La relación comercial entre Estados Unidos y China sigue siendo un campo complejo de negociaciones, marcada por anuncios de avances significativos y, al mismo tiempo, firmes advertencias. A pesar de las declaraciones de un acuerdo alcanzado, China ha dejado claro este sábado que no aceptará condiciones que vayan en contra de sus propios intereses.
Este sábado, 28 de junio de 2025, el Gobierno chino ha emitido un mensaje contundente, insistiendo en que no aceptará ningún acuerdo comercial con Estados Unidos que "contravenga sus intereses". Esta declaración se produce a pocos días de que expire el 9 de julio, la fecha límite propuesta por Donald Trump para intentar cerrar los términos definitivos de la negociación en medio de una tregua en la guerra arancelaria.
El Ministerio de Comercio de China "se opondrá firmemente a cualquier acuerdo alcanzado a expensas de sus intereses para la supuesta reducción arancelaria". Un portavoz del Ministerio ha subrayado al diario estatal chino 'Global Times' que, de ser así, "China nunca lo aceptará y se opondrá resueltamente para salvaguardar sus legítimos derechos".
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Sin embargo, el Ministerio también ha querido recalcar que "da la bienvenida a los esfuerzos" que se están realizando para resolver las diferencias a través de "consultas de igual a igual" con Estados Unidos, pidiendo a Washington que actúe "del lado de la equidad, la justicia y la corrección histórica".
El anuncio del acuerdo: entre el entusiasmo y la falta de detalles
Las recientes declaraciones de China contrastan con los anuncios hechos apenas unos días antes, el jueves 26 de junio, por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había declarado durante un acto en Washington que acababa de "firmar" un acuerdo comercial con China, aunque sin proporcionar más detalles.
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Un funcionario de la Casa Blanca confirmó posteriormente a la AFP que el gobierno de Trump había acordado con China "un entendimiento adicional para el marco de aplicación del acuerdo de Ginebra".
El viernes, 27 de junio de 2025, Pekín confirmó que se había alcanzado un acuerdo, y un vocero del Ministerio de Comercio chino expresó la esperanza de que "Estados Unidos y China se encuentren a mitad de camino". Ambas partes "confirmaron los detalles del marco".
A pesar de la relevancia, la Casa Blanca no convocó a la prensa ni emitió un comunicado oficial sobre la firma del acuerdo. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, también afirmó que estaba seguro de que "los imanes fluirán" una vez acordado. Howard Lutnick, el secretario de Comercio, confirmó la firma del acuerdo y mencionó que China se ha comprometido a entregar tierras raras.
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Los puntos clave del entendimiento previo
Según los detalles emergentes del acuerdo, China se comprometió a "revisar y aprobar las solicitudes de control de las exportaciones que cumplan los requisitos de acuerdo con la ley". A cambio, la parte estadounidense "cancelará en consecuencia una serie de medidas restrictivas contra China".
Una de las prioridades centrales para Washington en estas conversaciones fue garantizar el suministro de tierras raras, metales fundamentales para la fabricación de baterías eléctricas, turbinas eólicas y sistemas de defensa. China, que controla la mayor parte de la extracción mundial de tierras raras, comenzó a exigir licencias de exportación a principios de abril, una medida que fue interpretada como una respuesta a los aranceles impuestos por Trump.
Anteriormente, en mayo, las dos mayores economías del mundo habían acordado en Ginebra "reducir temporalmente las elevadas tarifas que se aplican mutuamente a sus productos". China también se había comprometido a suavizar algunas contramedidas no arancelarias, aunque funcionarios estadounidenses acusaron posteriormente a Pekín de violar el pacto y ralentizar la aprobación de licencias de exportación de tierras raras.
Finalmente, ambas partes acordaron un marco para avanzar en su consenso de Ginebra tras conversaciones en Londres este mismo mes.
Próximos pasos y la incertidumbre arancelaria
En cuanto a los plazos, el secretario del Tesoro de EU, Scott Bessent, ha mencionado que Washington podría tener hasta septiembre para cerrar acuerdos con sus principales socios comerciales, apuntando al Día del Trabajo (1 de septiembre en EU) como fecha límite para las conversaciones.
Además, la Casa Blanca indicó que Washington podría aplazar la fecha límite del 9 de julio para la entrada en vigor de aranceles más elevados a las importaciones de decenas de países. Trump impuso un arancel del 10% a la mayoría de sus socios comerciales este año y había anunciado tarifas más altas a decenas de economías, aunque suspendió temporalmente esta decisión.
La vocera Karoline Leavitt señaló que la prórroga de la moratoria en los aranceles más altos "quizás se pueda extender, pero esa es una decisión que le corresponde al presidente". Leavitt también precisó que Trump puede "elegir una tasa arancelaria recíproca que considere ventajosa para Estados Unidos" si los países no proponen un acuerdo antes de la fecha límite.
Trump ha enfatizado que no alcanzará acuerdos con todos los países, y aquellos que no lo hagan enfrentarán "aranceles recíprocos" del 25%, 35% o 45%. La reacción inicial de Wall Street al anuncio del acuerdo fue de optimismo, con el índice estadounidense S&P y el Nasdaq batiendo récords tras las caídas de abril.
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En resumen, mientras Estados Unidos celebra un acuerdo y anticipa el flujo de bienes clave, China subraya su firme postura de no ceder en sus intereses fundamentales, manteniendo un velo de incertidumbre sobre la implementación completa y a largo plazo de los compromisos mutuos.
VGB
