el Estado los abandonó a pesar de que durante años, ellos han sido el motor para sacar adelante a la zona turística y mantener en pie al puerto.
Testimonios del abandono en Acapulco
"Queremos ayuda" "ya vienen las elecciones", "nadie ha venido", "cuando van a llegar las despensas" "necesitamos agua potable", manden traslados para quitar escombros, son parte de los reclamos". Durante recorridos en las colonias Colosio, Cumbres de Figueroa Renacimiento Coloso y Emiliano Zapata, el descontento y desesperación de los habitantes es evidente.
"Necesitamos agua potable. Aquí no ha llegado agua. Agua de garrafón no hay. Nadie ha llegado, ninguna ayuda de gobierno. Los vecinos andan de arriba para abajo buscando agua. Nuestra casa, los techos volaron", menciona Maclovio Nepomusemo de la colonia Huerta de Santa Elena.
"Necesitamos un techo porque se nos voló el techo. Se mojaron todos nuestros muebles, cama. Nosotros quedamos en cero. No ha llegado nadie de gobierno. Nosotros mismos nos pusimos a quitar los árboles, postes porque todos se derribaron", menciona Ricardo Flores, vecino de la colonia Cerezo 2.
"Necesitamos agua y tortilla. En la casa se me voló el techo, la lamina. Se mojó mi refrigerador. Hasta el momento, ahorita nadie se ha parado aquí. Son cuatro días y no ha venido nadie. Estamos comiendo lo poco que teníamos. Nunca me había tocado vivir algo como esto. Con Paulina fue agua y remolinos", narra Ángel de la Colonia Radio Coco
Princesa Ochoa Cruz de la colonia Libertadores: "aquí no ha venido nadie. Compramos los garrafones. Necesitamos, agua, comida y ropa".
Margarita de la colonia Huerta de Santa Elena: "aquí no hay nadie de gobierno. Necesito agua, minsa, arroz y frijol. Nos dejaron comprar un garrafón por familia. Donde rento se nos metió el agua". El gobierno asegura que la ayuda ha comenzado a llegar a toda la población, sin embargo, la realidad en las colonias pobres es otra. La ayuda continúa sin llegar agravando una crisis que está desbordarse y ser pilar para el inicio del caos.