La incautación de un buque petrolero venezolano por parte de Estados Unidos tensó aún más la ya fragmentada relación entre ambos países. Este 10 de diciembre, autoridades estadounidenses retuvieron el petrolero Skipper en aguas cercanas a Venezuela. El presidente Donald Trump confirmó la operación y señaló que formó parte de las medidas aplicadas por su gobierno contra el comercio internacional de crudo sujeto a sanciones.
Mandos estadounidenses indicaron que el cargamento transportado formaba parte de envíos vinculados con redes que operaban bajo sanciones internacionales. Washington describió la acción como un procedimiento planificado dentro de programas que supervisan la movilidad marítima de buques incluidos en listas de restricciones.
Operativo en aguas cercanas a Venezuela
La operación involucró a equipos del FBI, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional y la Guardia Costera. Elementos militares descendieron desde helicópteros y aseguraron el control del barco. Funcionarios estadounidenses reportaron que no se registraron enfrentamientos.
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El Skipper, identificado anteriormente con el nombre Adisa, recibió sanciones en 2022 por su participación en traslados de crudo con destino a organizaciones sujetas a restricciones internacionales. Reportes oficiales señalaron que la nave transportaba entre 1.6 y 1.8 millones de barriles de petróleo pesado procedente de un puerto venezolano.
Autoridades estadounidenses afirmaron que el buque transmitió coordenadas que no coincidían con su ubicación real y que esta práctica buscaba confundir a los sistemas de monitoreo marítimo. Al ser consultado sobre el destino del cargamento, Trump declaró que Estados Unidos mantendría la posesión del material confiscado.
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Características del buque Skipper
El Skipper es un petrolero clasificado como VLCC. Su eslora alcanza 333 metros y su manga registra 60 metros. Entró en operación en 2005 y navegó durante dos décadas. Durante ese periodo utilizó distintos nombres, entre ellos The Toyo y Adisa. Autoridades de Guyana informaron que la nave empleó una bandera que no correspondía con sus registros oficiales.
El buque figuró en listas de sanciones estadounidenses durante varios años. Registros públicos indicaron que la medida respondió a su participación en traslados de petróleo vinculados con redes internacionales sujetas a restricciones. En 2022 recibió sanciones adicionales por operaciones relacionadas con organizaciones señaladas por Washington.
Documentos marítimos señalaron que la nave estaba bajo control de la gestora Thomarose Global Ventures LTD, ubicada en Nigeria, y vinculada con una empresa asociada al empresario ruso Viktor Artemov.
Diversos reportes incluyeron al Skipper en flotas que transportaban petróleo sujeto a restricciones internacionales. Autoridades marítimas identificaron que el cargamento retenido correspondía a crudo procedente de Venezuela e Irán.
Informes de seguimiento estimaron que el buque partió de la terminal José con un volumen que osciló entre 1.6 y 2 millones de barriles de crudo pesado. Cálculos preliminares situaron el valor aproximado de 1.6 millones de barriles por encima de los 95 millones de dólares.
Datos de navegación indicaron que el buque se dirigía a Cuba y que su destino final apuntaba a Asia. Registros de monitoreo señalaron que el Skipper transmitió señales que no coincidían con su posición real, lo que generó una apariencia de ruta cercana a Guyana mientras continuaba en aguas venezolanas.
Respuesta del gobierno venezolano
El gobierno de Nicolás Maduro rechazó la acción y la atribuyó a una política estadounidense dirigida a ejercer presión sobre el sector energético venezolano. Un comunicado de la Cancillería sostuvo que el país presentará reclamos en foros internacionales y buscará mecanismos legales para cuestionar la retención del buque.
Maduro dirigió un mensaje público en el que convocó a distintos sectores sociales a mantenerse atentos ante posibles escenarios de confrontación. El Ejecutivo venezolano afirmó que la incautación formó parte de un patrón de acciones que, a su juicio, afectan activos estatales fuera del territorio. El gobierno venezolano calificó la acción estadounidense como un acto de "piratería".
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Efectos económicos y proyecciones
Especialistas en comercio energético señalaron que la retención del Skipper podría influir en decisiones de empresas dedicadas al transporte de petróleo, debido al riesgo de sanciones. Observadores financieros registraron un ligero aumento en los precios internacionales del petróleo tras conocerse el operativo.
Analistas indicaron que la medida podría modificar rutas, tiempos de traslado y volúmenes disponibles para exportación en la región, mientras que gobiernos y compañías evaluarán las implicaciones legales y comerciales del incidente en los próximos meses.
ALBA exige la restitución de buque
Mediante un comunicado emitido este jueves 11 de diciembre, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), entre los que se encuentran Cuba y Nicaragua, exigieron a Estados Unidos la restitución inmediata del buque petrolero confiscado a Venezuela.
Aseguran que se trata de "una violación gravísima al derecho internacional y un ataque directo contra la soberanía venezolana", por lo que demandan "el cese de toda acción de despojo contra los bienes" de esta nación.
Por su parte, la Casa Blanca informó que el buque será llevado a un puerto de Estados Unidos para confiscar el petróleo que transportaba.
VGB
