El llamado de una mujer mayor que pidió apoyo porque se sentía sola movilizó a un equipo de emergencia en medio de una jornada ordinaria de trabajo. La comunicación ingresó a la central como un aviso común, aunque la voz que hablaba al otro lado indicó una situación distinta a lo habitual.
De acuerdo con la historia compartida por la Página de Facebook Somos Personas, la mujer explicó con dificultad que llevaba horas sin comer y que no contaba con nadie para asistirla. Su tono reflejó una necesidad inmediata y una sensación de aislamiento que encendió la alerta en los operadores.
Uno de los oficiales que atendió la llamada describió la escena inicial para el registro interno. Señaló que la emergencia no surgió por un accidente o un delito. “Era una mujer mayor que pedía ayuda porque se sentía sola”, relató el servidor al resumir la naturaleza del incidente.
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El equipo se dirigió al domicilio sin demora. Al llegar, encontraron a la señora con señales de cansancio y con poca energía para preparar alimento. Ella comentó que no tenía familiares cerca y que pasaba largos periodos sin conversar con alguien. La casa permanecía en silencio, lo que reforzó la dimensión de su experiencia cotidiana.
Una presencia que alivia
Los oficiales reconocieron que el apoyo emocional era tan necesario como el alimento que la mujer solicitaba. Ella expresó que necesitaba “compañía y un gesto de apoyo”, una frase que orientó la acción del equipo.
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Mientras uno de los oficiales preparaba algo sencillo en la cocina, el otro conversó con la mujer para disminuir su sensación de angustia. Los servidores mencionaron que, desde su experiencia, muchas personas mayores requieren compañía, aunque pocas veces se atreven a pedirla.
Durante ese momento, la señora narró que su día transcurría sin contacto con otras personas. Explicó que la sensación de soledad aumentó hasta convertirse en una urgencia. Los oficiales escucharon con atención para ofrecerle un espacio de diálogo que le permitiera sentirse acompañada.
Una intervención que trasciende
Antes de retirarse, el equipo se aseguró de que la mujer tuviera un número al cual recurrir si enfrentaba nuevamente un momento similar. Le recordaron que no estaba completamente aislada y que podía solicitar apoyo cuando lo necesitara.
El oficial encargado de la intervención compartió una reflexión con su equipo. “En ese momento quedó claro que nuestra presencia era tan importante como la comida que necesitaba”, señaló, al describir el sentido que tomó la visita.
Otro integrante resumió lo que la experiencia representó para el grupo. “A veces, servir significa simplemente estar presentes cuando alguien lo necesita”, expresó, al final de la intervención.
Un llamado que revela una realidad
La historia expuso una situación frecuente entre personas mayores que viven solas y que no cuentan con redes de apoyo. También mostró que una llamada puede convertirse en un puente entre alguien que pide ayuda y quienes acuden para brindarla.
El caso dejó una impresión duradera en los oficiales, quienes destacaron la importancia de escuchar con atención cada comunicación que ingresa a la central. Para ellos, la jornada recordó que una intervención puede centrarse, no solo en resolver una necesidad material, sino también en acompañar a alguien que atraviesa un momento de soledad profunda.
VGB
