El director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Carlos Lauría, alertó sobre un patrón de persecución política y judicial contra el periodista guatemalteco José Rubén Zamora, encarcelado desde 2022, al considerar que su caso refleja un esfuerzo deliberado por silenciar al periodismo independiente en Guatemala.
Lauría expuso que las agresiones contra Zamora se remontan a más de dos décadas y recordó, entre otros hechos, el ataque armado de 2003, cuando hombres armados irrumpieron en su vivienda, amenazaron a su familia y agredieron a sus hijos, así como el secuestro de 2008, tras el cual el periodista fue abandonado en estado semi inconsciente en Chimaltenango.
De acuerdo con Lauría, estos hechos formaron parte de una estrategia para frenar las investigaciones periodísticas de Zamora sobre corrupción y crimen organizado, y pese a las amenazas intimidaciones y presiones constantes el periodista continuó publicando reportajes críticos lo que derivó en procesos judiciales en su contra.
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El director de la SIP señaló que durante el gobierno del expresidente Alejandro Giammattei se consolidó un sistema de persecución judicial contra críticos y opositores, impulsado desde el Ministerio Público.
Detención de Zamora estuvo marcada por irregularidades
Contexto: Zamora fue detenido en 2022 tras un allanamiento que careció de fundamentos claros, ya que, en menos de 72 horas, se le imputaron cargos por lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias.
Lauría subrayó que el proceso ha estado marcado por graves irregularidades, como la omisión de una audiencia inicial dentro del plazo legal, la apertura de tres causas penales simultáneas y reiteradas violaciones al debido proceso.
Asimismo, añadió que el encarcelamiento de Zamora tuvo un impacto profundo en el ecosistema mediático del país, con el cierre del diario elPeriódico, el hostigamiento judicial contra su redacción y el exilio forzado de familiares del periodista, hechos que calificó como parte de una persecución política más amplia.
Caso Zamora denuncia criminalización del periodismo
En su texto, Lauría relató las visitas realizadas a Zamora en prisión durante misiones de la SIP y del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) en enero de 2024, así como un encuentro posterior en octubre de ese año, cuando el periodista recuperó temporalmente su libertad. Sin embargo, recordó que en marzo fue encarcelado nuevamente debido a las irregularidades persistentes del proceso.
Según Lauría, durante los primeros meses de detención Zamora fue sometido a torturas físicas y psicológicas, condiciones extremas de encierro y humillaciones constantes. A pesar de ello, afirmó que el periodista se mantiene sereno, lúcido y firme en la convicción de haber actuado correctamente.
Lauría concluyó que el caso de José Rubén Zamora representa uno de los ejemplos más graves de criminalización del periodismo en la región y sostuvo que la comunidad internacional debe seguir exigiendo su liberación, denunciando los abusos judiciales y evitando que el silencio se convierta en cómplice.
“José Rubén Zamora es un hombre injustamente preso, pero no está derrotado”, afirmó Lauría, al subrayar que mientras el periodista conserve su voz, incluso desde la cárcel, la libertad de prensa en Guatemala seguirá teniendo una posibilidad.
gph
