Un análisis de ADN presentado por científicos británicos apunta a que Adolf Hitler habría sufrido el síndrome de Kallmann, una afección genética que interfiere con la pubertad y el desarrollo sexual. Los hallazgos, revelados en un próximo documental de Channel 4.
El equipo encargado de la investigación reconstruyó el perfil genético de Adolf Hitler a partir de una muestra de tela manchada de sangre proveniente del sofá en el que se suicidó en 1945. La autenticidad del material biológico fue verificada mediante su comparación con un hisopado de un familiar masculino del Führer, que mostró una coincidencia perfecta en el cromosoma Y. Los resultados, que se presentarán en el documental Hitler’s DNA: Blueprint of a Dictator del canal británico Channel 4.
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Cómo se obtuvo el ADN: una muestra histórica bajo escrutinio
El origen del material genético proviene de un trozo de tela manchado de sangre, cortado del sofá donde Hitler se suicidó. La muestra fue preservada por un coronel del ejército estadounidense y solo ahora secuenciada con tecnología moderna.
La profesora Turi King, reconocida por identificar los restos del rey Ricardo III, explicó que aceptó participar pese a sus reservas:
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“Dudé mucho sobre si unirme a este proyecto. Pero se llevará a cabo en algún momento, y queríamos asegurarnos de que se ejecutara de forma extremadamente mesurada y rigurosa. Además, no hacerlo lo pone en una especie de pedestal”.
King añadió: “Si Hitler hubiera visto sus propios resultados genéticos, casi seguro que se habría enviado a sí mismo a las cámaras de gas”.
Síndrome de Kallmann y desarrollo sexual: lo que indica el ADN
Según la secuenciación, Hitler portaba una mutación en el gen PROK2, fuertemente asociada con el síndrome de Kallmann. Esta condición puede retrasar el desarrollo de características sexuales secundarias y, en algunos casos, generar micropene, con una probabilidad estimada del 10%.
Relatos de soldados durante la Primera Guerra Mundial narran que Hitler era motivo de burlas por el tamaño de sus genitales, lo que coincide con esta hipótesis genética. Además, un informe médico de 1923, cuando fue encarcelado tras el fallido Putsch de Múnich, registró que poseía un testículo no descendido, circunstancia que alimentó la célebre canción de la época que insinuaba que el líder nazi tenía un solo testículo.
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Evidencias históricas y repercusiones en su vida personal
Especialistas plantean que esta posible condición podría relacionarse con la casi total ausencia de vida íntima del dictador. Hitler no tuvo hijos y solo contrajo matrimonio en abril de 1945, un día antes de su muerte, con Eva Braun.
El historiador Alex J. Kay, de la Universidad de Potsdam, considera que esta información podría ayudar a explicar la “muy inusual y casi completa devoción” de Hitler por la política. Mientras otros jerarcas nazis llevaban vidas familiares e incluso extramaritales, Hitler se mantuvo completamente volcado a su proyecto ideológico. “El movimiento nazi solo podría haber llegado al poder bajo el liderazgo de Hitler”, señaló.
Indicadores de riesgo neuropsiquiátrico, sin conclusiones definitivas
El mapa genético coloca a Hitler en un percentil elevado de riesgo para padecer autismo, esquizofrenia o trastorno bipolar. No obstante, no existen registros que permitan confirmar si manifestó clínicamente alguna de estas condiciones. El doctor Alex Tsompanidis, de la Universidad de Cambridge, advirtió que estos marcadores no permiten postular diagnósticos concluyentes:
“No podemos saber, no podemos diagnosticar. Es probable que su procesamiento cognitivo se haya visto afectado, pero eso involucra tanto la genética como el comportamiento”.
Los especialistas subrayan que estos hallazgos no deben servir para estigmatizar a quienes viven con estas condiciones. El psicólogo Simon Baron-Cohen declaró a The Independent:
“El comportamiento nunca es 100% genético. Asociar la crueldad extrema de Hitler con personas que tienen estos diagnósticos implica un riesgo de estigmatización, especialmente cuando la inmensa mayoría no es violenta ni cruel”.
Aunque los genetistas advierten que no existen pruebas concluyentes y que estos resultados deben tomarse con cautela, el hallazgo aporta una nueva capa de información a un personaje cuya vida privada continúa siendo materia de investigación y controversia.
AJA
