La oenegé Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado que el presidente estadounidense, Donald Trump, se ha convertido en una figura clave "de un movimiento político mundial contra el periodismo". RSF asegura que la Administración liderada por Trump, quien regresó a la Casa Blanca el pasado mes de enero, es cada vez más hostil hacia la prensa e imita a regímenes autoritarios y cuasi-autoritarios de todo el mundo.
El movimiento transnacional contra los medios de comunicación ha encontrado en Trump a "uno de sus defensores más poderosos hasta la fecha", lo que facilita el "reciente declive de la libertad de prensa en todo el mundo", según RSF.
Clayton Weimers, director ejecutivo de RSF en Estados Unidos, señala que desde que asumió el cargo hace seis meses, Trump ha igualado años de ataques verbales a periodistas con nuevas acciones concretas para limitar la libertad de prensa, inspirando a otros líderes a tomar medidas similares contra sus propios medios de comunicación.
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Acciones concretas de la administración Trump contra la prensa
La organización enumera diversas acciones llevadas a cabo por el mandatario contra el sector de la comunicación:
- Guerra Legal y Presión Económica:
Trump ha ejercido una "guerra legal" y presión económica contra medios por llevar a cabo una cobertura "que no le gusta". Esta práctica es similar a la del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien desde 2022 ha demandado a múltiples periodistas y medios, "sofocando" el sector del periodismo.
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- Inclusión de "Compinches" en los Medios:
RSF también señala la inclusión de "compinches" de Trump en la prensa. Un ejemplo es la demanda del republicano contra Paramount, propietaria de CBS, un litigio que despejó el camino para que David Ellison, consejero delegado de Skydance y vinculado con el mandatario, se hiciera cargo de la empresa.
El presidente húngaro Viktor Orban también se ha aprovechado de compras de medios similares por parte de "oligarcas" relacionados con el Gobierno para controlar alrededor del 80 % de la información política.
- Desmantelamiento de Medios Públicos e Independientes:
Preocupa a Reporteros Sin Fronteras el desmantelamiento de medios públicos e independientes.
La organización critica el cierre de Voice of America (VOA) y el intento de Trump de acabar con la financiación federal de las emisoras públicas nacionales National Public Radio (NPR) y Public Broadcast Service (PBS), algo que se debate actualmente en el Senado de EU.
En este sentido, RSF recuerda que el expresidente brasileño Jair Bolsonaro también intentó desmantelar la emisora pública Empresa Brasil de Comunicação.
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Violencia y control del discurso como elementos de la política Trumpista
- RSF hace referencia a la violencia del Gobierno de Trump contra los periodistas
Pone como ejemplo las protestas contra las redadas de inmigración que tuvieron lugar en Los Ángeles el mes pasado, donde se registraron al menos 60 actos violentos contra profesionales de la información.
Estas agresiones contra periodistas, que también se han visto recientemente en países como Serbia, Turquía o Georgia, son "un elemento básico de la política trumpista".
- Vigilancia del Lenguaje y Acusaciones Falsas
RSF define como una "vigilancia del lenguaje" la decisión de Trump de prohibir a la agencia Associated Press (AP) la entrada al Despacho Oval, al Air Force y a diversos actos oficiales. Esta prohibición se debe a que AP se opone a denominar al Golfo de México como "Golfo de América", una medida inspirada "en las tácticas del Kremlin".
Además, RSF denuncia las acusaciones falsas vertidas por la Administración Trump contra medios de comunicación y las múltiples campañas de desprestigio contra periodistas, una práctica usada también por su homólogo argentino, Javier Milei.
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¿Por qué es relevante el discurso de Trump en contra de la prensa?
El discurso de Donald Trump en contra de la prensa es relevante porque representa un ataque directo a uno de los pilares fundamentales de la democracia: la libertad de expresión y el derecho a la información.
Desde su campaña presidencial y a lo largo de su mandato, Trump ha catalogado a los medios de comunicación como "enemigos del pueblo", deslegitimando la labor periodística cuando esta resulta crítica hacia su figura o su gestión. Esta narrativa ha alimentado una cultura de desconfianza y polarización, donde los hechos comprobables son cuestionados y reemplazados por percepciones o desinformación.
El impacto de esta retórica trasciende a Estados Unidos. Líderes autoritarios en otras partes del mundo han adoptado estrategias similares para desacreditar a la prensa y consolidar el poder, justificando la censura o la represión bajo el argumento de combatir "noticias falsas".
Además, el discurso anti-prensa de Trump ha incrementado los riesgos para periodistas, tanto en el ámbito digital como físico, al legitimar actitudes hostiles contra ellos entre sus simpatizantes.
En un contexto donde la verdad es constantemente manipulada y los medios enfrentan desafíos económicos y tecnológicos, minar su credibilidad debilita el debate público y la rendición de cuentas. Por ello, el discurso de Trump no debe entenderse solo como una opinión personal, sino como un fenómeno político con consecuencias globales para el ejercicio del periodismo y la salud democrática. Defender la libertad de prensa es, en este escenario, más urgente que nunca.
VGB