Casi 7 millones de personas se manifestaron en Estados Unidos y decenas de ciudades alrededor del mundo en repudio a lo que denuncian como una deriva autocrática del presidente Donald Trump.
Las protestas contra el presidente Donald Trump trascendieron este fin de semana las fronteras de Estados Unidos. Convocados bajo el lema “No Kings” (No queremos reyes), millones de ciudadanos salieron a las calles no solo en más de 2,500 ciudades estadounidenses, sino también en decenas de capitales europeas y americanas, donde organizaciones civiles y comunidades de migrantes se sumaron a la movilización.
El mensaje fue contundente: rechazo global al autoritarismo, la militarización de las ciudades y los intentos de silenciar voces críticas, temas que han marcado el segundo mandato del presidente republicano.
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Una protesta con eco internacional
Las movilizaciones más masivas ocurrieron en Nueva York, Washington, Chicago y Miami, pero también se reportaron concentraciones significativas en ciudades como París, Berlín, Roma y Ciudad de México. En estas protestas internacionales participaron comunidades de estadounidenses en el extranjero, defensores de derechos humanos y colectivos migrantes.
En Berlín, cientos de personas marcharon desde la Puerta de Brandeburgo hasta la Embajada de Estados Unidos, donde leyeron una declaración conjunta en defensa de la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. En París, la protesta incluyó una vigilia simbólica frente a la Torre Eiffel y en Roma, activistas italianos compararon el fenómeno Trump con líderes de corte populista en Europa.
En América Latina, se registraron actos de solidaridad en Buenos Aires, Santiago de Chile y Bogotá, donde organizaciones pro derechos civiles alertaron sobre el impacto regional que puede tener el endurecimiento de las políticas migratorias y de seguridad en Estados Unidos.
Una narrativa que conecta continentes
ContexEl lema "No Kings" hace alusión directa al rechazo de un modelo de poder absoluto. Activistas señalan que Trump ha asumido decisiones unilaterales con uso del ejército, ha presionado a medios y ha permitido prácticas autoritarias, lo cual “traiciona los principios democráticos” que dieron origen a Estados Unidos.
“No estamos protestando solo contra Trump, sino contra lo que representa: un modelo de poder sin contrapesos, que amenaza a cualquiera que piense distinto”, señaló en París la activista estadounidense Marcia Williams.
Rechazo a la censura y defensa de libertades
Uno de los detonantes simbólicos recientes fue la suspensión temporal del programa del comediante Jimmy Kimmel, tras burlas al oficialismo. Su regreso al aire, con una fuerte defensa de las protestas, dio impulso al carácter global de la jornada.
Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional expresaron su preocupación por el rumbo del gobierno de Trump, especialmente tras el despliegue militar en ciudades opositoras y las nuevas medidas contra inmigrantes.
Un mensaje para el mundo
La protesta global “No Kings” expuso no solo la polarización interna en Estados Unidos, sino también la preocupación internacional por el ascenso de liderazgos autoritarios. El movimiento crece con una narrativa democrática, apelando a símbolos fundacionales de Estados Unidos, pero también a una causa universal: el rechazo a gobiernos sin límites.
En palabras del periodista neoyorquino Robert Glaser:
“Lo que pasa en Estados Unidos no se queda en Estados Unidos. Hoy, el mundo está diciendo que la democracia se defiende en las calles”.