La Asamblea General de las Naciones Unidas votó este miércoles 29 de octubre de 2025, por trigésima novena vez, una resolución que exige a Estados Unidos levantar el bloqueo económico, comercial y financiero que impone a Cuba desde 1962. La resolución reafirmó principios como la igualdad soberana de los Estados y la libertad de comercio, y reiteró el rechazo internacional a una política que la mayoría de los países considera unilateral y contraria al derecho internacional.
Contexto: desde su instauración durante el gobierno de John F. Kennedy, el bloqueo se convirtió en un conjunto de leyes y regulaciones que limitan el intercambio comercial y financiero de Cuba con el mundo. Washington argumenta que las sanciones buscan promover un cambio político en la isla, mientras que La Habana y la mayoría de los miembros de la ONU sostienen que representan una forma de coerción económica.
Origen y objetivos de la política
El bloqueo comenzó como respuesta a las nacionalizaciones de propiedades estadounidenses tras la Revolución de 1959. En 1960, un memorando del Departamento de Estado recomendó debilitar la economía cubana para generar descontento social y propiciar el derrocamiento del gobierno. Dos años después, Kennedy firmó la orden ejecutiva que formalizó el bloqueo total.
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El propósito declarado de esta política ha sido influir sobre el rumbo político y económico de Cuba mediante la presión económica. Documentos oficiales estadounidenses de la época establecieron que el aislamiento financiero y comercial debía provocar “hambre, desesperación y el colapso del gobierno”.
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Marco legal y alcance extraterritorial
El sistema se apoya en varias leyes que refuerzan las restricciones. Entre ellas se encuentran las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (1963), la Ley Torricelli (1992) y la Ley Helms-Burton (1996), que extendió los efectos del bloqueo a terceros países y codificó la política, de modo que solo el Congreso estadounidense puede levantarla.
La Helms-Burton, en particular, permite demandas judiciales contra empresas extranjeras que operen con propiedades nacionalizadas en Cuba y establece condiciones políticas para cualquier levantamiento del bloqueo. Este carácter extraterritorial ha sido señalado por la ONU como una violación a la soberanía de otros Estados y un obstáculo al libre comercio internacional.
Efectos económicos y sociales
El bloqueo impide el uso del dólar en transacciones internacionales y restringe el acceso a créditos, lo que afecta a todos los sectores de la economía. Entre marzo de 2024 y febrero de 2025, las pérdidas superaron los 7,500 millones de dólares, según cifras oficiales cubanas. Cuba también enfrenta sanciones contra bancos extranjeros que gestionan operaciones con sus instituciones, y debe recurrir a intermediarios que elevan los costos de importación.
El sector de la salud resulta uno de los más afectados. Cuba no puede adquirir equipos médicos ni medicamentos con componentes estadounidenses superiores al 10 %, lo que limita la disponibilidad de tratamientos y dispositivos esenciales.
En energía, la persecución de proveedores de petróleo reduce la generación eléctrica y provoca apagones prolongados. En alimentación, las compras a Estados Unidos solo son posibles con pagos en efectivo y por adelantado, lo que encarece los productos y restringe la oferta.
Condena y posturas en la ONU
La resolución de 2025 recibió el apoyo de 165 países, mientras que 7 votaron en contra —entre ellos Estados Unidos, Israel y Argentina— y 12 se abstuvieron. Los países que respaldaron el texto argumentaron que el bloqueo viola la Carta de las Naciones Unidas y constituye una medida unilateral que afecta el desarrollo de Cuba. Estados Unidos, en cambio, sostuvo que las dificultades económicas de la isla derivan de su sistema interno y no de las sanciones.
Pese a los llamados reiterados de la comunidad internacional, las administraciones estadounidenses mantuvieron la política. Ninguna de las 243 medidas adicionales impuestas durante el primer gobierno de Donald Trump ha sido modificada por la administración de Joe Biden, que conservo las principales restricciones financieras y comerciales.
Durante el debate del punto 38 del programa de la Asamblea General, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”, China pidió la exclusión inmediata de Cuba de la lista elaborada por el Departamento de Estado de Estados Unidos sobre países que supuestamente patrocinan el terrorismo, señalando que “Cuba es un socio activo y solidario de larga data de los miembros del grupo, promoviendo la cooperación Sur-Sur”.
Importancia estratégica de la isla
Cuba ocupa una posición clave en el Caribe, a solo 90 millas de la costa estadounidense. Su ubicación le otorga relevancia geopolítica en el control de rutas marítimas y de seguridad regional. Desde el siglo XIX, Washington consideró a la isla parte de su esfera de influencia, como lo expresó la Doctrina Monroe y la política de la “fruta madura”, que preveía su eventual anexión.
Tras la independencia cubana, Estados Unidos mantuvo influencia directa mediante la Enmienda Platt, que autorizó la intervención militar en la isla y garantizó el control de la Base Naval de Guantánamo. Con la Revolución de 1959, Cuba adoptó un modelo socialista y se convirtió en un referente alternativo en América Latina. Washington percibió ese sistema como una amenaza a su hegemonía regional y buscó impedir su consolidación.
Un conflicto persistente
El bloqueo es el sistema de sanciones más prolongado aplicado por un país a otro en la historia reciente. Su continuidad refleja un conflicto histórico en torno al control político, económico y estratégico del Caribe. Mientras la ONU reitera su demanda de levantarlo, Estados Unidos mantiene que su política seguirá vigente hasta que Cuba adopte transformaciones políticas y económicas de fondo que les beneficien a ellos.
En la isla, el impacto cotidiano del bloqueo se expresa en la falta de recursos, el encarecimiento de bienes y las dificultades para mantener servicios básicos. Para la comunidad internacional, el tema sigue siendo una disputa entre principios de soberanía y los intereses de poder que dominan el hemisferio.
VGB
