El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha caracterizado desde su campaña por el uso de imágenes, vídeos e información falsa generada con Inteligencia Artificial (IA) como una estrategia multifacética para desviar la atención de las polémicas en las que se ve inmerso, consolidar su base de apoyo, provocar a sus oponentes y proyectar una visión específica del mundo.
Aunque el uso de esta estrategia resulta "evidentemente absurda" en la mayoría de los casos, no parece preocuparle a él ni a sus aliados, y ha demostrado ser efectiva en términos de interacción con sus seguidores, quienes replican su mensaje aún si este es indudablemente falso.
La publicación más reciente y polémica de Donald Trump es un vídeo generado por IA que muestra el arresto falso del expresidente Barack Obama.
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El video comienza con clips auténticos de líderes demócratas, incluyendo a Obama y Joe Biden, declarando que "nadie está por encima de la ley". Después muestra a agentes del FBI irrumpiendo en el Despacho Oval, forzando a Obama a arrodillarse y esposándolo, mientras Trump observa sonriente.
La secuencia se basa en imágenes reales de una reunión entre Obama y Trump en noviembre de 2016 en la Casa Blanca, pero ha sido alterada con IA. Posteriormente, Obama aparece vestido con un uniforme naranja de prisión dentro de una celda.
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¿Qué hay detrás de la difusión del video?
El vídeo fue compartido días después de que la Directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, publicara informes acusando a funcionarios de la administración Obama de fabricar información sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 para deslegitimar la victoria de Trump.
Gabbard calificó esto como un "golpe de Estado prolongado" y pidió que se procesara a los implicados.
La publicación también coincide con las críticas y la presión que Trump enfrenta por la gestión de su administración del caso Jeffrey Epstein, especialmente por la decisión de no divulgar más documentos relacionados con el caso, lo que ha generado indignación incluso entre sus propios seguidores.
Analistas políticos ven el vídeo como una maniobra para desviar la atención del escándalo Epstein y de los problemas políticos y sociales que acarrea la administración de Trump. Consideran que el vídeo "cruza todas las líneas éticas" y demuestra el "peligroso nivel que puede alcanzar la inteligencia artificial".
Además, el vídeo ha sido calificado de racista, ya que muestra al "hombre negro más estimado de Estados Unidos" siendo forzado a someterse ante Trump, y previamente se destaca un meme de Pepe the Frog, una imagen asociada a la extrema derecha y la supremacía blanca.
Esto se compara con el uso del racismo para fines políticos, como la proyección de la película pro-KKK "El nacimiento de una nación" por Woodrow Wilson en la Casa Blanca en 1915. Los vídeos son vistos como "un arma política" que busca normalizar, burlarse y celebrar la erosión de los derechos civiles y la violencia dirigida a estadounidenses negros, marrones y vulnerables.
Razones por las que Trump comparte contenido generado por IA
El uso de IA por parte de Trump se inscribe en una estrategia de comunicación digital que busca maximizar el impacto y la interacción con su base política. Algunas de las razones por las que Trump se vale de este tipo de materiales para influir sobre su audiencia son:
- "Memeificación" de la política: Trump comparte contenido generado por IA para contribuir a la "memeificación" de la política, buscando impacto y reacción para mantenerse relevante.
- "Carnada para la ira" y consolidación de la base: El contenido, aunque evidentemente falso, está diseñado para "hacer rabiar a los progres" y enfurecer a la oposición, lo que a su vez consolida y complace a su propia base de seguidores.
- Proyección de su visión del mundo: La IA permite a Trump "materializar un futuro o una versión de sí mismo que imagina", creando un "mundo espejo digital" que refleja la realidad que él desea ver, por absurda que parezca.
- El "dividendo del mentiroso": Su uso de contenido falso alimenta un escepticismo generalizado, lo que facilita que incluso el contenido real sea desestimado como falso. Esto le permite sembrar "dudas plausibles sobre lo real".
Casos previos de uso de IA por Donald Trump
Trump ha utilizado contenido generado por IA en múltiples ocasiones, entre las que destacan:
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Endosos falsos de celebridades:
En 2024, Trump republicó una imagen falsa de Taylor Swift respaldándolo, algo que nunca ocurrió, y compartió imágenes falsas de fans de Taylor Swift con camisetas de "Swifties for Trump", a pesar del apoyo público de la artista a Kamala Harris.
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Ataques a oponentes políticos:
También en 2024, publicó una foto falsa de Kamala Harris vestida con lo que parecía un "uniforme militar comunista".
Se han detectado otras imágenes manipuladas con IA que denigran a Harris, presentándola con demencia, vinculándola con Jeffrey Epstein o Diddy, o mostrándola como "prostituta de lujo".
Trump también utilizó imágenes generadas por IA para acusar a Kamala Harris de inflar la asistencia a sus mítines.
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Proyección de escenarios deseados:
En febrero de 2025, compartió un vídeo generado por IA que mostraba una Franja de Gaza devastada transformada en un lujoso centro turístico, con hoteles que llevaban su nombre y estatuas doradas de él. Esta publicación fue particularmente controvertida por su propuesta anterior de desplazar a los palestinos de Gaza.
En mayo de 2025, compartió una foto generada por IA en la que aparecía vestido como un pontífice (el Papa), continuando una broma previa.
El 4 de julio de 2025, publicó un vídeo biográfico extraño que mostraba hitos de su vida en una aparente toma continua, también con contenido generado por IA.
Trump como víctima de IA
En marzo de 2023, circularon imágenes falsas generadas por IA que mostraban a Trump siendo arrestado. En respuesta, Trump compartió una imagen generada por IA de sí mismo rezando.
Implicaciones y peligros de la desinformación con IA
El uso de IA en la desinformación plantea serias preocupaciones para la credibilidad de la información y los procesos democráticos.
El uso continuo y masivo de imágenes y vídeos generados por IA, especialmente por figuras de autoridad, "carcome la confianza que tienen los estadounidenses sobre la veracidad de la información que comparte el gobierno". Hace que sea cada vez más difícil distinguir entre lo real y lo falso.
Expertos advierten que este tipo de contenido "confunde al público" y "pone en jaque la credibilidad de procesos democráticos". Revive teorías conspirativas sin fundamentos sólidos, lo que puede "alimentar el extremismo y la desinformación en un año electoral clave".
Los analistas describen estos vídeos como "un arma política que se usa para un propósito". La sofisticación de la mentira gracias a la IA puede marcar un "cambio en el paradigma de la desinformación electoral", representando el "gran reto de los próximos ciclos electorales".
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Contradicción con sus acusaciones contra la prensa
La difusión de contenido falso generado con inteligencia artificial (IA) por parte de Donald Trump contradice directamente sus acusaciones contra la prensa, creando una paradoja peligrosa para la veracidad de la información.
Mientras Trump y su administración han calificado a los periodistas y medios de comunicación como "enemigos del pueblo" y han lanzado "campañas de descrédito" y "guerras jurídicas" para socavar su credibilidad y silenciar la información crítica, él mismo recurre activamente a la IA para generar y propagar falsedades.
Por ejemplo, el vídeo falso del arresto de Barack Obama, las imágenes manipuladas de Taylor Swift apoyándole, y las fotos de Kamala Harris vestida con un supuesto "uniforme militar comunista". Este contenido, le permite consolidar su visión particular del mundo entre sus seguidores afianzando apoyo.
Esta táctica alimenta el "dividendo del mentiroso", donde el escepticismo generalizado sobre la información permite que incluso el contenido real sea descartado como falso.
En esencia, Trump acusa a los medios de no ser fiables mientras él mismo produce y amplifica la "irrealidad", erosionando la confianza pública en la información gubernamental y en los procesos democráticos. Así, lo que él denuncia en la prensa, lo practica y explota a través de la IA.
¿Por qué es relevante el tema?
Esta información evidencia el impacto potencialmente destructivo del uso de inteligencia artificial (IA) en la desinformación política, especialmente cuando es promovida por figuras de alto perfil como Donald Trump.
La difusión de imágenes y videos falsos, como el arresto manipulado de Barack Obama, no solo desvirtúa el debate público, sino que erosiona la confianza en la información verificada y en las instituciones democráticas.
El uso deliberado de IA por parte de Trump para provocar, distraer y reforzar narrativas falsas representa un peligro para la integridad electoral y fomenta un ambiente de polarización, en el que la verdad y los hechos comprobables se vuelven negociables.
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Esta estrategia digital, basada en el escándalo, la manipulación emocional y la “memeificación” de la política, consolida su base electoral mientras desinforma al público y normaliza discursos racistas o extremistas.
Además, este fenómeno abre un precedente global sobre el uso irresponsable de tecnologías emergentes en campañas políticas, lo que exige una respuesta urgente desde la regulación, la alfabetización mediática y la ética pública.
El caso de Trump ilustra el riesgo real de que la IA se convierta en una herramienta central para la manipulación política y el debilitamiento de las democracias.
VGB