La Casa Blanca condenó este miércoles una declaración pública de legisladores demócratas que pidieron a las Fuerzas Armadas y a los servicios de inteligencia de Estados Unidos no acatar “órdenes ilegales” del gobierno del presidente Donald Trump. El mensaje, difundido en un vídeo en la red social X, reavivó las tensiones sobre el papel del Ejército en un clima político cada vez más polarizado.
En el vídeo publicado el martes, seis legisladores demócratas de la Cámara de Representantes y del Senado, todos con experiencia militar o en inteligencia, afirmaron que la administración Trump está “enfrentando a nuestros profesionales militares y de inteligencia contra los ciudadanos estadounidenses”.
Los congresistas, entre ellos Mark Kelly, exmiembro de la Marina estadounidense y astronauta de la NASA, y Elissa Slotkin, exagente de la CIA en Irak, advirtieron que, a su juicio, “las amenazas a nuestra Constitución no solo provienen del extranjero, sino también de nuestro propio país”.
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“Pueden desobedecer las órdenes ilegales”, afirmaron en su mensaje, sin precisar a qué disposiciones concretas se referían.
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Reacción de la Casa Blanca: acusaciones de radicalización
La respuesta del gobierno no se hizo esperar. Stephen Miller, subjefe de gabinete, publicó en X que “altos dirigentes demócratas hacen un llamamiento abierto a funcionarios de la CIA y a mandos militares a rebelarse contra su comandante en jefe”, y acusó al Partido Demócrata de haberse vuelto “peligrosamente radical”.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, también arremetió contra la iniciativa, asegurando que los legisladores padecen “síndrome de trastorno por Trump”, un término despectivo que los republicanos usan frecuentemente para desacreditar a sus adversarios.
Órdenes cuestionadas: el uso de las fuerzas federales dentro y fuera del país
Contexto: Desde su retorno a la Casa Blanca en enero, el presidente Trump ha sido duramente criticado por la oposición por su uso de la fuerza pública. En territorio estadounidense, ordenó el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en varias ciudades gobernadas por demócratas, argumentando la necesidad de contener “disturbios generalizados”. Sus detractores sostienen que estas acciones buscan intimidar políticamente a gobiernos locales opositores.
En el plano internacional, el mandatario autorizó un operativo intensivo contra presuntos traficantes de drogas en el Caribe y el Pacífico oriental, acciones que han dejado más de 80 muertos. Expertos en derecho internacional citados por medios estadounidenses consideran que estos ataques podrían constituir ejecuciones extrajudiciales, ya que no existiría un marco legal claro que los respalde.
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Un debate abierto sobre los límites del poder presidencial
La exhortación de los demócratas ha reactivado el debate sobre el deber de obediencia militar y sus límites legales. De acuerdo con la doctrina estadounidense, las tropas están obligadas a desobedecer órdenes que violen la Constitución o el derecho internacional, pero los casos en los que se define qué es una orden ilegítima suelen ser excepcionalmente complejos.
Varios analistas advierten que el choque público entre legisladores y la Casa Blanca podría erosionar la confianza en la cadena de mando militar, en un momento en el que EU enfrenta desafíos de seguridad tanto internos como externos.
AJA