Después de 109 años del inicio de la Revolución Mexicana, solo quedan once las viudas de quienes pelearon en la lucha armada para derrocar al dictador Porfirio Díaz. Todas, -afirma Arturo Castañeda, representante del Frente Zapatista de la República con sede en Morelos- centenarias de edad, residentes en esa entidad y quienes actualmente viven con problemas de salud evidentes. Pese a los cuestionamientos y dudas sobre la existencia real de estas mujeres cuya edad actual oscilaría en los 120 años, el presupuesto federal 2020 aprobado recién, contempla para ellas -en el anexo 13, bajo el capítulo de erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres- pensiones que en general ascienden a un monto total de 339 mil pesos cuya entrega se realiza a través de la Secretaría de Hacienda.
Castañeda accedió a una entrevista con La Silla Rota para confirmar la veracidad de estas mujeres, un tema que la fecha crea suspicacias, pues muchos consideran imposible que sigan vivas y pretendan tener un apoyo económico del erario público.
“Esta organización es sin fines de lucro; asumí el cargo en marzo de 2017, hoy tenemos once viudas y un veterano revolucionario; pero hay otro padrón de viudas post revolucionarias, que anda entre 15 y 20 personas, ellas tienen alrededor de 90 años de edad. Todas viven en condiciones difíciles, no se pueden mover. Ya no caminan; difícilmente se comunican. Para verificar su identidad requerimos su acta de nacimiento o bien, nos basamos en su fe de bautismo ya que hicimos las pesquisas correspondientes en iglesias y las encontramos”.
Si no han podido realizar una búsqueda exhaustiva de más viudas revolucionarias en el estado, explica, es por falta de tiempo y recursos. Lo único documentado a la fecha, es que estas mujeres viven en la zona revolucionaria conformada por los municipios de Tlalquiltenango, Jojutla, Tlatizapan, Ayala, Cuautla, Tepoztlán y Cuernavaca.
“Últimamente encontramos tres más, post revolucionarias, pero la realidad es que nos falta abarcar todo el estado”.
El denominador común de sus historias, narra, es que todas fueron niñas y adolescentes arrancadas de sus familias, al paso de los soldados revolucionarios por sus pueblos.
“Fueron hombres de entre 60 y 70 años que por machismo y otras circunstancias, se las robaron cuando ellas tenían entre 12 y 16 años de edad. Al final del movimiento, algunos de estos hombres hicieron dinero, otros solo lograron poder político en su localidad. Pero ellas se convirtieron en madres de siete a doce hijos. De 2017 a hoy, murieron un promedio de diez”.
Y adelanta que el próximo año presentarán un documental del tema, que actualmente se encuentra en post producción.
“NO ES UNA OCURRENCIA”
Con esta frase Arturo Castañeda justifica la lucha del Frente para conseguir una pensión en beneficio de estas treinta mujeres. Cuenta que hay una ley federal que data de 1959 para protección de los veteranos revolucionarios y que incluso encontraron informes de la Defensa en los que se solicitó al entonces presidente en turno cumplir con esa ley, eso no ocurrió. Por lo que hasta 1984 una ley estatal en Morelos impulsó un decreto con el fin de otorgarles una pensión.
“Al inicio eran doscientos pesos mensuales, luego 300 y así hasta que alcanzó 800 pesos. En 2011 yo y otro grupo de descendientes revolucionarios realizamos una memoria histórica de aquel periodo y durante las reuniones con el gobierno, se pactó otorgarles una pensión más decorosa por un promedio de 30 salarios mínimos, más o menos tres mil pesos mensuales. Pero hemos batallado porque los gobiernos no han cumplido con esa ley”, acusa.
Hoy, las viudas de la Revolución reciben dos pensiones: la de adulto mayor que el gobierno federal estipuló en 2 mil 500 pesos bimestrales. Y una pensión estatal de 800 pesos mensuales. Respecto a una propuesta para una tercera pensión, de tipo federal por tres mil pesos mensuales, esta quedó en términos reales en seis mil pesos semestrales. Pero Castañeda precisa que solo la mitad de las viudas pudieron recibirla; “la otra mitad no lo logró porque, considero yo, al vivir con una cultura familiar en ocasiones muy cerrada, ellas a veces no pueden expresarse bien porque su lenguaje no es el español, sino náhuatl, así que no pudieron concluir el trámite”.
“La ley solo ha beneficiado a un sector muy pequeño. Hay una deuda y no se trata solo de darle un recurso a alguien sino de ofrecer justicia a quienes participaron en la Revolución. Darles el lugar a estos personajes que estuvieron junto a los Generales Emiliano Zapata, Genovevo de la O, Cerefino Ortega, Francisco Mendoza o Antonio Barona. Porque la Revolución no la hizo un hombre solo y detrás de ellos están las mujeres. Les hemos dicho a los gobernadores ¡Dénos la solución! Si no es una pensión ¿Cómo podemos dignificar a esta gente para que vivan en mejores condiciones? Porque, además, ellas son símbolos. No es decir si les corresponde o no, sino que vivan dignamente”.
¿QUIÉN VIGILA EL USO DE ESTOS RECURSOS?
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) analizó el tema en 2014. Su investigación encontró irregularidades que abrieron dudas sobre el uso y manejo de estos recursos que eran entregados directamente a veteranos y sus viudas, cuya existencia fue monitoreada por entonces Sedesol (Secretaría de Desarrollo Social). Por ejemplo, señala este documento, en el 2000 el Presupuesto de Egresos de la Federación les asignó 20.2 millones de pesos, del que solo de ejerció casi la mitad sin precisar qué sucedió con la otra mitad del dinero. En los años siguientes, se registró el mismo patrón definido como “comportamiento inusual e inconsistente”.
Y sobre los veteranos revolucionarios, cita, “beneficia a una población que, en teoría, ha desaparecido… dicha Ley carece de sentido… en febrero de 2013 se propuso una iniciativa que abroga dicha Ley, debido a que ha cumplido con el fin para el que fue creada y por lo tanto su fin prescribió. Sin embargo, en abril de 2013 se propuso una iniciativa de decreto de reforma a esta Ley, para que los beneficios de la misma pasen a los descendientes consanguíneos en línea directa y hasta en segundo grado”.
Sobre las viudas, precisa, “no hay información accesible sobre las beneficiarias del programa ni del monto que reciben, no existe información sobre las inconsistencias en el presupuesto y ejercicio del gasto”.
Cuestionado al respecto, el titular del Frente Zapatista de la República con sede en Morelos confirma que, en efecto, han sabido de casos específicos en los que familiares de estas viudas son quienes reciben esas pensiones que gastan a título personal. “No estamos exentos de esos temas, tuve algunos conflictos con dos o tres familias porque hacían eso; e incluso lucraban con el tema, cobrando dinero a periodistas que buscaron a las viudas para entrevistarlas. Tratamos de evitarlo; de hecho, por eso pusimos un cerco informativo para llegar a ellas para evitar eso, porque algunas se mostraban incómodas para dar entrevistas o dejarse fotografiar”.
Al respecto Martha Tagle, diputada federal por Movimiento Ciudadano, refiere que “se ha considerado la posibilidad de cerrar formalmente el programa porque cada vez tiene menos razón de ser. Hoy ya existe otro tipo de apoyos para adultos mayores; el año pasado se otorgaron por esta pensión federal poco más de 440 mil pesos y este año son poco más de 300 mil”, explica. Como experta en temas de género, esta legisladora considera que al inicio este programa sí tuvo razón de ser porque las viudas trabajaron en su casa y se dedicaron a cuidar a los veteranos de la revolución en sus últimos años. Pero coincide en el hecho de que ellas, al ser hoy adultas mayores, deben tener asegurar su atención médica ya sea por vía estatal o federal. Y agrega, “creo también que sus familiares de segunda o tercera generación no necesariamente deben verse cubiertos por este beneficio”.
ENFERMAS Y ALGUNAS SOLAS
Castañeda enlista los padecimientos que viven las Viudas de la Revolución. “Hace tres años se les retiró el servicio médico (Seguro Social) que las protegía. Logramos que a dos les siguiera apoyando el Seguro, pero tienen que pasar lista cada mes para corroborar que siguen vivas. Algunas viven en condiciones precarias, padecen el desgaste físico normal, problemas de hígado o riñón; hay quienes requieren diálisis y logramos que un par de médicos nos ayudara al respecto porque el gobierno ya no cubre estos gastos en el sistema de salud. Una de ellas necesita un oxígeno que vale quince mil pesos; y hay otras que, por medio de su familia, reciben atención médica particular”.
Año con año, el tema vuelve a ser cuestionado. No obstante, el presupuesto federal las sigue incluyendo en su listado de asignaciones; mientras que el gobierno de Morelos ofreció realizar un estudio sobre el tema y concertar una cita con la secretaría de Hacienda para analizar el tema.
LSR busco al bisnieto del General Emiliano Zapata, Edgar Castro Zapata, para realizar una entrevista y hablar del tema; pero no respondió la solicitud. Al respecto, Castañeda explica que es porque él se ha mantenido al margen de las viudas porque prefiere enfocarse solo a temas culturales. “Siendo el año de Zapata, es muy participativo en esos temas, el gobierno lo apapacha mucho en ese sentido. Pero él no quiere involucrarse en temas controversiales como este. Si el General Zapata viviera, sería todo lo contrario”.
lrc