El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que habló con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, para tratar la liberación de 16 prisioneros y la posibilidad de incluir a otros 1,300.
"He mantenido una maravillosa conversación con el altamente respetable presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. El propósito de esta llamada es agradecerle la liberación de 16 prisioneros. También hemos discutido la liberación de otros 1,3000 prisioneros", indicó el mandatario en Truth Social mientras volaba hacia Alaska para su reunión con el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
En julio, el régimen bielorruso liberó a 16 presos políticos en una nuevo grupo de perdones presidenciales, pero grupos de la oposición bielorrusa criticaron que no se pusiera en libertad a disidentes de más alto perfil.
Te podría interesar
"Nuestra conversación ha sido muy buena. Hemos discutido muchos temas, incluída la visita del presidente Putin a Alaska. Estaría encantado de encontrarme con el presidente Lukashenko en el futuro", indicó Trump.
La llamada de Trump al líder autoritario y aliado de Putin, se conoce poco antes de que el estadounidense se reúna con el presidente ruso para tratar un posible alto el fuego en Ucrania.
Te podría interesar
La relación política entre Bielorrusia y EU
Contexto: Desde 2019 hasta 2022, Estados Unidos y Bielorrusia reanudaron contactos diplomáticos luego de un periodo prolongado de distanciamiento. En agosto de 2019, John Bolton conversó en Minsk con Lukashenko para mejorar vínculos bilaterales. En febrero de 2020, el secretario de Estado Mike Pompeo visitó Bielorrusia, entregó ayuda humanitaria y exploró cooperación en seguridad y comercio.
En 2022, Estados Unidos suspendió operaciones en su embajada en Minsk luego de reportes sobre el rol de Bielorrusia en la invasión rusa a Ucrania. No obstante, en 2025, el gobierno de Trump impulsó acercamientos diplomáticos con Bielorrusia, enviando al enviado Keith Kellogg a Minsk para discutir la liberación de prisioneros políticos, lo que marcó el nivel más alto de contacto entre ambos desde años atrás.
Paralelamente, Lukashenko ejecutó indultos a activistas y opositores, liberó a varios presos políticos y agilizó la devolución de custodios estadounidenses, con el fin de amortiguar sanciones y reactivar canales con Estados Unidos.
Un reporte adicional señaló que Bielorrusia montó un canal diplomático secreto para mediar entre Washington y Moscú, lo cual allanó el camino para una posible cumbre Trump–Putin, con el apoyo tácito de Lukashenko como intermediario
Presos políticos en Bielorrusia
La situación de presos políticos en Bielorrusia en 2025 refleja procesos continuos de represión estatal que involucran encarcelamientos, liberaciones selectivas y deterioro en condiciones de salud.
En 2024, autoridades bielorrusas pusieron en libertad a 227 personas a través de indultos presidenciales, aunque muchos enfrentaron presiones para admitir culpabilidad.
Derechos humanos locales documentaron la detención de al menos 1,275 individuos por motivos políticos. Se registraron torturas, aislamiento prolongado y restricciones mediante celdas de castigo, junto con negación de atención médica, lo que causó muertes evitables de presos como Aliaksandr Kulinich, Ihar Lednik y Vadzim Khrasko.
El 30 de abril de 2025 se liberó a Youras Ziankovich, ciudadano estadounidense y bielorruso detenido por acusaciones de intento de golpe, tras considerarse esa detención injustificada por sectores internacionales.
El 21 de junio se puso en libertad a Sergei Tikhanovsky, líder opositor condenado a 18 años, junto a otros presos como el periodista Ihar Karnei y la profesora Nataliia Dulina, tras una visita diplomática del enviado estadounidense Keith Kellogg. Aun así, organizaciones estimaron que más de 1,100 personas permanecían presas por razones políticas.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
La comunidad internacional, incluida la Unión Europa, instó al régimen a liberar a todos los detenidos políticos, rechazando que la excarcelación de algunos represente un cambio sustancial en materia de derechos humanos.
Este contexto refleja un patrón en que Bielorrusia alterna liberaciones simbólicas con prácticas consistentes de represión, judicialización de la disidencia y violaciones continuas de derechos fundamentales.
VGB