“En el momento que fallece mi hijo, fallezco yo. Tomo el nombre de 'Juan Guerrero' por un activismo, me nombro así porque ya mi única expectativa es hacerle justicia a mi hijo y todos los militares que han sido víctima de algún delito o injusticia”, así se define el padre de un elemento castrense muerto de manera desconocida para su familia.
El señor Hilario Maya es un hombre dedicado al campo y la ganadería en su poblado en el Estado de México. Padre de tres varones, el segundo de ellos, Humberto, decidió desde muy joven que quería ser militar.
Luego de cuatro años en el Colegio Militar, Humberto logró su sueño de servir a su país vistiendo el uniforme verde de las fuerzas castrenses.
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“Nos dio muchas satisfacciones el día de su graduación, todos contentos de que ya había terminado su formación y había cumplido su sueño, no nos imaginábamos que venía la pesadilla”.
En su carrera militar, Humberto Maya fue asignado a labores en Tecomán, en Colima, donde más tarde murió, en septiembre de 2022, de una forma que su familia aún desconoce. “Respuesta oficial no tengo, existe la carpeta de investigación, pero está como investigación de accidente”, dice el padre de Humberto.
Tras varios meses de tocar varias puertas en dependencias como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de Derechos Humanos para saber qué había ocurrido con su hijo, el señor Hilario optó por una manera diferente de exigir justicia por el caso de la muerte de su hijo militar.
“Fue donde empecé a hacer una lucha diferente, al no tener respuesta de las autoridades, al ver que tenemos las instituciones, las leyes, que son buenas, pero desgraciadamente quienes están al frente donde se debe de hacer la investigación son personas malas”, dice "Juan Guerrero".
Fue así que, adoptó el alias de "Juan Guerrero", comenzó a usar las redes sociales, a vestir una camiseta verde olivo con el rostro de su hijo, y sin darse cuenta, como él dice, entró en el activismo.
“Inicio formando un grupo de Facebook pidiendo el apoyo de la ciudadanía, de los compañeros militares que me ayudaran a esclarecer el homicidio de mi hijo, sin embargo, a raíz de que hago ese grupo me voy enterando que hay muchos abusos, injusticias en contra de militares: homicidios, desapariciones forzadas, militares vinculados a proceso por realizar su trabajo”.
El señor "Juan Guerrero" recuerda que en su primer marcha usó un retrato de su hijo pegado en una cartulina con una leyenda escrita con plumón. Ese fue su primer "estandarte" para dar a conocer el caso de Humberto.
Desde entonces, "Juan Guerrero" puede ser visto en manifestaciones y actos donde se hable del tema de desapariciones o personas presas injustamente.
El campesino y ganadero lleva mantas con denuncias por otros casos además del de su hijo Humberto, ya que otras personas le han confiado su información y han visto en él alguien que lleva la misma causa.
“Más o menos tengo unos 50 casos de personas pero hay muchísimas más, porque por lo general los familiares de militares desconocemos lo que pasa dentro de estas instituciones, nosotros creemos que son como se manejan: con valores, honestidad, lealtad, hermandad; cuando lo que allí existe es el abandono, la traición e injusticia de compañeros y algunos mandos”, dice Juan.
El padre de familia sabe que sus acciones podrían ser incomodas para alguien, pero la búsqueda de verdad y justicia por el caso de su hijo es más fuerte que el miedo a alguna represalia.
“Me han dicho que estoy tocando intereses de personas muy influyentes, que tenga cuidado, pero yo desde el principio dije que cuando murió mi hijo morí yo, y que mi hijo vive en mí y lo que me queda de vida es para hacerle justicia a él y a los demás militares que sufren de algún delito”.