En un discurso histórico pronunciado ante el Comité Nobel por su hija, Ana Corina Sosa, María Corina Machado presentó un alegato en el que denunció con detalle lo que describió como “una dictadura brutal” que ha gobernado Venezuela desde 1999. Ante autoridades, diplomáticos y ciudadanos del mundo, la líder opositora exigió atención internacional, justicia para las víctimas y respaldo al proceso de transición democrática que, asegura, está en marcha pese a la represión estatal.
Machado inició su intervención contando “la historia de un pueblo y su larga marcha hacia la libertad”, un recorrido que contrastó con la destrucción institucional y social que atribuye al régimen encabezado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro. Según dijo, el país nacido de la audacia y la pluralidad se convirtió, bajo el control del chavismo, en una nación sumida en “corrupción obscena, colapso económico y terrorismo de Estado”.
“Han sido casi tres décadas de lucha contra una dictadura brutal”
La dirigente opositora acusó directamente al régimen venezolano de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, manipulación electoral, censura, persecución y alianzas con redes criminales internacionales. “Violó la Constitución, corrompió a las Fuerzas Armadas, purgó a los jueces independientes, censuró a la prensa, manipuló las elecciones y persiguió la disidencia”, dijo.
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Machado afirmó que en 25 años el chavismo “convertió la riqueza petrolera en un arma para someter”, usando beneficios sociales como herramientas de control político. Aseguró que el país perdió más del 80% de su economía mientras más de nueve millones de venezolanos se vieron obligados a migrar.
Uno de los puntos centrales de su discurso fue la defensa de los resultados de la elección presidencial del 28 de julio de 2024, que la oposición considera ganada por Edmundo González Urrutia con el 67% de los votos. Machado detalló la operación ciudadana que permitió recopilar y publicar actas comiciales desde todos los rincones del país, enfrentando —sostuvo— intimidación militar y detenciones arbitrarias.
La dirigente denunció que, tras la votación, la dictadura respondió “aplicando el terror”, con 2,500 personas secuestradas, desaparecidas o torturadas. Aseguró que más de 220 adolescentes fueron “electrocutados, golpeados y asfixiados” para obligarlos a declarar que habían sido pagados para protestar. También denunció casos de esclavitud sexual contra mujeres detenidas.
“Crímenes de lesa humanidad”, sentenció, recordando que estos hechos fueron documentados por Naciones Unidas.
El mandato del pueblo y la ruta hacia una transición
Machado reiteró que, pese a la prohibición judicial que impidió su candidatura presidencial, el mandato popular no le pertenece a una persona sino al país. Explicó que ese principio guió la designación de González Urrutia como candidato unitario y la movilización nacional que, según afirma, demostró que Venezuela “despertó”.
También aseguró que la resistencia continúa desde la clandestinidad. “Durante dieciséis meses hemos construido nuevas redes de presión cívica y desobediencia disciplinada”, dijo al describir los esfuerzos para sostener una transición democrática “ordenada”.
“La libertad se conquista cada día”
El discurso se transformó en un mensaje moral y político sobre la importancia de defender la democracia. Machado subrayó que la experiencia venezolana debe servir como advertencia al mundo: “Si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad”.
Aseguró que el país está cerca de recuperar el Estado de derecho y describió una Venezuela futura en la que presos políticos serán liberados, la diáspora regresará y las familias podrán reencontrarse. “Venezuela volverá a respirar”, dijo.
Al cierre, la líder opositora dedicó el reconocimiento internacional —sin mencionarlo explícitamente, en respeto al protocolo del evento— a los presos políticos, perseguidos, periodistas, activistas, familias y millones de ciudadanos que, según sus palabras, han arriesgado sus vidas “por amor”, el mismo amor del que, dijo, “nace la paz”.
“Pronto presenciarán una de las imágenes más conmovedoras de nuestro tiempo: el regreso de los nuestros a casa”, expresó antes de concluir con un mensaje a Venezuela: “Estamos regresando a nosotros mismos. Estamos regresando a casa”.
Reaparece María Corina Machado
La Premio Nobel de la Paz llegó a Oslo este 10 de diciembre, pero ya no comparecerá en el balcón del Grand Hotel de la capital noruega para saludar a sus seguidores, dado que quiere reunirse directamente con sus familiares, dijo el presidente del Comité Nobel Noruego, Jørgen Watne Frydnes.
Previo a la ceremonia, el Instituto Nobel indicó que la captaron justo antes de que abordara el vuelo a Oslo, Noruega y que, Machado espera asistir a las diversas actividades durante los próximos días.
"Tan pronto como llegue, podré abrazar a toda mi familia y a mis hijos, a quienes no he visto en dos años, y a tantos venezolanos-noruegos que conozco que comparten nuestra lucha", dice la llamada que publicó en sus redes sociales el Instituto Nobel.
El diario The Wall Street Journal dio a conocer que, María Corina Machado abandonó el país el martes en lancha y viajó a la isla caribeña de Curazao, en un viaje secreto que sus aliados se esforzaron por mantener en secreto para proteger su seguridad, según informaron funcionarios estadounidenses.
La líder opositora no pudo recoger en persona su Premio Nobel de la Paz en la ceremonia del miércoles, pero afirmó que viajaría a Oslo, disipando así las preocupaciones sobre su seguridad después de que el comité del Nobel hubiera declarado que desconocía su paradero.
djh
