La guerra de Rusia en Ucrania ha llevado a Estonia a replanetar su seguridad fronteriza ante el temor de un posible expansionismo de Krelim, ante ello este país que alguna vez fue parte de la exrepública sóvietica ha reforzado las medidas de seguridad en diversas proviencias fronterizos con Rusia.
Para Marek Kohv del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad cualquier ataque a su país sería considerado una irrupción contra la Unión Europea debido a que Estonia es miembro, además el experto afima que ante un posible embate, Estonia cuenta con tecnología armementística superior a la de rusa, además de que las amenazas de Rusia de atacar con armas nucleares tendrá consecuencias para San Petersburgo debido a la cercanía con Estonia.
Sumado a estos factores de una posible invasión rusa se encuentran los constantes sabotajes que según expertos se han realizado desde el enclave ruso de Kaliningrado, donde se han realizado bloqueos, daños en cables de comunicaciones de submarinos y barcos, así como el incidiente del abril de 2024, cuando varios vuelos desde Finlandia a Estonia tuvieron que regresar a Helsinki porque no pudieron aterrizar debido a que la señal de GPS fue bloqueada por dispositivos de interferencia.
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Estonia refuerza su seguridad fronteriza
El mes pasado autoridades de Estonia comenzaron a reforzar las medidas de seguridad en tres de sus pasos fronterizos con Rusia, el de Narva, Koidula y Luhama.
En esos tres puntos de cruce se han instalado nuevas infraestructuras, como mecanismos de bloqueo de carreteras y nuevas puertas de cierre automático que pueden impedir en cuestión de segundos el paso de personas y vehículos. Las nuevas medidas de seguridad han tenido un costo total de 3,1 millones de euros.
El mes pasado ya se habían instalado unas puertas automáticas similares en el puente que atraviesa el río Narva en un punto en el que este demarca la frontera entre Rusia y Estonia.
Pobladores preparados ante invasión rusa
Estonia cuenta con 4,500 soldados profesionales, además de 90, 000 reservistas. A pesar de haber aumentado el gasto en defensa por encima del 3.5 % del PIB, su ejército no posee ni un solo tanque, y mucho menos un avión de combate.
En medio de este panorama, Ave Ungro, una mujer de 44 años especialista en salud y habitante de la isla Hiiumaa comentó al medio DW que la vida en la comunidad cambio desde febrero de 2022, cuando Rusia inició la guerra con Ucrania, ante ello la docente decidió entrenarse en la milicia de Estonia.
Ave comenta que durante su adiestramiento militar tomo cuatro programas: entrenamiento de seguridad, primeros auxilios, entrenamiento militar y abastecimiento en el campo de batalla.
"Tuve un arma en la mano durante la parte militar, pero no disparé ni un tiro y espera no usar nunca sus conocimientos militares y, en el peor de los casos, preferiría centrarse en las evacuaciones".
Ave dice que no tener miedo de los rusos y sabe que el Ejército ruso podría tomar Hiiumaa; sin embargo no hay una atmósfera de miedo, al contrario de lo que difunden los medios.
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