El negociador jefe ruso, Vladímir Medinski, rechazó hoy una posible cumbre entre los presidentes ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Volodímir Zelenski, sin antes cerrar un acuerdo de paz, tras la tercera ronda de negociaciones entre rusos y ucranianos celebrada este miércoles en Estambul.
"En realidad, en esa reunión no hay que discutir el acuerdo, sino ponerle punto y final, firmar", dijo el asesor del jefe del Kremlin en rueda de prensa.
Ucrania propuso a Rusia en la ronda de negociaciones mantenida este miércoles en Estambul que los presidentes ucraniano, Volodímir Zelenski, y ruso, Vladímir Putin, celebren antes de que termine agosto, y en presencia de sus homólogos turco y estadounidense, Recep Tayyip Erdogan y Donald Trump, una reunión para dar impulso a una salida negociada a la guerra.
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La delegación ucraniana que participó este miércoles en una nueva ronda de contactos con representantes del Gobierno de Rusia fue recibida en Ankara por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, antes de su traslado a Estambul, sede del encuentro. Los emisarios de Ucrania le transmitieron saludos del presidente Volodímir Zelenski y agradecieron la facilitación de estas conversaciones por parte del Gobierno turco.
El jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrí Yermak, quien acompaña a la delegación aunque no forma parte del equipo negociador, informó a través de redes sociales que discutió con Erdogan sobre seguridad, estabilidad regional y posibles formas de cooperación en materia de defensa. Yermak también sostuvo reuniones con el ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, y con Akif Cagatay Kilic, primer consejero del presidente turco.
La delegación ucraniana está encabezada por Rustem Umérov, secretario del Consejo para la Seguridad Nacional de Ucrania y exministro de Defensa. En un mensaje publicado este mismo día, el presidente Zelenski reiteró que sus emisarios insistirán ante Rusia en la necesidad de un alto el fuego total y el cese de ataques contra infraestructuras civiles.
En cuanto a las posturas de cada parte, Ucrania ha reiterado que no está dispuesta a negociar concesiones territoriales como condición para alcanzar una tregua. Además, ha reiterado que no reconocerá las reivindicaciones territoriales rusas, incluida la anexión de Crimea. Zelenski ha planteado que esta tercera reunión también debe abordar la liberación de prisioneros y preparar un eventual encuentro directo con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Desde Moscú, el Kremlin ha señalado que todavía es prematuro hablar de una posible reunión entre ambos mandatarios. El portavoz Dmitri Peskov afirmó que aún se requiere “mucho trabajo” antes de que pueda plantearse un encuentro de ese tipo, y señaló que no hay expectativas de “avances milagrosos” en esta ronda. Sin embargo, aseguró que Rusia mantendrá su posición y seguirá trabajando para cumplir sus objetivos.
Contexto: el conflicto entre Rusia y Ucrania tiene raíces históricas profundas que se remontan a la desintegración de la Unión Soviética en 1991, cuando Ucrania se convirtió en un Estado independiente. A lo largo de las décadas siguientes, las relaciones entre ambos países fueron tensas, en particular por el interés de Ucrania en acercarse a la Unión Europea y a la OTAN, lo que fue percibido por Moscú como una amenaza a su esfera de influencia.
La tensión escaló en 2014, cuando Rusia se anexó la península de Crimea tras la destitución del entonces presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, hecho que desencadenó también una guerra en el este de Ucrania con participación de grupos separatistas prorrusos. A pesar de diversos intentos de mediación, el conflicto se intensificó en febrero de 2022 con una invasión militar a gran escala por parte de Rusia, lo que dio inicio a la etapa más violenta y prolongada de las hostilidades.
Los encuentros previos del 16 de mayo y el 2 de junio culminaron con un acuerdo de canje de prisioneros a gran escala, así como con el intercambio de borradores sobre posibles condiciones para un acuerdo de paz. Según el Kremlin, las propuestas de ambas partes eran “diametralmente opuestas”.
El proceso de diálogo ha sido seguido de cerca por distintos actores internacionales. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó recientemente su frustración ante la falta de avances y advirtió a Rusia que tiene un plazo de 50 días para alcanzar un acuerdo de paz, bajo amenaza de nuevas sanciones. A pesar de ello, las fuerzas rusas han intensificado sus operaciones en distintos frentes durante las últimas semanas.
El presidente Erdogan ha insistido públicamente en mantener abierta la vía del diálogo y pidió recientemente a ambas partes no cerrar la puerta a una solución negociada.
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¿Por qué es importante el tema?
La consecución de un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia representa una oportunidad clave para detener la violencia que ha provocado la muerte de decenas de miles de personas y el desplazamiento forzado de millones desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022. Un cese al fuego duradero permitiría reducir el impacto humanitario en las regiones afectadas y facilitaría el acceso a ayuda internacional, particularmente en zonas donde las hostilidades han interrumpido los servicios básicos y la infraestructura crítica.
Un eventual entendimiento entre ambas partes también tendría implicaciones directas en la seguridad de Europa del Este y en la estabilidad global, al disminuir el riesgo de una escalada militar que pueda involucrar a otros actores internacionales. Además, el restablecimiento del diálogo formal podría allanar el camino para procesos diplomáticos más amplios que aborden temas de seguridad regional, control de armamento y cooperación internacional.
Desde el punto de vista económico, el conflicto ha generado interrupciones en el comercio de granos, energía y materias primas esenciales, lo que ha repercutido en mercados de todo el mundo. Un acuerdo de paz contribuiría a estabilizar los precios, normalizar el tránsito comercial y permitiría la reconstrucción de las zonas devastadas, beneficiando tanto a las economías involucradas como a sus socios internacionales.
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