Uruguay se convirtió este 16 de octubre en el primer país de América Latina en aprobar una ley que regula la eutanasia. La iniciativa, conocida como Ley de Muerte Digna, fue aprobada en el Senado con 20 votos a favor y 11 en contra, tras un debate que se extendió por más de diez horas.
El texto legal establece que adultos psíquicamente aptos, en la etapa terminal de una enfermedad incurable e irreversible, o que padezcan un sufrimiento insoportable, podrán solicitar la eutanasia para poner fin a su vida con la asistencia de un profesional de la salud.
“Transcurrir con dignidad el proceso final de la vida (...) no es un delito”, argumentó el senador Daniel Borbonet, del Frente Amplio, al defender la propuesta.
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La ley fue impulsada principalmente por la coalición de izquierda, pero también contó con el respaldo de legisladores del Partido Colorado y del Partido Nacional. Los sectores religiosos, especialmente la Iglesia católica, expresaron su rechazo, argumentando que la medida “atenta contra el valor de la vida”.
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Apoyo ciudadano y contexto regional
Según la consultora Cifra, un 62% de los uruguayos estaba a favor de legalizar la eutanasia, reflejo de una sociedad con alta tradición laica y liberal en temas de derechos civiles, como ya lo fue con el aborto o el matrimonio igualitario.
Aunque Uruguay es el primero en aprobar la eutanasia por ley, otros países de la región han avanzado mediante fallos judiciales.
Colombia despenalizó la muerte asistida en 1997 y la reguló en 2015; Ecuador la despenalizó en 2024 tras el caso de Paola Roldán, y en Perú la justicia reconoció el derecho de Ana Estrada a morir dignamente.
En México, Argentina y Chile, las leyes solo permiten la eutanasia pasiva, es decir, el derecho a rechazar tratamientos que prolongan artificialmente la vida.
El debate ético y médico
El debate sobre la eutanasia en Uruguay giró en torno a dos ejes: el derecho individual a decidir sobre la propia vida y la responsabilidad ética del personal médico.
La norma uruguaya incluye una cláusula de objeción de conciencia, que permitirá a los profesionales de la salud abstenerse de participar si va contra sus principios personales o religiosos.
El Ministerio de Salud deberá crear protocolos de control y supervisión para garantizar que el procedimiento se realice solo bajo los criterios establecidos por ley.
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Una tendencia global
Contexto: con esta ley, Uruguay se une a una lista de países que han legalizado la eutanasia o el suicidio asistido, como Bélgica, Países Bajos, España, Canadá, Nueva Zelanda, Suiza y algunos estados de Estados Unidos.
En Europa, España aprobó la eutanasia en 2021 para pacientes con enfermedades graves e incurables, mientras que Suiza, pionera desde 1942, permite incluso que extranjeros accedan a esta práctica.
La discusión sobre la muerte digna continúa creciendo en todo el mundo, marcada por dilemas éticos, religiosos y médicos que ponen a prueba la frontera entre el derecho a vivir y el derecho a morir.
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