Una fuerte explosión registrada en la madrugada de este jueves sacudió el municipio colombiano de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca, donde según medios locales el estallido afectó a un taxi y dejó al menos una persona herida.
El hecho ocurrió en la Autopista Simón Bolívar, diagonal a la Casa de la Cultura Margarita Hurtado, y se suma a la escalada de ataques que han golpeado con fuerza al suroeste del país en los últimos tres días.
El martes, las autoridades informaron de un total de 24 atentados en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, atribuidos a las disidencias de las FARC comandadas por alias 'Iván Mordisco'.
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Entre los ataques se contaron explosiones de carros bomba, hostigamientos armados y ataques contra la Policía, con un saldo de al menos ocho muertos, entre ellos dos uniformados.
La región se encuentra en máxima tensión tras la visita del presidente Gustavo Petro a Cali este miércoles, donde firmó el decreto que convoca una consulta popular sobre su reforma laboral durante un acto público en la Plazoleta de San Francisco, acompañado por miles de simpatizantes.
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La movilización, rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad, se dio en medio de una oleada de violencia en el suroeste del país que ha dejado varios muertos y heridos.
Las autoridades no han confirmado oficialmente los responsables del atentado en Buenaventura, pero el hecho ocurre en un contexto de creciente ofensiva por parte de grupos armados ilegales que buscan desestabilizar el orden institucional en el suroccidente colombiano.
Violencia en Colombia
Colombia atraviesa una situación de violencia persistente, marcada por enfrentamientos entre grupos armados ilegales, narcotráfico y protestas sociales. Este contexto se ha manifestado recientemente en graves incidentes que han alarmado a la nación.
Uno de los eventos más destacados es el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay el sábado 7 de junio de 2025 en Bogotá, durante un acto de campaña. Uribe Turbay, de 39 años, recibió un disparo en la cabeza y múltiples impactos de bala, lo que lo dejó en estado crítico y de máxima gravedad, aunque con indicios de mejoría neurológica días después.
Las primeras versiones indican la detención de dos individuos, uno de ellos un menor de 15 años, presuntamente implicado como autor material y quien habría recibido un pago por el ataque. Este hecho ha sido calificado por la Defensoría del Pueblo como una grave amenaza a los derechos políticos, la libertad de expresión y la vida misma.
Diversos líderes nacionales e internacionales condenaron el atentado, incluyendo al presidente Gustavo Petro, quien enfatizó que "la violencia nunca podrá ser el camino" y que "el bien supremo de la nación es la paz". El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, incluso vinculó el ataque a una "violenta retórica izquierdista".
Paralelamente, el 11 de junio de 2025, la ciudad de Cali sufrió sendas explosiones de bombas dirigidas contra puestos policiales, dejando al menos 7 personas muertas y varias heridas. En el departamento del Cauca (oeste), ocurrieron explosiones de carros bomba sin víctimas pero con daños materiales.
Las autoridades atribuyeron estos ataques a disidencias de las FARC, específicamente al frente Dagoberto Ramos Ortiz y al frente 57, en medio de un recrudecimiento de la violencia en el suroeste del país donde operan grupos armados ilegales disputándose el control territorial..
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Estos incidentes subrayan la preocupación por el aumento de la violencia política y la inseguridad en Colombia, a poco más de un año de las elecciones presidenciales
VGB