PRUEBAS NUCLEARES

Trump dispuesto a poner fin a tres décadas sin pruebas nucleares en Estados Unidos

Con la nueva postura de Trump, el país podría volver a realizar detonaciones de prueba, rompiendo un consenso científico, político y diplomático que se ha mantenido por más de tres décadas

Estados Unidos volvería a realizar ejercicios nucleares.Este intento podría desencadenar una nueva etapa nuclear en el mundoCréditos: Pixabay
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado la reanudación “inmediata” de pruebas nucleares en territorio estadounidense, una decisión que, de concretarse, pondría fin a más de 30 años de moratoria atómica y reabriría un capítulo que se creía cerrado desde el final de la Guerra Fría.

Vale la pena recordar que la última prueba nuclear realizada por Estados Unidos tuvo lugar el 23 de septiembre de 1992 en el desierto de Nevada, marcando el cierre de una era de más de un millar de detonaciones desde 1945. Aquel ensayo fue seguido por una moratoria aprobada por el Congreso, que suspendió los ensayos nucleares primero por nueve meses y, posteriormente, de forma indefinida.

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El contexto de aquella decisión fue un mundo en transformación: la caída de la Unión Soviética, el fin de la Guerra Fría y un clima político que apostaba por la cooperación internacional y el desarme.

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 Tres décadas de contención en riesgo

Desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1992, Estados Unidos realizó más de 1.000 pruebas nucleares, las primeras atmosféricas y, tras 1963, exclusivamente subterráneas. La moratoria de 1992 fue considerada uno de los mayores logros en materia de control de armas del siglo XX.

Con la nueva postura de Trump, el país podría volver a realizar detonaciones de prueba, rompiendo un consenso científico, político y diplomático que se ha mantenido por más de tres décadas.

EFE

Tratados internacionales que frenaron los ensayos nucleares

La decisión de Trump amenaza con debilitar décadas de acuerdos multilaterales diseñados para limitar la proliferación y los ensayos atómicos. De la Guerra Fría al Tratado de Prohibición Total: 

  • 1963 – Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos Nucleares (PTBT): firmado por EU, la URSS y el Reino Unido, prohibió detonaciones nucleares en la atmósfera, el espacio exterior y bajo el agua, aunque permitió las subterráneas.
  • 1974 – Acuerdo EU–URSS sobre límites a pruebas subterráneas: restringió los ensayos a una potencia máxima de 150 kilotones, aunque entró en vigor recién en 1990.
  • 1996 – Tratado de Prohibición Total de Ensayos Nucleares (CTBT): aprobado por la ONU, prohibió todas las explosiones nucleares con fines militares o civiles y fue firmado por 185 países.

Pese a su papel central en la redacción del tratado, Estados Unidos nunca lo ratificó, lo mismo que China, lo que ha impedido su entrada formal en vigor.

Según la Organización del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), la reanudación de pruebas por parte de Washington “socavaría uno de los pilares más sólidos del régimen global de no proliferación”.

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Un regreso con consecuencias globales

Si EE.UU. realiza una nueva prueba nuclear, sería la primera desde hace 33 años, y podría generar efectos en cadena:

  • Rusia podría responder con pruebas propias, justificando su decisión de revocar la ratificación del CTBT.
  • China, Corea del Norte e Irán podrían aprovechar el vacío normativo para reforzar sus programas nucleares.
  • Se debilitaría el marco internacional de verificación y control sostenido por la CTBTO y respaldado por la ONU.

“Reabrir los ensayos nucleares no sólo es un desafío técnico, es una señal política de ruptura con la diplomacia del desarme”, advirtió la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en un reciente comunicado.

De Nevada a Moscú: el nuevo tablero nuclear

El anuncio de Trump se produce poco después de que Vladímir Putin, presidente de Rusia, dirigiera el 22 de octubre maniobras nucleares estratégicas por tierra, mar y aire, en las que se probó un misil balístico intercontinental Yars, con alcance de hasta 12.000 kilómetros.

La decisión de Trump ha sido interpretada por analistas internacionales como una respuesta simbólica a la creciente competencia estratégica con Moscú y Pekín, en un contexto de renovada carrera armamentista.

EFE

AJA